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Lejos han quedado las épocas medievales, la magia y la salvación de almas que nos presentó Hidetaka Miyazaki en Demon’s Souls y Dark Souls. Ahora, Playstation 4 (PS4) sirve de base para que podamos explorar la macabra imaginación de este desarrollador de videojuegos en su nuevo título: Bloodborne.
Para empezar esta reseña debemos tener claro algo, Bloodborne nos trasladará a un mundo retorcido, en donde la sangre será nuestra moneda principal y las criaturas demoniacas estarán a la orden del día. Pero todos estos elementos giran alrededor de un contexto religioso.
Esto Bloodborne, o para ser más específicos, el reino de Yharnam, un mundo que mezcla el reto y el logro a la perfección.
En el juego encarnaremos a un cazador(a) en busca de una cura para una enfermedad, y que llega al decadente reino de Yharnam, en donde se rumorea que está el milagroso remedio. Pero este lugar, de estirpe victoriano, parece haber sido recreado al más puro estilo novelero de Bram Stoker (Drácula).
Al llegar a Yharnam nos damos con la sorpresa de que la urbe se encuentra infestada por una enfermedad, la cual ha convertido a todos sus habitantes en demonios y bestias infernales. Así pues, tendremos que recorrer callejones, casas, edificios y demás parajes tratando de encontrar la mencionada cura, pero… ¿en realidad existe dicho remedio?
Creando la sombría leyenda
Como mencionamos anteriormente, uno tendrá que crearse un cazador(a) y asignarle algunos estatus predeterminados para dar ese toque propio al personaje. Estos atributos, y otros más, definirán nuestro estilo de juego, ya que una simple característica puede hacer una gran diferencia al momento de usar la fuerza, resistencia o ciertas habilidades para el manejo de armas de fuego.
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(Foto: PlayStation)
Si bien es cierto que Bloodborne bebe de las mismas aguas que sus predecesores (Demon’s Souls y Dark Souls), este juego presenta interesantes variantes. Una de ellas es la casi inexistencia de escudos.
El ataque y la estrategia son las mejores defensas, ya que tendremos que saber cuál es el mejor momento para arremeter contra los enemigos, como también estudiar su comportamiento y puntos débiles. Todo esto, por increíble que suene, hace que el combate sea más fluido y dinámico. Talvez estas nuevas características podrían hacer pensar a ciertos usuarios que el juego se ha vuelto más accesible, pero en realidad su nivel de dificultad sigue tan alto como el de sus predecesores, así que moriremos como siempre, una y otra vez.
Otro punto a tener en cuenta, y en grandes cantidades, es la presencia y uso de la sangre. Primero, las pociones regenerativas de todo RPG se reemplazan por frascos de sangre, y a diferencia de otros RPG’s, estos frascos los podremos ir recolectando, ya sea comprándolos o ganándolos luego de una pelea. Y como último detalle, es que acumulando ‘Ecos de Sangre’ podremos subir de nivel o reparar/mejorar nuestras armas.
Un grotesco y bello mundo
La calidad gráfica es uno de los puntos fuertes del juego, aunque no llega al nivel de “The Order: 1886”. Sin embargo, el manejo de luces, texturas e iluminación denota el gran esfuerzo del estudio nipón From Software en el desarrollo de este título. Pero eso no quiere decir que Bloodborne está libre de pequeños inconvenientes, ya que encontraremos detalles como los tiempos de carga, algún bajón en la tasa de fotogramas por segundo o una que otra textura en baja resolución.
Otro punto a destacar, que quizá no deberíamos hacerlo, es la constante presencia de sangre, pues cuando nos dañan o cuando atacamos, esta salpicará por todos lados, incluso manchará nuestros ropajes por un buen tiempo. Pero estas son las características que nos demuestran el gráfico grotescamente bello potenciado por el PS4.
Amplia interacción
Pero no todo será ataques, peleas y estrés en Bloodborne. A lo largo de sus más de 40 horas de duración podremos ir al ‘Sueño del cazador’, o lo que en otras palabras sería nuestra base de operaciones o nexo. Un lugar al cual podremos teletransportarnos lejos de los peligros de Yharnam. Asimismo, se podrá interactuar con otros personajes, mejorar nuestras armas o subir nuestros niveles.
Pasando al modo de juego, aquí contaremos con dos armas de diverso tipo en cada mano, una para enfrentar a los enemigos cuerpo a cuerpo y la otra a distancia (armas de fuego). El resultado de esta combinación se podría resumir en una palabra: versatilidad, ya que además de poder aplicarlas sin problema alguno, estas nos permiten realizar una gran variedad de movimientos y combos, los cuales se podrán ajustar a nuestro estilo de combate. Eso sí, los amantes de los poderes y magia tal vez se sientan un poco cortos, pero con el paso de las horas le encontrarán el gusto.
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Otro punto de las armas cuerpo a cuerpo es su capacidad para transformarse, causando un mayor daño a nuestros enemigos. Dentro de este catálogo, podremos elegir entre sierras, mazos, dagas dobles o hachas. En el otro lado, las armas de fuego nos podrán servir en varios aspectos, ya que muy aparte de funcionar como lo que son, nos servirán para noquear a los rivales y aplicarles contragolpes, o sino, también pueden usarse para llamar la atención de las criaturas y separarlas del grupo.
Como podrán ver, la combinación de armas o elementos pueden jugar en favor nuestro. No obstante, no debes olvidar que nada de esto funcionará sino tienes una buena estrategia, como tirar una urna de aceite a un enemigo para después lanzarle una bomba molotov o incendiarlo con nuestra antorcha. No olvides que cada pelea es un enfrentamiento distinto y cada usuario puede afrontarlo de forma distinta.
Bloodborne goza de muchas variantes y modos de jugarlo, pero lo mejor de todo es poder hacer uso del modo multiplayer. Aquí no hay lobbies ni salas, el modo online será manejado desde nuestra propia partida, ya sea dejando mensajes como avisos para otros jugadores o activando tumbas que nos muestran como otros jugadores sucumbieron ante el ataque de algún demonio. Pero todo esto, es un modo pasivo, ya que la verdadera interacción con otros se logra mediante el uso de una campana, la cual representará nuestro pedido de ayuda a otros cazadores.
Hablar de Bloodborne es hablar de un gran juego, con muchas variantes, estilos, con algunos errores pero muchos aciertos. Y sobre todo, nos presenta un título con un gran potencial para ser rejugado, puesto que tendremos el New Game+, opción mediante la cual se podrá volver a empezar una nueva campaña desde cero pero conservando todos los items y niveles de nuestra primera campaña, aunque los enemigos tendrán el doble de dificultad.
Y si hablamos de aumentar su tiempo de vida, tendremos los ‘Calabozos del Cáliz’, los cuales si bien no están ligados directamente a la trama del juego, nos ofrecerán retos para subir de nivel y utilizarlos luego en nuestra aventura principal.
Bloodborne es un juego exclusivo de PS4 y no llegará al Xbox One o a la PC. Y gracias a esto, es que el juego explota en gran forma el poder y las capacidades de la consola de Sony.
Ya para ir terminando este análisis, no podemos dejar de lado el apartado sonoro, y es que cómo poder disfrutar de un gran juego de hombre lobos, vampiros, demonios y seres de ultratumba sin grandes efectos de sonidos. Pues no saldrás decepcionado, ya que la música en Bloodborne lo vuelve un título inmersivo.
Así pues, y cerrando este análisis, no importa que el juego corra a 30 fotogramas por segundo o sus tiempos de carga sean largo, la experiencia que brinda este juego se puede considerar como magistral, tanto así que este título es un firme candidato a juego del año por todo lo que hemos mencionado.