La acción llegó por donde no esperabas en el más reciente episodio de la sexta temporada de “Game of Thrones”, “The Door” (“La puerta”); título que en sí mismo no significa nada, hasta que, de pronto, todo cambia. Este episodio es especial no solo por la acción que incluye, que no es poca, sino por equilibrarla con diálogos y actuaciones que recuerdan la mejor etapa de la serie.
Ahora sí, spoilers:
Tyrion Lannister dijo que la historia se hace con grandes conversaciones en salones elegantes. “Game of Thrones” cumple solo con lo primero cuando Sansa Stark (Sophie Turner) contacta con Petyr “Littlefinger” Baelish (Aidan Gillen) en el lugar más desastroso del Muro. Él le dice lo preocupado que estuvo por ella al enterarse que huyó de Winterfell , pero que está aliviado al verla “sin daño alguno”.
Pero Sansa ha cambiado, no solo por los daños que sí tuvo, cortesía de Ramsay Bolton (Iwan Rheon). Cada una de sus acusaciones contra Baelish son dolorosas de pronunciar y dolorosas de escuchar; es una gran conversación donde las palabras de Sansa, apoyadas por Brienne de Tarth (lista para atacar a la primera orden), dicen tantas verdades tan rápido que es incómoda de escuchar. La escena parece gritarte que te vayas, que estás escuchando algo que no debes.
Con esto, el mayor jugador del juego de tronos se percata que Sansa ya no está para ser manipulada y le ofrece su ayuda, pero la joven rechaza el ejército de la casa Arryn. Aun así, las siguientes palabras de “Littlefinger” permanecen en su mente: Riverrun tiene un ejército dispuesto a ser leal a los Stark.
Todavía en el Muro, cuando Jon Snow (Kit Harington) piensa en lo necesario para recuperar Winterfell, la solución la trae Davos Seaworth (Liam Cunningham): buscar a las casas pequeñas para apoyar la causa. Esta escena no sería más que una excusa para acomodar piezas en el tablero a no ser de lo dicho por Sansa, quien suelta el dato del ejército en Riverrun. Eso sí, no dice que la información vino de Littlefinger. Aquí tenemos la confirmación de quién es Sansa ahora; una mujer capaz de aceptar un consejo del demonio si eso le trae beneficios, pero esta vez no elige a ciegas como en la boda, ahora tiene respaldo de otros.
En Pyke, Theon Greyjoy (Alfie Allen) apoya a su hermana Yara (Gemma Whelan) para apoderarse del Trono de la Sal. De pronto, hace su aparición Euron, asesino del rey, quien además era hermano. El que haya matado a Balon Greyjoy no es un secreto que le preocupe guardar y lo dice delante de todos, pues este solo era bueno para llevarlos a la derrota. Resulta que su propuesta cala en los hombres de hierro: buscar a Daenerys Targaryen (Emilia Clarke) y ofrecerle naves para tomar los Siete Reinos.
¿Por qué apoyar a una mujer luego de haber despreciado a Yara? Porque la Khaleesi tiene tres dragones. En Meereen, Tyrion aún necesita conseguir fuerzas para contrarrestar a los Hijos de la Arpía. ¿Recuerdan la aparición de un sacerdote rojo al inicio de la temporada? No fue casual, pues el culto a R'hllor está asentado en Essos y emplearlo para pregonar el evangelio de Dany tiene sentido. Ahí entra en cuestión Kinvara, sacerdotisa de Volantis dispuesta a ayudar, pues la agenda de la madre de dragones se cruza con la de ella. Su presencia incomoda a Varys, quien por una vez reconoce (no con palabras) que la magia es real.
Mientras tanto, al norte, más allá del Muro, Bran Stark (Isaac Hempstead-Wright) se aventura solo en los viajes mentales donde lo guió el Cuervo de Tres Ojos (Max Von Sydow). Por primera vez comete un error: ve al Rey de la Noche y este lo ve a él, tocándole el brazo. Al despertar, el Cuervo le dice que debe huir, pues el señor de hielo, que ahora sabe su localización, querrá matarlo, así como los caminantes blancos y wights (muertos vivientes).
Bran aún no puede escapar junto a Meera Reed (Ellie Kendrick) y Hodor (Kristian Nairn), pues el Cuervo de Tres ojos tiene que mostrarle algo en el Winterfell de antaño. Cuando los wights entran a la cueva, Bran escucha los ruegos de Meera y consigue controlar a Hodor para que lo cargue, sin salir de la visión del pasado, y todos escapan por la puerta trasera.
Cuando Meera pide a Hodor sostener la puerta para que los wights no crucen, que en inglés se lee “hold the door”, entendemos que esta es una lección para Bran: viajar al pasado trae consecuencias. El “hold the door” llega a la mente del pequeño Walder, quien se desploma en Winterfell años atrás y solo puede decir “hold the door” una y otra vez. “Hold he door”. “Hold”. “The”. “Door”. “Holdoor”. “Hodor”.
Al brindar más desarrollo a Sansa y Bran, negados de ese derecho en otras temporadas, “The Door” es el mejor episodio de la sexta temporada de “Game of Thrones”. Con escenas que merecen verse más de una vez para captar múltiples mensajes, el capítulo de todas formas tiene fallas que, a estas alturas, parecen insalvables, como que Daenerys tenga control tan fácil sobre los dothraki o que Littlefinger haya viajado tan rápido al norte, pero ambas cosas no le quitan puntos al episodio pues, por sobre todas las cosas, se narró con corazón.
PENSAMIENTOS SUELTOS
¿Por qué crearon los niños del bosque a los caminantes blancos? Cuando los primeros hombres llegaron desde el sur, por la región ahora conocida como Dorne, se hizo inevitable una guerra con los pobladores originales de Westeros. Así, la cura para vencer al invasor resultó más cara que la enfermedad. Cosas así son pan de cada día en la realidad.
“Littlefinger” va a tener que revelar tarde o temprano la técnica Baelish para la teletransportación.
La historia de Jorah Mormont (Iain Glen) bien podría terminar aquí. El hombre expulsado de su hogar tras perder la cabeza por una mujer busca redimirse y, a pesar de tener el perdón, no puede estar con su verdadero amor. No obstante, recibe otra oportunidad que lo aleja de ella. Solo le faltó cabalgar hasta perderse en la puesta de sol.
La mejor escena de Arya de toda la temporada se dio frente a la tropa actoral. La representación de la muerte de Ned Stark y el martirio de Sansa, inexacta pero hilarante, muestra que ella aún no está lista para servir al Dios de los Muchos Rostros. Olvidar por el pasado no es fácil, en cambio saber que sigue allí, pero elegir una nueva vida, es la clase de conflicto que necesita la historia de Arya.
Con Euron como nuevo rey en el Trono de la Sal, Yara y Theon escapan y le roban todos sus barcos, lo cual tampoco habla muy bien del hermano de Balon. ¿Tan fácil es hacerle el avión a un Greyjoy?
“Game of Thrones” confirmó en este episodio que las paradojas temporales existen en su mundo. La pregunta es cómo este recurso narrativo se mostrará en los próximos episodios. A partir de aquí, si se usa otra vez todo será como caminar sobre hielo.
No me había emocionado tanto con ningún episodio de “Game of Thrones” desde la boda roja. Ni siquiera la muerte de Oberyn Martell a manos de la Montaña habían hecho algo así. Es la clase de momento donde el uso adecuado de los efectos especiales, con los diálogos correctos y las acciones precisas hacen que la historia siga hacia adelante. Te extrañaremos, Hodor.
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