Nueva York. (AP). Los tibetanos que viven en el llamado “techo del mundo” pueden agradecer a un antecesor extinto por haberles legado un gen que les ayuda a adaptarse a la elevada altura, sugiere un estudio.
Algunas investigaciones en el pasado llegaron a la conclusión de que un gen en particular ayuda a la gente a respirar el aire tenue de la meseta tibetana. Ahora los científicos reportan que la versión tibetana del gen se halla en el ADN de los denisovanos, un antepasado del ser humano más cercano al Neanderthal que a los seres humanos modernos.
Los denisovanos son conocidos únicamente por medio de fósiles en una cueva siberiana que se calcula datan de por lo menos hace 50.000 años. Parte de su ADN ha sido hallado también en otras poblaciones modernas, lo que indica que se cruzaron hace mucho con miembros antiguos de la raza humana actual.
GENÉTICA ÚNICA
Pero la versión del gen de gran altura compartido por los tibetanos y los denisovanos no se halla prácticamente en ninguna otra población actual, informan los investigadores en un artículo difundido por la revista Nature.
La meseta tibetana supera los 4.000 metros en elevación. La variante genética ayuda a la supervivencia en la altura afectando la cantidad de oxígeno que la sangre puede transportar cuando una persona está en medio de aire tenue. Aparte de los tibetanos, se halla muy rara vez en los chinos han y entre los mongoles y los sherpas, que también están vinculados con los tibetanos y que pudieron haberla recogida relativamente recientemente, dijo Nielsen. Los investigadores no hallaron vestigios fuera del este de Asia.