Son imágenes que te absorben, que te hacen acelerar a más de 300 kilómetros por hora o te transmite el vértigo de las “paredes” en el Parque Nacional Yosemite en Estados Unidos. Te hacen transpirar, sentir el latido acelerado del corazón en cada metro de ascenso.
“Le da a la audiencia una mejor sensación de lo que está pasando, más visual. Conjuga el concepto de emoción y libertad que se tiene con las motos”.
El director Dana Brown resumió el alcance que tienen las películas de deportes de acción al aprovechar los avances tecnológicos que hay a disposición en cuanto a cámaras, lentes y resolución, por mencionar sólo algunos de los elementos que se utilizan.
Brown estrenó mundialmente la semana pasada su cinta On Any Sunday, the next chapter, secuela de la película de culto para los aficionados a las motocicletas que marcó un hito en 1971 y fue dirigida por su padre, Bruce Brown.
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La presentación tuvo especial repercusión al producirse en el marco del Festival de Cine de San Sebastián, celebrado entre el 19 y el 27 de septiembre, que por segundo año dedicó un espacio a las producciones de deportes de acción y de aventura llamado Savage Cinema.
Nunca visto
Brown explicó en BBC Mundo que si bien “el corazón de ambas películas transmiten un concepto similar, basado en la pasión, la conexión de la gente”, la forma de percibir el mundo de las motocicletas ha cambiado en 40 años.
“Obviamente los equipos son mucho más avanzados y los límites a los que los pilotos exigen a las motos están mucho más lejos”, reconoció el director.
Sancho Rodríguez, director de la sección Savage Cinema, agregó que hoy se filma “en resolución 4k, que es mucho mejor que la alta definición, con minicámaras que nos hacen meternos en la acción, una evolución que ofrece imágenes espectaculares”.
Rodríguez menciona como On Any Sunday, the next chapter logra “visualmente percibir la psicología de todo el camino que llevó a Marc Márquez a ganar el título”.
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El actual campeón de MotoGP es uno de los protagonistas de la película que incluye “desde aficionados a profesionales, hombres y mujeres, niños y adultos. Desde aquellos que utilizan las motos para transportar medicina en un lugar remoto de África hasta Márquez”, contó Brown.
Para el director ha habido avances tecnológicos importantes que han permitido agregar nuevas narrativas y “una paleta artística” para conectar con los deportes extremos.
“Con el uso de cámaras portátiles, helicópteros, buscamos filmar desde cada ángulo posible. Aprovechamos los avances de los lentes, las secuencias en ultra cámara lenta”, señaló.
“Hace 40 años esto no existía y los equipos eran mucho más grandes. Ahora podemos colocar una cámara en lugares que antes eran impensables”.
Imagen y narrativa
Brown citó la película sobre surf Bunyip Dreaming, de Jack McCoy, como pionera en los cambios de velocidad y técnicas de fotografía secuencial, time-lapse, con imágenes menos convencionales.
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De hecho, fueron las películas de surf, con sus atractivas imágenes entre las olas y paisajes, las que inspiraron a los practicantes de otros deportes de aventura para mostrar su intimidad en la gran pantalla.
Rodríguez recuerda a Morning on the Earth y Endless Summer como dos títulos que llenaron salas en Estados Unidos.
La variedad de películas este año en Savage Cinema muestra también como la evolución en las técnicas de filmación ha permitido mostrar desde una óptica diferente a deportes de “inmensas minorías”.
Danger Dave (que se basa en la historia de los patinadores profesionales al final de su carrera), Days of Mouth (la pasión de los esquiadores) o Valley Uprising (la contracultura de los escaladores) son ejemplo que “cuando proyectas cintas como estas, con una narrativa, ritmo, música y personajes diferentes, atraes a gente que no suele tener contacto con estas historias. Eso, para mí, es arte”, destacó Rodríguez.
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El coordinador de Savage Cinema considera que “hay un desarrollo y potencial tan importante, con cintas de gran calidad de imagen y narrativas” que no descarta que se premien a los directores y atletas en el futuro.