El audaz Karl Lagerfeld demostró que aún es ágil cuando se trata de montar un desfile de modas. El inconfundible diseñador recreó la Torre Eiffel para el disfrute de sus famosos invitados en el Grand Palais.
La alcaldesa de París Anne Hidalgo correspondió el amor de Lagerfeld por la ciudad al entregarle al creador de 83 años el mayor honor de la ciudad: La Medaille Grand Vermeil de la Ville de Paris.
“¿Se sale por el techo?”, preguntó un maravillado asistente al señalar la torre en el salón de exposiciones del Grand Palais.
Era una pregunta razonable, la réplica de 38 metros del monumento más emblemático de París que recibía a los invitados al desfile de Chanel parecía alzarse más allá del techo de cristal del salón gracias a la ilusión de unas nubes creadas con vapor.
De vuelta al piso, celebridades como Julianne Moore, Katy Perry, Kristen Stewart, Pharrell Williams y Tilda Swinton se encontraban sentadas en sillas metálicas verdes montadas sobre arena y grava reales.
“Es extraordinario llegar al Grand Palais, que es increíble ... pero estar bajo la torre Eiffel es extraordinario. Solo Chanel”, dijo Swinton.
Lagerfeld, quien es originario de Alemania, recibió el mayor honor de París de manos de la alcaldesa Anne Hidalgo por sus servicios a la ciudad en la que ha vivido por siete décadas.
Y quizá no hubo un mejor lugar para tal reconocimiento que debajo de la Torre Eiffel, incluso aunque era una réplica.
“París le da las gracias y su amor a través de esta medalla de plata dorada ... nuestro mayor honor en la ciudad”, dijo Hidalgo frente al público estelar que incluía a las modelos Claudia Schiffer y Cara Delevingne.
“Desde lo más profundo de nuestros corazones le agradecemos. París lo ama, usted es París”, agregó la alcaldesa.
Lagerfeld, quien fue contemporáneo del fallecido diseñador Yves Saint Laurent, ha sido una de las figuras principales de la moda parisina desde la década de 1960. Diseñó para Chloe antes de comenzar su trabajo en Chanel en 1983.
Aunque no se considera francés, el diseñador ha profesado su amor por la Ciudad de la Luz.
En cuanto al desfile, el comienzo del siglo XX, el periodo tras la construcción de la Torre Eiffel, fue el punto de partida para la colección invernal de Chanel.
La primera modelo lució un abrigo carbón con caderas amplias y mangas abombadas características del estilo del periodo Belle Epoque.
El recorrido por el pasado continuó con bombines y botas de charol con agujetas a los tobillos, populares en la época que terminó con el surgimiento de la Primera Guerra Mundial.
Las cinturas, muñecas, tobillos y hombros de las modelos iban adornadas con plumas en los trajes de noche.
“En esta colección tratamos las plumas como piel”, dijo Lagerfeld.
El diseñador usó toda una variedad de referencias para un desfile cuyo tema unificador podría haber sido sencillamente la Parisienne.
“Es una visión de una mujer parisina revivida, se trata de cortes, figuras y siluetas”, agregó.
Los característicos sacos de lana de Chanel fueron recreados como largas túnicas o recortados y con doble solapa.
El desfile progresó a un Art Deco mecánico con motivos que le dieron un aire de la década de 1920 a los vestidos de gala negros con aire frufrú que evocaban las pinturas de Robert Delaunay. Sus adornos espumosos y floreados les daban una silueta vibrante, sencilla y dinámica.
Y también hubo espacio para piezas con un toque de la década de 1960 como minivestidos de lana y escotes barco. Unas botas hasta los muslos agregaban el toque necesario de provocación contemporánea.