Como un regalo de navidad para los científicos que buscan recuperar las poblaciones del periquito aliamarillo (Pyrrhura calliptera), el 24 de diciembre de 2023 tres aves de esta especie nacieron fuera de su hábitat, bajo cuidado profesional. Desde entonces, su evolución ha sido positiva. Entre marzo y abril de 2024, ya comenzaron a volar en el Bioparque La Reserva en Cota, Cundinamarca, y con ello dan alas a la esperanza de alejar a la especie de la extinción.
Los científicos están esforzándose para que estos periquitos sigan adornando el paisaje sonoro y visual con su canto y con su torso y cuello de múltiples colores.
Con esta noticia, Mongabay Latam conmemora el Día Internacional de la Diversidad Biológica, que se celebra desde el año 2000 tras su declaración por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Lograr la reproducción controlada del periquito aliamarillo no es un asunto menor. La especie endémica —es decir, única de Colombia— está clasificada como Vulnerable en Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y su población está disminuyendo. Según esta organización solo hay entre 5000 y 10 000 individuos. Además, los científicos llevan 12 años realizando iniciativas para aumentar la población de esta ave que se caracteriza por ser una dispersora de semillas.
Las mayores amenazas al periquito aliamarillo son la pérdida de hábitat por la deforestación provocada por la agricultura y la ganadería, además de que es perseguido por los campesinos por considerar que es una plaga que afecta sus cultivos, según la UICN.
En los últimos años, la especie solo ha sido observada en algunos pocos departamentos de Colombia, como Cundinamarca, Meta, Norte de Santander, Caldas y Boyacá, en puntos como el Parque Nacional Chingaza, la Reserva Biológica Carpanta y la Reserva Forestal Protectora de Río Blanco.
El conseguir la reproducción fuera de su hábitat de esta ave por primera vez en el mundo “ha sido un proceso de muchos retos”, dice Luisa Escobar, bióloga del Bioparque La Reserva y coordinadora de investigación.
Un nuevo vuelo para el periquito aliamarillo
Esta historia de éxito se remonta a 2008 cuando abrió sus puertas al público el Bioparque La Reserva, área de conservación de la sociedad civil creada por los investigadores Iván Lozano y Sandra Zangen, y que actualmente es liderada por su directora operativa Yaneth Gonzáles. El Bioparque puede ser visitado en Cota, municipio ubicado a tan solo 20 minutos en automóvil del extremo occidental de Bogotá. Ahí albergan más de 70 individuos entregados por las corporaciones autónomas regionales para su conservación, principalmente aves, también hay algunos mamíferos, reptiles y anfibios, explica Gonzáles. Entre estos animales, llegaron de Boyacá dos adultos recuperados de la especie periquito aliamarillo que iban a ser traficados ilegalmente. Estos se reprodujeron y sus huevos dieron vida a los nuevos individuos.
Desde sus inicios, el equipo de científicos de la organización investigó la presencia y el estado de la población del periquito aliamarillo. “El perfeccionamiento del manejo de la especie nos tomó varios años, ya que nunca se había tenido bajo cuidado profesional en la historia”, señala Iván Lozano, director científico del área de conservación.
Aunque hay iniciativas de otras organizaciones y dependencias, como Parque Nacionales Naturales, con nidos artificiales en la vida silvestre para facilitar su repoblación, “las poblaciones continúan decreciendo”, dice Escobar. Por eso, este hito en la reproducción ex situ (es decir, bajo cuidado profesional y fuera de su hábitat) como estrategia de conservación genera esperanza entre los científicos.
Aspectos como las condiciones climáticas facilitaron el logro del experimento. Según la UICN, el periquito aliamarillo habita entre los 1700 a los 3400 metros sobre el nivel del mar, en máximo 100 localidades en todo Colombia. El Bioparque La Reserva,con sus 19 hectáreas de extensión, alcanza alturas de 2600 metros sobre el nivel del mar y tiene un ecosistema de bosque alto andino, apropiado para el desarrollo de la especie.
Otro factor que favoreció la reproducción en cautiverio fue el detallado trabajo humano. “Los principales retos en reproducción bajo cuidado profesional son una alimentación acorde a la especie, que propicie la reproducción, y la salud de los animales”, dice Lozano y agrega que las aves no podían tener un alto estrés, ya que “posiblemente no habría sido posible la reproducción”, por lo que resalta que su eclosión representa un logro para el trabajo conjunto de biólogos, zootecnistas y veterinarios que garantizaron el bienestar de la especie.
Los investigadores recrearon el hábitat de la especie, ubicando bandejas con semillas para “estimular el comportamiento natural en el que los periquitos aliamarillos forrajean el suelo y las ramas en busca de estas y de frutos”, explica Mauricio Perilla, coordinador de nutrición y bienestar animal. Agrega que la dieta también fue importante, ya que adecuaron la proporción de grasas y proteínas, según los periodos en los que en la naturaleza hay disponibilidad de semillas y diversos frutos.
Por ahora las aves con casi cinco meses de vida siguen en las inmediaciones del Bioparque bajo cuidado profesional, pero ya están volando. Escobar explica que los procesos de liberación “toman tiempo, pues hay que descartar cualquier posible afectación a las poblaciones silvestres a nivel comportamental, genético y sanitario”. Además, falta realizar otras acciones, como determinar su sexo con una prueba genética.
Los siguientes pasos del proyecto serán la pre liberación de estos animales. Los investigadores esperan que también puedan contribuir en un futuro cercano a la conservación in situ (en el hábitat original) de la especie, así como a través de la educación ambiental de las poblaciones humanas con las que convive, comenta Lozano.
Hasta el momento, la iniciativa ambiental sin ánimo de lucro ha contado con el apoyo de la Sociedad Zoológica para la Conservación de Especies y Poblaciones – ZGAP de Alemania. “Esperamos poder llegar al punto de hacer proyectos de repoblación en áreas naturales donde la especie ha desaparecido”, agrega.
El investigador resalta que es increíble que Colombia tenga “tan pocos proyectos de reproducción de especies amenazadas nativas y/o endémicas”, pese a ser uno de los países con “mayor pérdida de poblaciones de especies silvestres en los últimos cuarenta años, superior al 90 %”.
Imagen principal: Periquito aliamarillo. Fotografía: Anthony Kaduck, fotógrafo de Canadá.
El artículo original fue publicado por David Tarazona en Mongabay Latam. Puedes revisarlo aquí.
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