Un reciente estudio publicado en la revista “Neuropsychopharmacology”, advierte sobre lo peligroso que resulta fumar a edades tan tempranas. El problema no solo está en los riesgos visibles que induce, sino también en los problemas médicos que no vemos a priori, pero que tienen consecuencias de salud a medio y largo plazo.
Entre los riesgos ya conocidos se encuentra los problemas cardiovasculares, el incremento en la posibilidad de desarrollar cáncer o disminución de la capacidad pulmonar. La aparición de los cigarrillos electrónicos tampoco ayuda, últimas investigaciones afirman que son igual de perjudiciales que el tabaco.
El efecto del tabaco en el cerebro de los jóvenes es aún peor que en las personas adultas. Así lo descubrió el equipo de Edythe London, quienes hallaron diferencias importantes en regiones del cerebro entre adolescentes fumadores y no fumadores, incluso cuando la adicción no era mucha. El tamaño y volumen de la ínsula eran muy distintos en los distintos grupos de jóvenes.
En una edad tan sensible como la de un adolescente, el tabaco puede cambiar drásticamente el desarrollo del cerebro de los jóvenes y afectar de manera importante su personalidad. Estudios como este recuerdan lo importante que es prevenir el consumo de este tipo de sustancias, debido a las implicancias médicas que acarrea consigo.