La impresión 3D abre un camino a la fabricación de productos de una manera más sencilla y rápida. Hasta la fecha ha sido utilizada para desarrollar prótesis, partes de satélites y hasta alimentos. Sin embargo, también se ha intentado producir armas, intentos que no han sido satisfactorios, hasta ahora.
La impresión 3D de armas de fuego se ha limitado debido a que no soportan los disparos, llegando a deformarse o a romperse. Pero Michael Crumling, mecánico estadounidense de 25 años, ha desarrollado una pistola y municiones que superan este problema.
El invento de Crumling consiste en una arma con la parte superior donde va la bala está completamente descubierta, de esta forma se trata de no dañar la pistola. Asimismo, creó una balas calibre .32 que está a unos 2,54 centímetros de profundidad dentro de un casquillo de metal grueso. Gracias a esto, la explosión generada por la pólvora es absorbida por el cartucho.
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Diseño de la arma. (Foto: Mikes custom weaponry)
El arma ha logrado una ronda de 19 disparos sin dañarse. Además, los casquillos de la munición pueden volver a utilizarse. No obstante, la pistola y las balas se fabrican por separado, siendo las últimas las más difíciles de desarrollar, ya que cada una toma aproximadamente una hora de trabajo y un coste de 27 centavos de dólar.
Los planos de todo el nuevo sistema están disponibles para los usuarios interesados en la página web de Crumling, quien por ahora no está busca comercializar sus invenciones.
El peligro y riesgo de esta clase de dispositivos está en que las armas impresas en 3D no tienen todavía regulaciones o restricciones, es por eso que un crimen realizado con estas pistolas no podría dejar rastro.