Afectada por dolores en la muñeca y el hombro, Rita ha probado más de una alternativa ergonómica en materia de teclados. Pero ahora acumulan polvo bajo su escritorio. De regreso con el modelo estándar, asegura que la experiencia no le reportó el beneficio que esperaba. “Ninguno hizo mucha diferencia”, cuenta.Seguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Primero tuvo el teclado partido por la mitad. “Suena muy bien cuando te lo traen, porque se puede ajustar de cualquier forma; pero luego no encuentras cuál es la posición ideal, cómo se supone que tienes que ponerlo para que funcione”, relata.
Y luego tuvo el llamado miniteclado, una modalidad que, como su nombre indica, es más pequeña que el dispositivo convencional, básicamente gracias a que elimina el teclado numérico.
Es una de esas verdades corroboradas por un estudio tras otro que estar sentado todo el día frente a un computador no es lo mejor para la salud.
Pero la relación entre teclados y trastornos como el síndrome del túnel carpiano (CTS, por sus siglas en inglés) -que ocurre cuando la persona efectúa movimientos repetitivos por periodos prolongados- es menos clara.
Un estudio del 2008 publicado por la revista especializada “BMC Musculoskelet Disord”, y que revisaba ocho investigaciones en la materia, concluyó que no hay suficiente evidencia para confirmar que trabajar con computadoras cause CTS.
-Crecimiento en ventas-
Y, sin embargo, las ventas de teclados ergonómicos han crecido. Según datos recogidos por la firma Future Market Insights -dados a conocer en enero de este año-, representaron cerca del 10% del mercado en Estados Unidos en el 2014, y se prevé que se eleven las ventas de aquí al 2025, con un crecimiento estimado de 2,3% (comparado con un pronóstico de expansión del 0,8% para los teclados corrientes).
“Se espera que la adopción de teclados ergonómicos se incremente a una tasa elevada debido a la mayor conciencia de sus beneficios, tales como el posicionamiento cómodo de la mano, la muñeca y el antebrazo, y el fácil acceso a las teclas (debido a la forma curva del diseño que reduce el estrés cuando se teclea)”, dice el estudio.
Aunque hay una gran cantidad de variaciones, el estudio menciona estas grandes categorías:
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Los promotores de este tipo de teclado, que se parece a un acordeón y que producen empresas como Safetype, sostienen que es el único que no traslada el problema a otra parte del cuerpo. Aseguran que es neutral ortopédicamente y la forma más natural de teclear.
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El objetivo de este teclado es mantener las manos en una posición neutral, en vez de dobladas de forma poco natural. En esta posición, el meñique, por ejemplo, no debe hacer un esfuerzo para alcanzar ciertas teclas y el pulgar no debe permanecer rígido. Algunos modelos permiten no solo ajustar la distancia entre las dos partes, sino también elevarlas.
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Estos teclados intentan ajustarse al contorno natural de las manos y antebrazos, para lo cual experimentan no solo con la forma, sino también con la curvatura de la superficie del teclado.
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Al eliminar el teclado numérico, el teclado compacto permite al usuario mantener el ratón más cerca, en vez de forzarlo a abrir el brazo para alcanzarlo. Al mismo tiempo, reducen el esfuerzo muscular requerido para alcanzar cada tecla.
¿Pero son realmente de alguna utilidad? ¿Pueden ayudar a prevenir lesiones?
-Opinión dividida-
Al principio mencionábamos que no hay resultados concluyentes sobre que el uso de computadoras cause lesiones, como el CTS. Pero para quienes ya lo padecen, ¿hace alguna diferencia el uso de teclados ergonómicos? Aquí también la opinión está dividida.
Un estudio específico del 2014 de la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.), encontró que el uso de teclados ergonómicos no representaba ninguna diferencia.
Sin embargo, y aunque no hace una recomendación determinante, el servicio nacional de salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) indica en su página web que “vale la pena” considerar la posibilidad de un teclado ergonómico.
“La respuesta simple es que sí, es probable que algunas personas se beneficien”, le dice a BBC Mundo el doctor John Ridd, especialista en ergonomía del Charter Institute of Ergonomics and Human Factors de Reino Unido.
“Pero eso depende del tipo de teclado ergonómico que te prescriban y del tipo de problema que tengas individualmente”, señala el experto.
“Las personas tienen contexturas físicas diferentes. Si tienes hombros anchos, el ángulo al que te aproximarás al teclado será diferente que si los tienes angostos, en cuyo caso te las podrías arreglar con un teclado normal”.
De acuerdo con Ridd, para la mayoría de las personas el modelo estándar es perfectamente adecuado. Pero en todo caso, la evaluación tiene que ser individual. “Y si sufres de alguna condición, realmente es importante que busques la ayuda de un profesional”, recalca.
De las diferentes opciones, el especialista destaca el miniteclado, siempre que el trabajo no implique efectuar operaciones numéricas con frecuencia.
“Cuando te deshaces el ancho adicional (de los números), tienes más espacio para acercar el ratón, lo que evita que tengas que alargar el brazo”, dice.
“Pero en términos generales, los teclados ergonómicos pueden o no funcionar. Hay que aprender a usarlos. Y para algunos, eso puede no ser sencillo”, agrega.