“Ni lo pienses”, dice una voz metálica cuando intentas sacar la tarjeta de crédito del bolsillo interno del bolso. “Guárdala”, te ordena si le haces caso omiso y terminas de extraerla. Pareciera tu conciencia, pero no, es un invento de tres jóvenes británicas.Seguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Rebecca Smith, Leanne Fischler y Kirsty Sneddon crearon este bolso con el objetivo de disuadir a su propietario de seguir gastando. En apariencia es una cartera común, de gamuza marrón, que se lleva cruzada. Sin embargo, en un fondo falso lleva escondidos varios dispositivos electrónicos.
Las estudiantes de cuarto año de la Escuela de Arte y Diseño Jordanstone de Dundee, la cuarta ciudad más grande Escocia, añadieron al bolso una ranura específica para la tarjeta de débito o crédito. Y en ella colocaron una luz LED y un sensor que, cada vez que detecta el movimiento de la tarjeta, activa una grabación de voz.
“Tan pronto como mueves la tarjeta, envía una señal a una serie de dispositivos electrónicos que están escondidos dentro del bolso”, explica a la BBC Smith, de 21 años.
“Los codificamos nosotras mismas, con Arduino”, una plataforma de código abierto para crear prototipos electrónicos de forma interactiva. “Cuando reciben la señal los dispositivos comienzan a emitir las secuencias grabadas con anterioridad”.
“Vergüenza pública”
Además de las antes indicadas, una vez que has sacado la tarjeta del bolso la voz robótica grita: “¿No crees que es demasiado?”, “¡Oh no, otra vez no!”, y exclamaciones por el estilo.
“Un tiempo después asume que ya hiciste la compra, así que empieza a avergonzarte públicamente”, explica la estudiante.
Sin embargo, si vuelves a colocar la tarjeta en el bolsillo interno en un lapso breve, te recompensa con un: “Sabía que me escucharías”.
A la hora de diseñarlo quizá tuvieron en mente fechas como el Black Friday o “viernes negro”. Es una jornada de descuentos que organizan los comercios, originalmente de Estados Unidos pero hoy en varios otros países, el día después de Acción de Gracias. Y las ventas online alcanzaron los US$2.717 millones, de acuerdo con esa misma empresa.
En otros países el gasto no alcanzó tal volumen, pero las tiendas multiplicaron sus ventas diarias. De momento el bolso es un proyecto y no se está comercializando.
“Lo diseñamos como un concepto, sin esperar que se fabricara de forma masiva”, dicen las estudiantes. “Nos apasiona utilizar el diseño para generar cambio y empezar conversaciones”, añaden. Así que “queremos que la gente vea la cartera e interactúe con ella”.