Su personaje favorito es la Galleta de Jengibre, del clásico animado Shrek. Es fanática de las pinturas de Van Gogh y colecciona sillas. Sí, sillas. Ana Sofía Casaverde(38) es lo que podría llamarse un ser artístico por naturaleza. Su estudio en San Borja es prueba de ello. Cuadros de todos los tamaños, sillas de colores y plantas por doquier es lo que se ve al entrar. Un fiel reflejo de su personalidad. Pero más allá que su don para el arte, la diseñadora de interiores y artista peruana tiene una historia por contar. Inició con sus famosas miniaturas de papel en pandemia y hoy la han llevado hasta una exposición en Nueva York. En conversación con El Comercio, la artista peruana revela el inicio de su arte, el proceso detrás de cada pieza y sus planes a futuro.
De pequeña era fanática del programa Utilísima (por supuesto). Disfrutaba viendo el programa todas las tardes e intentando replicar lo que veía en la pantalla. Así fue que empezó con el origami. A los dieciséis años ya hacía encargos para sus amigos e incluso antes de ello, ya creaba sus propias carteras. La primera que hizo fue una Hermes. Como su madre no podía comprarle la original, decidió hacerse una ella misma. Compró cuero y la cosió. Es curioso que más de veinte años después, haya sido la mismísima revista de moda Vogue quien le encargue replicar una Hermes, pero esta vez en tamaño miniatura.
La comisión llegó a través de un correo oficial de la editorial Conde Nast. Casaverde no podía creerlo. “Cuando lo abrí pensé que estaba soñando. Es Vogue”, dice aún asombrada. El correo solicitaba una entrevista y la creación de nuevas miniaturas para el artículo. Casaverde ya tenía avanzada una cartera Hermes, un proyecto que había iniciado hace poco, así que no lo dudó dos veces. “El material me dirige a lo que voy hacer. Meses antes, mi hermana me regaló unas muestras de perfume Hermes y el material del sobre me encantó. Pensé que tenía que hacer algo con ese papel en algún momento. Cuando Vogue me pidió nuevas miniaturas, me pareció perfecto que sea una cartera Hermes y un par más. Así fue que creé la Chanel y luego la Fendi”, explica.
Las mini carteras tomaron alrededor de una semana cada una para producirse. Su proceso es largo pero satisfactorio. “El proceso varía un poco según la pieza, pero más o menos los pasos se mantiene. En el caso del bolso Chanel, lo primero fue buscar un papel que pareciera cuero. ¿Cómo hacer que el papel se comporte como cuero y te dé la sensación que es lo mismo?”, comenta. Una vez encontrado el material, la artista se sumerge en un proceso de investigación. Documentales, series, Tiktoks...de todo un poco. Para así poder entender cómo fue hecha la cartera y cómo funciona. Luego, realiza planos en Autocad, los imprime y empieza la creación de moldes. “En este caso, primero hice el cuerpo de la cartera, la dejé unos días y luego retomé con los accesorios. Al final corrijo errores y listo, no la veo más porque sino no paro de cambiar detalles”, (ríe).
Las carteras se han vuelto virales en redes debido a los realistas que son. El papel parece cuero real y el interior es exactamente igual al de una Chanel. Claro, la única diferencia es que esta no se puede llevar al hombro, pero sí al dedo. El bolso tiene un tamaño diez veces más pequeño que la original, al igual que la mayoría de miniaturas que Casaverde realiza. La idea nació en pandemia, cuando el estudio en el que trabajaba cerró y optó por enfocarse más en sus origamis.
“De alguna manera quería encapsular los pequeños detalles que te da la vida. Cosas chiquitas como ver un colibrí con un pajarito cuando estás caminando y de pronto sonríes. Entonces dije 'cómo todo esas cosas que a mí me hacen feliz...¿cómo lo transmito? O sea, ¿cómo te lo puedes llevar a tu casa?'. De ahí nació la idea de hacer origamis más chiquitos. Me gustó la idea de yo misma tratar de encapsular un momento y dárselo a otra persona”, explica.
Pero la fama de la artista precede a estos bolsos de firmas icónicas. De hecho, su estrellato llegó gracias a una miniatura de Van Gogh, su más grande inspiración. Al igual que él, Casaverde esculpe. Fue encontrar ese parecido entre ambos lo que la unió a él muchos años atrás. De ahí, que siempre haya querido realizar una miniatura inspirada en su ídolo. “Cuando lo hice, sentía que algo estaba vacío. Y ahí fue cuando decidí hacer también un cuadro y elegí “La Noche Estrellada””, revela. No pasó mucho tiempo hasta que el Museo de Van Gogh vió la miniatura en redes sociales y la compartió en las suyas propias.
Después de aquél descubrimiento, lo que siguió es historia. Poco después, la exposición Small is beautiful la invitó a una presentación en París a la cual no pudo asistir por temas personales. Pero meses después, viajó a la edición en Londres y en el 2022, a la de Nueva York. “Cuando estaba en Nueva York, me contactó el MET para invitarme a asistir a una exhibición de Van Gogh, aunque no pude ir porque tenía que regresar a Lima; luego hicimos una colaboración para las redes sociales y eso ya fue increíble. Aún tengo el contacto y espero poder hacer algo con ellos prontos”, añade.
Hoy, Ana Sofía es dueña de la firma Happi Kukki en la que bajo el lema “Pequeña gran felicidad” vende sus miniaturas a los amantes del arte. Encapsula sus miniaturas en cuadros o cúpulas transparentes para convertirlas en adornos únicos. Entre ello y sus comisiones independientes como diseñadora de interiores, la artista peruana se pasa el día creando, mientras se prepara para su próxima exhibición que tendrá lugar el 20 de octubre en Bruselas, Bélgica.
Puedes comprar un cuadro o adorno de Ana Sofía Casaverde enviándole un mensaje a través de su cuenta en Instagram @happi.kukki o al correo anasofia.casaverde@gmail.com. Los cuadros tienen un precio aproximado entre 400 y 650 soles y se entregan en 20 días hábiles.
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