El Día Internacional del Jefe (Boss’s Day en inglés) se celebra cada 16 de octubre en Estados Unidos. Una fecha que, si bien tiene un origen noble, no se ha escapado de las críticas de aquellos que opinan que es una conmemoración que no debería realizarse.
Por años, este día ha sido dedicado a festejar a los jefes o superiores que han sabido llevar sus tareas otorgando un trato profesional, amable y justo con sus empleados a su cargo.
Sin embargo, la realidad nos muestra que no todos tenemos un buen jefe o que la relación con nuestro superior es complicada. A propósito de esta fecha, te damos algunos consejos o estrategias que pueden ayudarte a llevar una relación sana con tu jefe.
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Existen muchos factores que influyen en la felicidad de los empleados, pero tener una buena relación con el jefe es esencial. Según un estudio llevado a cabo por BambooHR, un 44% de los empleados renuncian por tener un jefe tóxico.
Tu jefe juega un papel importante en la trayectoria de tu carrera. Un buen jefe que fomente nuevos desafíos y te ayude a desarrollar tus habilidades y te brinde exposición a la gestión puede elevarte en la escala profesional, mientras que uno malo puede obstaculizar tu crecimiento y hacerte sentir atrapado.
¿Cómo puedo logar una buena relación con mi jefe? Todos queremos encontrar un trabajo con un clima laboral sano, es muy importante que el vínculo entre trabajadores y jefe sea lo más correcto posible y manteniendo siempre una relación estrecha en su justa medida.
Si piensas que tener una buena relación con tu jefe es algo imposible, no estás en lo cierto. Puedes lograr tener una relación sana con él o ella aplicando algunos ejercicios prácticos.
Comunícate adecuadamente: Procura siempre comunicarte con tu jefe de la forma más clara y respetuosa. Si suele ponerse en contacto contigo a través del correo, sigue la misma línea. Si en cambio tiende a llamarte o prefiere mantener conversaciones cara a cara esfuérzate por corresponderle de la misma manera.
Llega temprano al trabajo: Es conveniente que entres pronto a la oficina; estudios demuestran que los jefes valoran más a trabajadores que se esfuerzan por entrar antes, aunque también se vayan antes. Eso sí, si madrugar mata tu productividad, y notas que rindes mejor trabajando por la tarde intenta explicarle la situación a tu superior para que entienda las razones por las que decides distribuir así tu jornada.
No digas sí a todo: Aunque la tendencia natural sea la de ceder ante todas las proposiciones que realiza tu jefe, no dudes en ofrecer alternativas si ves que algo no es viable. Se dará cuenta de que tienes la capacidad y la valentía de presentar tus opiniones siempre y cuando éstas las realices de una manera respetuosa.
Da las gracias: Siempre que recibas feedback de tus jefes dale las gracias, ya sea tras un comentario positivo o negativo. Es difícil tomarse bien una crítica, pero piensa que el objetivo final es ayudarte a mejorar en el futuro. Valora que tu jefe se haya tomado el tiempo de sentarse a hablar contigo y demuestra tu agradecimiento. Así, puedes mostrar tu interés en el futuro preguntándole si cree que has mejorado tras adoptar las medidas que hayas considerado necesarias.
Presta atención al detalle: No sólo es tu responsabilidad resolver problemas, también es conveniente que los detectes. Un jefe valorará que sus empleados sean cuidadosos y presten atención a los pequeños detalles, siendo capaces de identificar y solucionar los fallos.
Expresa tu opinión: Es recomendable compartir tu punto de vista. Impone hablar delante de todo el grupo, pero tu jefe valorará tu esfuerzo y te acabarás convirtiendo en un miembro clave del equipo. Prepárate para hablar en público y recuerda que no hay ideas malas: habrá soluciones más y menos adecuadas, pero toda aportación puede ayudar.
Conoce a tu jefe a nivel personal: No se trata de salir con él los fines de semana, pero sí de preguntarle cómo le ha ido, y descubrir qué le interesa en su tiempo libre, en lo que puede que coincidas más de lo que piensas. Los jefes también son humanos, la mayoría agradecerá este interés por lo que pasa fuera de la oficina.
Pídele consejos: No es lo mismo depender de tu jefe para todo que pedirle un consejo cuando lo necesites; recuerda que son un equipo, y valorará que intentes trabajar junto a él, no sólo para él. De hecho, preguntar dudas te hará parecer más competente, con interés por mejorar y progresar.
Vete de vacaciones: No es ninguna utopía: según un estudio de Oxford Economics, los trabajadores que utilizan sus días de vacaciones tienen un 6,5% más de probabilidades de obtener un ascenso. Esto no significa que te asciendan por tirarte en la playa dos semanas al año, más bien implica que los trabajadores que mejor trabajan suelen considerar que necesitan un descanso. Además, puede mejorar tu rendimiento, ya que volverás más renovado y posiblemente más creativo.
Nadie soporta tener un jefe tóxico o a una persona autoritaria que no respete nuestra opinión o nos haga sentir poco valorados. Es correcto decir lo que uno siente y si recibimos malos tratos o faltas de respeto, se debe denunciar inmediatamente a las instancias correspondientes.