Puede que sean demasiado jóvenes para tener su propia dirección de correo electrónico –o para ir de compras- pero los recién nacidos y los bebés están en la mira de las nuevas empresas de tecnología.
Se trata, por así decirlo, de un baby boom en las ventas de dispositivos.
Pero, a medida que la cantidad de aparatos tecnológicos para los más pequeños crece, ¿cuánta consideración deberían darle los padres antes de abrir sus billeteras?
¿Será que sincronizar tu bebé a un teléfono inteligente es ir demasiado lejos?
Los creadores de una prenda –que ya están recibiendo pedidos de clientes en EE.UU.- ofrecen exactamente eso. El Owlet Smart Sock (calcetín inteligente) es un pequeño dispositivo que se coloca alrededor del pie del bebé y envía los datos que recopila a una aplicación móvil asociada. La firma detrás del proyecto, Owlet Care, con sede en la Ciudad de Salt Lake, dice que monitorea los siguientes datos del bebé: Ritmo cardíaco Niveles de oxígeno Posición Patrones de sueño Temperatura de la piel
El calcetín inteligente envía los detalles de los signos vitales del bebé a una aplicación en un teléfono inteligente. “Todo padre sabe el estrés que se siente al estar en la cama y preguntarse si su hijo está respirando”, dice el fundador de Owlet y padre de dos hijos Jacob Colvin.
“Estamos marcando la diferencia al crear productos que ayudan a los padres y aumentan la seguridad de sus hijos”.
Mientras tanto, una empresa con sede en Boston ya está vendiendo un producto alternativo en las tiendas Toys R Us en Estados Unidos.
El monitor de bebé Mimo es una prenda de una sola pieza con una ranura en la parte delantera en la que se conecta una tortuga de plástico para recolectar datos.
Toma lecturas similares al producto de Owlet y envía los resultados a los padres preocupados a través de Bluetooth y wi-fi.
Las compras de alta tecnología como estas vienen con una etiqueta de precio considerable –el paquete inicial de Mimo cuesta US$199.
Para algunos, estos fabricantes están jugando con la paranoia de los padres.
“Los padres primerizos, que son más obsesivos acerca de la seguridad, son los más susceptibles al mercadeo de los fabricantes y sus afirmaciones sobre qué es 'lo mejor para su hijo', le dijo a la BBC, Katie O'Donovan, del sitio para padres Mumsnet.
Esto puede dar lugar a algunas compras equivocadas y muy costosas, añade.
Mercado intantil de miles de millones
Pero es fácil ver por qué los empresarios se sienten atraídos por el sector.
Las ventas minoristas de bienes “duraderos” para bebé –el término que los analistas usan para los bienes de larga duración- se espera que aumente de US$2.600 millones en 2012 a US$2.900 millones en 2018, tan sólo en EE.UU., según la firma de investigación Mintel.
Otros bienes disponibles o a punto de entrar al mercado de la tecnología infantil son:
Carkoon - un asiento de seguridad que activa un caparazón que protege el niño en el caso de choque Sleevely SmartSleeve - un portabiberones inteligente que transmite los datos de alimentación a un teléfono inteligente Origami - un cochecito con pantalla LCD incorporada que indica velocidad y temperatura y que es plegable con el toque de un botón Calentador de toallitas - una máquina que promete calentar las toallitas húmedas desechables para bebés sin secarlas Cry Translator - un dispositivo “médicamente probado” que pretende diagnosticar el llanto de un bebé con unos pocos segundos de audio
La firma española detrás del Cry Translator también ofrece a los padres preocupados por los costos, una aplicación que requiere grabaciones un poco más largas para funcionar.
Desde una perspectiva pediátrica, parece que hay pros y contras en la integración de la tecnología en padres y los bebés.
“Los pediatras generalmente valoran la tecnología siempre y cuando el desarrollo de los niños continúe”, aseguró el doctor Rahul Chodhari, pediatra consultor del Royal Free de Londres.
“Mi preocupación, especialmente para un padre primerizo, es que puede ignorar el maravilloso don del instinto y confiar en un equipo que no está probado médicamente para leer determinada situación”.
Sin embargo, hay un mercado que tanto Chodhari como la pediatra Su Laurent, del hospital británico Barnet & Chase Farm, concuerdan que está en su punto para desarrollar mejorías: los asientos de auto para niños.
Laurent dice que el Carkoon y su precio de casi US$850 suena “increíble, aunque caro” cuando se entera de este producto que todavía está en su fase de desarrollo.
Pero tiene menos aprecio por el True Fit iAlert, un asiento para niños de alta tecnología que se vende por US$400 y que envía una advertencia a un teléfono inteligente si el niño se libera de las correas que lo aseguran.
Estas características del asiento del auto, incluyendo un monitor para lograr un ángulo exacto de reclinación, son vistos por Laurent como “innecesarios y probablemente aumenten la ansiedad”.
Puede que el producto no haya tenido un gran atractivo ya que su fabricante le dijo a la BBC que pronto será retirado del mercado y no será sustituido.
Financiación colectiva para bebés
Las nuevas empresas de tecnología para bebés recibieron un nuevo impulso esta semana con la noticia de que la conocida plataforma de financiación colectiva Kickstarter estaba relajando sus reglas acerca de qué tipo de proyectos podrían aparecer en el sitio.
El sitio web es un lugar popular para que los proyectos obtengan tanto dinero en efectivo como publicidad -pero había bloqueado previamente varias propuestas para bebés bajo su prohibición general a “productos de salud y de seguridad médica”.
Esto había ocasionado que el calcetín inteligente de Owlet fuera rechazado, mientras que el Baby Soothe, un dispositivo de masaje infantil, había logrado pasar la norma.
Con las normas ahora revisadas, toda la tecnología para bebés podría calificar, siempre y cuando no afirme explícitamente curar, tratar o prevenir una enfermedad o cualquier otra condición.
La plataforma rival de financiación colectiva, Indiegogo, es más tolerante en cuanto a cuáles proyectos relacionados con bebés puede aceptar.
La aceptación de la creciente gama de innovaciones relacionada con los bebés es parte del desafío más amplio que enfrentan los padres, dice Mumsnet.
“Somos la primera generación de padres que tienen que navegar este espacio digital”, dice O'Donovan.
“Hay un dilema entre adoptar la tecnología -todo un mundo nuevo- con las posibilidades de que nuestro hijo vaya a ser un genio de la codificación a los once años, pero también nos ofrece la perspectiva de un niño que no interactúa con los demás y juega sin cesar Minecraft”.
Cuando se trata de ganarse a los padres, tal vez las empresas de tecnología deberían moverse con pasitos de bebé.