Así como los perros olfatean narcóticos, una nueva máquina buscará identificar el inconfundible aroma del dinero.
Y eso es algo que por primera vez expertos químicos han logrado capturar: la fragancia única de los billetes de dólar estadounidenses.
“El olfateo de dinero es un arte desconocido. Nadie ha intentado antes encontrar estos aromas”, dijo Joseph Stetter, de la empresa KWJ Engineering, al presentar su nuevo detector en la reunión anual de la Sociedad Química de Estados Unidos (ACS, por sus siglas en inglés).
“Vimos que la divisa estadounidense emite una amplia gama de compuestos orgánicos volátiles que forman una 'huella dactilar' que podemos identificar en menos de un minuto”, explicó el químico que está desarrollando un detector portátil de grandes cantidades de dinero para la policía fronteriza.
Billetes ocultos
En el último año fiscal, los funcionarios estadounidenses capturaron más de US$106 millones en efectivo de contrabando con destino a México, la mayor parte fruto del lavado de dinero del narcotráfico.
Pero eso es sólo una pequeña parte de los estimados US$39.000 millones que cruzan la frontera cada año sin ser detectados. Las revisiones las hacen actualmente los guardias con perros, pero el entrenamiento es costoso y lleva tiempo.
Los escáneres de rayos X como los de los aeropuertos han tenido cierto éxito para detectar efectivo, pero son muy grandes y poco prácticos para los controles fronterizos.
Para encontrar una solución más rápida, el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. hizo un llamado público para que los científicos desarrollen “un dispositivo que pueda buscar e identificar grandes cantidades de efectivo escondidas en personas, equipaje y vehículos”.
Pero esta máquina para olfatear dinero debe superar tres grandes desafíos. Primero, debe ser tan precisa como para percibir el olor de los billetes mezclado entre una variedad de diferentes aromas.
“Tiene que funcionar incluso en la presencia del humo de caños de escape, perfumes o comida y en una amplia gama de temperaturas y humedad”, detalló Suiqiong Li, investigadora de KWJ. “Necesitas un algoritmo inteligente que pueda encontrar la aguja en un pajar”.
Segundo, debe ser veloz: su lectura debe durar segundos en medio de los frenéticos cruces fronterizos. No hay tiempo de enviar muestras a un laboratorio.
Y finalmente, el artefacto debe ser portátil: tan ligero como para que un guardia pueda caminar con él a lo largo de una fila de gente, y tan flexible como alcanzar el interior de un vehículo de un contenedor.
KWJ ha desarrollado sensores que detectan monóxido de carbono y alcoholímetros, con la forma de la mascota de la empresa, el “oso sensor”.
Mochila sabueso
Para captar la fragancia del dinero, los químicos recolectaron cien billetes usados de un dólar en varios estados del país: algunos arrugados y olorosos y otros crujientes y brillantes.
Los investigadores aislaron el dinero en una habitación y los calentaron para liberar vapores a dos temperaturas distintas: 24ºC y 40ºC. “Observamos una tremenda variabilidad y contaminación, cada uno de los billetes era diferente”, dijo Stetter.
Pero eventualmente pudieron identificar una firma aromática común a todos. Y este olor viene de un grupo de compuestos químicos orgánicos entre los que hay aldehídos, furanos y ácidos.
“Las cantidades son muy pequeñas, como mucho una pequeña fracción de un ppm (parte por millón). Esto representa un desafío analítico formidable”, dicen los científicos.
¿Pero de dónde viene el aroma? ¿De la tinta o del papel? La fuente exacta no será revelada en el estudio por motivos de seguridad.
Pero tras haber encontrado el perfume del dólar, ahora enfrentan otro desafío técnico: construir un dispositivo portátil para la policía de frontera.
Su diseño es una mochila con una sonda de mano que tendrá un equipo de GC-MS (cromatografía de gas - espectrometría de masa) del tipo que ya se utiliza para detectar drogas y explosivos. Y por último, esto podría ser sustituido por una “nariz electrónica” formada por sofisticados sensores.
Para olfatear billetes escondidos, los guardias fronterizos pasarían la sonda sobre la ropa y dentro del equipaje. Una lectura de alta intensidad indicará que hay un gran alijo de dólares.
Así que estar rodeado del aroma del dinero puede dejar de ser una ventaja dentro de poco, por lo menos en la frontera.