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La rusa Irina Rymshina viajó hace unos meses a Silicon Valley (San Francisco, California) para participar en el Programa de Estudios de Posgrado de la Singularity University, una institución académica ubicada en el Centro de Investigación de la NASA que educa e inspira a líderes e innovadores de todo el mundo para que desarrollen tecnologías que resuelvan “los grandes desafíos de la humanidad”.
Tras 10 semanas de estudios, la emprendedora rusa radicada en nuestro país egresó del programa con un proyecto orientado al campo de la salud, que tiene el potencial de impactar en millones de personas y cuenta con una interesante estrategia de negocios. Además, ha llamado la atención de auspiciadores e inversionistas que podrían inyectar el capital que necesitan para acelerar el proyecto.
Se trata de un dispositivo médico portátil denominado Hoope. Este es capaz de detectar hasta cuatro enfermedades de transmisión sexual (ETS) curables en cuestión de segundos. Su finalidad es prevenir más contagios y conllevar al usuario a recibir la ayuda que necesita para curarse. ¿Cómo funciona? Combinando un anillo y una aplicación móvil.
En las aulas de Singularity University, Irina conoció al ingeniero de hardware Ernesto Rodríguez (México) y a la biotecnóloga Damel Mektepbayeva (Kazajistán). Los tres idearon una forma rápida de diagnosticar sífilis, gonorrea, clamidia y tricomoniasis, cuatro ETS que anualmente afectan a 50 millones de personas, según la OMS.
El dispositivo Hoope tiene la forma de un anillo y posee una tecnología que recoge una muestra de sangre (sin dolor) e inmediatamente la analiza y detecta las ETS en caso de que el paciente padezca alguno de estos males.
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Cuando concluye la prueba, una luz LED se enciende en el dispositivo que transmite la información detallada al smartphone del usuario.
“Hoope permite diagnosticar cuatro enfermedades en una sola prueba. Cuando obtienes el diagnóstico, automáticamente vas a una aplicación móvil donde puedes verlos y también recibir las recomendaciones y pasos a seguir basados en los resultados. Por ejemplo, si estás enfermo, te van a sugerir clínicas, doctores o nuevos tratamientos a los cuales acudir”, explicó Rymshina a El Comercio.
En busca de capitalLos cofundadores de Hoope se encuentran en conversaciones con inversionistas a los que les ha interesado el proyecto. Acaban de ser admitidos en el programa Startup México (donde recibirán mentoría, asesoría legal y capital semilla) y fueron seleccionados como finalistas del World Startup Competition en Corea del Sur, a donde llegarán en noviembre representando al Perú. En Asia, este proyecto competirá por el primer puesto, que consiste en una inyección de capital de US$100 mil para su start-up. Para apoyar a Hoope en esta competencia, ingrese a http://bit.ly/hoope.
Los primeros ensayos de funcionamiento de Hoope se han realizado en la Universidad de Stanford y próximamente será puesto a prueba en laboratorios de Turquía. En su primera etapa, el proyecto recibe apoyo de investigadores que los asesoran en biotecnología y desarrolladores para el perfeccionamiento de la aplicación móvil.
En detalle Otra innovación de Hoope es la obtención de la muestra de sangre sin dolor. Para ello, el dispositivo transmite electricidad a través de unos electrodos que bloquean la sensación de dolor del dedo del que se tomará la muestra. La sífilis, gonorrea, clamidia y tricomoniasis representan US$16 mil millones anuales de costos en servicios de salud en Estados Unidos, según el Centro de Control de Enfermedades (CDC).
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El laboratorio dentro de un pequeño chip
Hoope se encuentra ahora en fase de desarrollo y sus creadores esperan alcanzar un nivel de confiabilidad que no deje duda de sus resultados.
En buena cuenta, es un artefacto en miniatura capaz de realizar operaciones de laboratorio a pequeña escala, un concepto conocido como lab-on-a-chip (laboratorio en un chip).
Este tipo de dispositivos maneja fluidos en microescala (microfluídica) y tiene aplicaciones que van desde la química hasta la bioingeniería. La revista “Nature” indicó hace algunos años que el diseño y la fabricación de este tipo de sistemas es “un gran desafío”, aunque reconoció que los físicos y los ingenieros han comenzado a construir “laboratorios altamente integrados y compactos en chips con funciones emocionantes”.
Aunque el desarrollo de este tipo de dispositivos estuvo en auge en los últimos años, en especial para el diagnóstico clínico y ciencia forense, los emprendedores detrás de Hoope se prepararan para contribuir con la expansión de la tecnología lab-on-a-chip y acercarlo a las personas.