Tu smartphone puede convertirse en mucho más que un teléfono. Un científico estadounidense ha decidido darle una nueva capacidad a estos dispositivos. Para esto ha desarrollado una aplicación para detectar partículas de rayos cósmicos que chocan contra la atmósfera.
Los rayos cósmicos son partículas energéticas subatómicas que nacen dentro de aceleradores cósmicos, como los agujeros negros y estrellas en explosión. Cuando estás chocan contra la atmósfera terrestre, se convierten en una lluvia de partículas llamadas muones.
“La app básicamente transforma el teléfono en un detector de partículas de alta energía”, comenta Justin Vandenbroucke, creador de la aplicación y profesor de la Universidad de Wisconsin-Madison.
Para poder detectar estás partículas, la aplicación se basa del efecto fotoeléctrico del smartphone. El cual consiste en la liberación de una carga eléctrica cuando fotones o partículas de luz golpean la superficie de silicio de los chips de la cámara fotográfica del celular.
Lo mismo pasa con los muones, estos golpean el silicio y liberan una carga eléctrica, creando una firma de píxeles que queda registrada y guardada.
Vandenbroucke explica que desarrolló esta app con fines educativos, ya que los rayos cósmicos siguen creando dudas entre los científicos, quienes intentan averiguar sus orígenes.
Para empezar a detectar estas partículas debes descarga la app (Deco) y el registrador de datos. Luego deberás cubrir la cámara del smartphone con cinta adhesiva.
La app configura tu celular para entrar a un modo de reposo y pueda generar una imagen adecuada. Cuando los rayos son captados por el dispositivo se empezaran a encender una cantidad de píxeles, será mayor si se trata de una mayor cantidad de partículas, y quedará registrada en la base de datos.
“Es poco probable que estos detectores de bolsillo superen a los grandes y sofisticados detectores que usan los astrofísicos, pero si suficientes personas ponen teléfonos móviles inactivos o antiguos habilitados para capturar muones, el proyecto podría un día convertirse en un proyecto significativo de ciencia ciudadana”, señala Vandenbroucke
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