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La robotización masiva de empleos será “imparable” y afectará gradualmente a todos los sectores, por el drástico impulso de máquinas más “inteligentes” que aprenden solas y trabajan de forma más eficiente que el hombre, asegura Calum Chace, autor de varios libros de inteligencia artificial.
Tres factores están siendo decisivos en el avance exponencial de estas máquinas inteligentes: computadoras mucho más potentes, el Big Data (capacidad de análisis en tiempo real de millones de datos) y la irrupción del llamado “deep learning” (aprendizaje profundo).
Este aprendizaje profundo, basado en redes neuronales artificiales, permite a las máquinas mejorar sus funcionalidades por sí mismas a partir de la experiencia, mediante complejos algoritmos.
Chace, filósofo y autor de “The Internet Startup Bible” y “Pandora’s Brain”, es escéptico cuando se le pregunta sobre la posibilidad de que las nuevas tecnologías vayan a demandar tantos empleos como para contrarrestar la enorme cantidad de puestos de trabajo que se perderán con estas máquinas inteligentes.
El escritor explica que las anteriores revoluciones aportaron a la civilización fuerza o destrezas físicas, mientras que ahora las capacidades van mucho más allá porque son cognitivas.
“Millones de personas podrían dejar de ser empleables”, explica el experto, y añade que los sistemas y países deberían plantearse ya los posibles efectos sociales y no solo tecnológicos, que supondrá el que las personas puedan vivir sin trabajar.
Imágenes, voz y otros datos complejos pueden ser procesados con inteligencia artificial mejor que por el hombre, sin errores e infinitamente más rápido, explicó el experto.
Empresas tan poderosas como Google basan su funcionamiento en inteligencia artificial, capaz de procesar mediante algoritmos y avanzadas tecnologías millones de datos en tiempo real.
Las máquinas tienen ya un poder tremendo en la sociedad aunque será inmensamente mayor en un futuro no muy lejano, indica.
“En unos cinco o 10 años Google podrá responder a preguntas infinitamente más complejas que las de hoy en día”, afirma.
Asistentes virtuales para dispositivos móviles, como Siri (Apple) o Cortana (Microsoft), ayudan ya al usuario a planificar su agenda o sus rutas dependiendo del tráfico, y funcionan con ese aprendizaje profundo.
El sector del transporte, el más amenazado
El próximo gran embate contra el empleo por el auge de la inteligencia artificial será previsiblemente contra el transporte y sectores vinculados al mismo, como la mecánica y las aseguradoras.
Cuando las carreteras se llenen de vehículos automatizados que funcionen solos, como los de Google, no se necesitará conductores y apenas habrán accidentes, explica Chace.
Otros muchos sectores estarán también amenazados: los abogados, dado que las máquinas pueden recopilar y procesar millones de datos en segundos para documentarse en juicios, así como los escritores y los periodistas. De hecho, ya existen máquinas que redactan solas noticias sencillas.
Asimismo, los médicos serán afectados, ya que tecnologías tipo Watson, de IBM, ya analizan millones de datos para diagnosticar enfermedades en tiempo real. Por otra parte, el mantenimiento de empleos sociales, tipo asistencia a ancianos o enfermos, también estaría en riesgo. “A los robots nunca se les acaba la paciencia, pero a las personas sí”, afirma.
En el camino hacia la “superinteligencia” artificial
Para un horizonte de unos 30 o 40 años, el experto plantea la hipótesis de un posible sistema generalizado de inteligencia artificial que competiría con el hombre en temas de empleo.
Si finalmente las personas se liberaran del trabajo, las sociedades habrían de plantearse algún sistema de retribución global, por ejemplo, un subsidio universal que garantizara un nivel de vida digno para todos.
El experto advierte de que si los robots terminarán sustituyendo de forma masiva a los trabajadores, una élite podría manejar el mundo, la cual estaría formada por los expertos en los algoritmos más complejos.
Una segunda fase evolutiva de estas máquinas inteligentes, quizás a finales de siglo, podría consolidar lo que se llamaría una “superinteligencia” con capacidades cognitivas superiores a las del hombre en todas las áreas.
Fuente: EFE