Río de Janeiro. (EFE). El Mundial de Brasil, el primero que usará medios tecnológicos para confirmar que el balón entra en la portería, no contará con una de las polémicas recurrentes, la de los 'goles fantasma', aquellos que no subieron al marcador y convirtieron en eternos apellidos como Bakhramov, Bambridge o Larrionda.
La utilización de la tecnología de la línea de gol (GLT de acuerdo a sus siglas en inglés), que hoy presenta oficialmente la FIFA en el estadio de Maracaná, significa la mayor revolución aceptada por los dirigentes del fútbol mundial desde su creación.
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“El fútbol convive con el error”, acostumbraba a decir Joseph Blatter para explicar la reticencia de la FIFA a introducir nuevas tecnologías. En su opinión, el debate que provocaban los fallos arbitrales también formaba parte del fútbol. No importaba, siquiera, que de ello dependiese un título mundial, como el logrado por Inglaterra en 1966.
Argumentaba, además, que no se podía estar constantemente interrumpiendo el juego para comprobar si una decisión arbitral era correcta.
¿DENTRO O FUERA DEL ARCO?
Sin embargo, esa posición de la FIFA cambió durante el Mundial de Sudáfrica. Ese “muro” lo derribó un potente disparo del inglés Frank Lampard en el partido de octavos de final, ante Alemania, el 27 de junio de 2010.
El balón botó claramente tras la línea de gol, pero volvió a salir y, ni los asistentes, ni el árbitro uruguayo Jorge Luis Larrionda lo vieron. Ese gol hubiese supuesto el empate a dos. Inglaterra perdió finalmente por 4-1 y Blatter se vio obligado a pedir perdón un día después y a plantear la introducción de la tecnología. “La FIFA no puede aceptar que se repita lo que ha sucedido, donde un balón que estaba 70 centímetros dentro, se vio fuera”, aseguró.
Tras experimentar sin éxito con un “balón inteligente” antes del Mundial de Alemania 2006, que emitía un sonido tras pasar la línea de meta, la FIFA se ha decantado finalmente por una tecnología que incluye 14 cámaras de alta definición, siete por portería, que graba las imágenes en 3D y envía la palabra “Goal” al reloj del árbitro, tan sólo un segundo después de que se produzca la acción.
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El sistema fue probado con éxito en la Liga inglesa, en la Copa de las Confederaciones y en el Mundial de Clubes de Marruecos, entre otros torneos.
Un problema menos, que no evitará que, se quiera o no, el árbitro vuelva a ser foco de atención preferente en Brasil.
LOS TRES GOLES FANTASMA EN LA COPA DEL MUNDO
30 de julio de 1966. Inglaterra-Alemania
El azerbaiyano Tofij Bakhramov se convirtió en el juez de línea más famoso de la historia, tras indicar al árbitro suizo Gottfried Dients que el balón lanzado por Geoffrey Hurst había botado tras la línea de gol, después de dar en el larguero. El tanto deshacía el empate a dos goles en la prórroga (m.101) e Inglaterra se hizo con el título mundial tras imponerse por 4-2. Treinta años después, un estudio de la Universidad de Oxford demostró que el balón se quedó a 6 centímetros de superar por completo la línea.
1 de junio de 1986. España-Brasil
En el estadio Jalisco de Guadalajara, en el minuto 55 del partido de la primera ronda que enfrentó a España y Brasil, el árbitro australiano Chris Bambridge no concedió gol a un lanzamiento de Míchel desde el borde del área, que después de dar en el larguero entró en la portería y volvió a salir. Diez minutos después, Sócrates logró el tanto de la victoria de la canarinha.
20 de junio de 2010. Alemania-Inglaterra
Con 2-1 en el marcador a favor de Alemania, Lampard lanzó un “misil” que traspasó claramente la línea de meta, pero volvió a salir y el árbitro uruguayo Jorge Larrionda no consideró que fue gol. Tan sólo un minuto antes, Upson había logrado el primer gol inglés por lo que podría haber supuesto la reacción del equipo de Fabio Capello que terminó perdiendo por 4-1 en los octavos de final.