“Suiza está en problemas”, así alardeó Jonathan Ive, jefe de diseño de Apple, días antes del lanzamiento del ya muy conocido Apple Watch. Pero es realmente cierta esa declaración. ¿Los relojes suizos están en peligro?
PÚBLICOS DIFERENTESSuiza exporta el 95% de los relojes que produce y, según datos de la Federación de la Industria Relojera Suiza, la salud del negocio sigue en buena forma, creciendo modesta pero establemente.
El volumen de exportaciones de enero a julio de este año fue un 3% superior al mismo periodo de 2013. Y las exportaciones de los relojes de lujo que cuestan más de US$3.200 también siguen creciendo.
Según las valoraciones de varios analistas, las marcas de lujo como Rolex, Cartier y Patek Philippe, no enfrentarán grandes desafíos desde la industria tecnológica.
Los relojes inteligentes ya en el mercado tienden a costar menos que los tradicionales suizos, así que no compiten directamente entre sí.
“Quienes compran tecnologías que se pueden vestir buscan en los relojes inteligentes servicios digitales y de información específicos, mientras que los clientes de los relojes clásicos de lujo buscan rendimiento técnico, diseño y artesanía”, valoró recientemente Aldo Magada, director ejecutivo de la marca Zenith, que pertenece al grupo de productos de lujo LVMH.
Por otro lado, el hecho de que las nuevas tecnologías se quedan obsoletas en poco tiempo hace que los precios de los relojes inteligentes tengan que mantenerse a la baja.
¿QUIÉN TIEMBLA?Pero no todos los relojes suizos son de lujo. Algunos analistas apuntan a que compañías como Swatch, el grupo suizo fabricante de relojes para un sector del mercado de menor poder adquisitivo, sí podría notar el efecto con la inserción del Apple Watch en el mercado.
Sin embargo Nick Hayek, el director ejecutivo de la empresa, desestimó en una entrevista reciente con la revista L'Hebdo que un producto como el Apple se pueda convertir en una amenaza.
Sorprendentemente, Hayek apuntó a que la incursión de Apple en el mundo de los relojes podría convertirse indirectamente en una gran oportunidad para su compañía, al seducir y atraer a un público de millones de jóvenes que no están usando reloj de pulsera.
La industria estima que alrededor del 60% de los consumidores entre 18 y 34 años ven la hora en sus teléfonos móviles.
En general estos dispositivos inteligentes, todavía en la edad infantil, tienden a ser toscos y con funciones limitadas.
Por un lado, se les critica que la tecnología no está lo suficientemente madura como para cumplir las ambiciones de los usuarios. Por otro lado, les falta ser “deseables”, ser cool.
SABER HACER SUIZOEntretanto, los analistas apuntan a una inminente tendencia a la cooperación entre las firmas tecnológicas “intermedias” de Silicon Valley y los tradicionales relojeros suizos.
Una vía posible de exploración, según apuntan, es la introducción de relojes suizos inteligentes, que podrían ser utilizados con una infraestructura abierta de software.
Eso los haría menos proclives a quedarse rápidamente obsoletos. La industria relojera suiza tiene mucha experiencia en la miniaturización mecánica y electrónica, así como en la innovación de materiales.
Así que posiblemente tenga mucho que compartir con las empresas tecnológicas que recién ahora incurre en el mundo de las pulseras.
Quizás por eso la propia Apple se llevó a sus filas el pasado mes de julio a Patrick Pruniaux, un alto ejecutivo de ventas de la marca suiza de lujo Tag Heuer.