Las grandes empresas establecidas y que dominan su sector generalmente tienen mayores dificultades para innovar. ¿Le habrá llegado ahora el momento al todopoderoso Facebook?
Acabo de pasar tres horas en las oficinas centrales del gigante de las redes sociales intentando averiguar si es viable crecer e innovar al mismo tiempo.
La vida seguro que le sonríe a cada una de las casi 4.000 personas que van a trabajar al campus de Menlo Park en California, con su plaza central -Hacker Square- llena de cafés y de gente que se dirige apresurada, computador portátil en mano, a su siguiente reunión.
Resulta complicado acordarse de la última innovación de Facebook. La compañía parece más inclinada a comprar nuevas ideas –Instagram, WhatsApp u Oculus Rift- que desarrollar las suyas propias.
Laboratorios de ideas
En un aparente reconocimiento del problema, Facebook ahora tiene una división llamada Creative Labs (laboratorio creativo), que consiste en pequeños equipos a quienes se da la libertad de trabajar en aplicaciones exclusivas para móviles. Muchas fracasarán, según asegura Will Cathcart, responsable del proyecto, pero algunas resultarán en una idea ganadora.
Me reuní con el equipo responsable de Slingshot, que estuvo fuera de Estados Unidos durante un par de semanas y que recientemente lanzó la aplicación a nivel mundial.
Esta nueva aplicación permite enviar fotos y videos a tus amigos, con la particularidad de que para verlas ellos tienen que enviarte algo también.
Es bastante rápida y divertida, aunque después de instalarla la semana pasada me di cuenta de que el bloguero Robert Scoble me había enviado 16 slingshots que no pude ver hasta que no encontré algo bueno para enviar de vuelta. A lo mejor no es para gente de mi edad…
Slingshot está dirigido obviamente a la gente que usa Snapchat (aplicación de mensajes efímeros), gente joven siempre en la búsqueda de nuevas formas de comunicarse y promiscua en su uso de las redes sociales.
Tras fracasar en su intento de comprar esas aplicaciones cuyas fotos se desvanecen tras ser abiertas, el indisputado rey de las redes sociales trata ahora de dar la pelea ofreciendo algo similar.
Tal como dice un dicho de Silicon Valley, sólo los paranoicos sobreviven, así que Facebook probablemente hace bien intentando y probando todo para que los usuarios más jóvenes no escapen de su órbita.
Menos audaz que Google
En su intento por innovar, la compañía de Zuckerberg está mucho más centrada, pero es menos atrevida que otro gigante tecnológico.
Google se gastó enormes sumas de dinero en Google X, la división que se encarga de proyectos como el auto que maneja solo o el proyecto Loon, que tiene como objetivo llevar el acceso a internet a gran altitud a través de un globo.
Aunque ninguno de estos proyectos tiene pinta de reportar ganancias a Google en un futuro cercano, el gigante tecnológico se puede permitir gastarse todo ese dinero dejando que sus ingenieros usen tiempo y recursos.
Al contrario que Facebook, el principal negocio de Google de anuncios basados en búsquedas no parece estar amenazado por algún veinteañero con alguna nueva gran idea.
Esto hace que sea un compañía más emocionante de seguir que Facebook, incluso aunque muchas de sus ideas parezcan ser sueños de ingenieros informáticos en vez de algo que los usuarios van a querer comprar.
Con nuevas ideas presentadas en su reciente conferencia Google I/O, veremos si este gigante puede seguir bailando al son de la innovación en el futuro.