El estandarte de la casa Targaryen, un dragón rojo de tres cabezas sobre fondo negro, parece una herida abierta en el corazón de la ciudad cuando Jon Snow (Kit Harington) se aproxima a su reina. Daenerys Targaryen (Emilia Clarke), entonces, dice las palabras que sellarían su destino en el último episodio de “Game of Thrones” (“Juego de tronos”).
A continuación, NUESTRA RESEÑA CON SPOILERS de “Game of Thrones” 8x06:
Para Daenerys Targaryen, la destrucción de King's Landing no es el fin de sus acciones bélicas, solo el comienzo. Quiere liberar a la gente de la opresión, “romper la rueda”. Como dice el meme, no puede haber gente sufriendo si matas a toda la gente. Tampoco hay que ser listo como Tyrion Lannister (Peter Dinklage), quien dicho sea de paso es apresado por traición, para darse cuenta de que algo anda mal con esa lógica.
A lo largo de la serie, Daenerys tuvo como único objetivo recuperar el Trono de Hierro que le fue arrebatado a su padre. Nada más. La Daenerys del final, en cambio, quiere conquistar el mundo bajo la excusa de salvarlos a todos. ¿Cómo llegó de un punto a otro? No hay explicación evidente, así que Tyrion debe aclarar el panorama; casi deletrearlo.
Tyrion le dice a Jon que si Daenerys es como es ahora, eso se debe a que durante toda su vida creyó ser la elegida del destino. Y Jon Snow, al ser también un Targaryen, se interpone en ese destino. Esto me recuerda a lo que me dijo alguien hace unos días: “si toda tu vida te han dicho que eres Jesús, pero resulta que no lo eres, ¿qué haces?”
Jon, tras intentar razonar con Daenerys y darse cuenta que ella solo quiere sangre y fuego, la mata. Otro momento apresurado, la clase de cosa que como guionista solo puedes hacer cuando es el episodio final y sabes que no tendrás que explicar nada a nadie y que, en definitiva, traiciona la honestidad de Jon. Entonces Drogon aparece y, en lugar de matar al bastardo, quema el Trono de Hierro sin que nadie se lo ordene.
¿Por qué Drogon haría eso? La“magia” podría ser la única respuesta, una muy mala, porque no hay razón que explique por qué un dragón podría derretir un trozo de metal viejo cuando tiene, a solo unos pasos, al asesino de su madre. Ni qué decir del por qué la mujer más poderosa del mundo hasta ese momento no fue resguardada por sus Inmaculados y guerreros dothraki.
Así cerró la historia de Daenerys Targaryen, la Madre de Dragones, Mhysa, Rompedora de Cadenas, la Que no Arde y Khaleesi del Gran Mar de Hierba. Con un puñal en el corazón dejó de ser un problema para Westeros. Entonces es momento de hacer que los Siete Reinos avancen y para ello necesitan un nuevo rey.
Tyrion sugiere a Bran Stark (Isaac Hempstead-Wright) para el trabajo.
La lógica de Tyrion Lannister es que, al conocer la historia mejor que nadie, Bran Stark es el más apto para gobernar. No puedo evitar ver la ironía: Jaime Lannister (Nikolaj Coster-Walday), el asesino de reyes, terminó por convertirse en creador de reyes cuando empujó al niño de la torre quemada de Winterfell. Es un momento demasiado redondo, pero en el buen sentido. No me disgusta.
Con Tyrion como nueva Mano del Rey, solo queda por definir el destino de Jon Snow. Sansa lo quiere en el norte, Grey Worm (Jacob Anderson) lo quiere muerto. El punto medio es enviarlo a la Guardia de la Noche... la cual ya no tiene razón de ser al no existir la amenaza de los wights y caminantes blancos. Puede que sea el mejor final que pudo tener Jon: aquel que no tenía un lugar en el mundo ahora puede elegir el suyo y ser libre.
Arya Stark (Maisie Williams) se convertirá en exploradora, Sansa (Sophie Turner) en Reina del Norte. Ambas cumplieron, de algún modo y otro, sus fantasías de infancia, pero no con el mismo grado de coherencia, en este caso en desmedro de la hermana menor. El episodio anterior parecía haber puesto a Arya como la inevitable asesina de Daenerys, esto al mostrar su periplo por King's Landing.
Pero no fue así, lo cual hace que todo lo vivido en el episodio anterior por ella cayera en saco roto. No tuvo mayores consecuencias, ni siquiera la comentada escena del caballo blanco, que en este episodio no apareció; algo demasiado obvio como para ignorarlo. Una patinada más de Benioff y Weiss, quienes además de escribir el episodio final también lo dirigieron.
Pero con sus altibajos, “Game of Thrones” terminó. ¿Qué series pueden darse el lujo de hacer eso en la cima de su popularidad? Muy pocas. Ni siquiera las novelas del autor original, George R.R. Martin, lo han conseguido. En el juego de tronos muchos murieron y pocos ganaron. La audiencia estuvo entre el primer grupo, al menos por un tiempo. Valar morghulis.
PENSAMIENTOS SUELTOS
-El hombre quemado que camina junto a Tyrion tiene que ser una de las imágenes más terribles de toda la serie. No hay forma de que el ataque de Daenerys quede sin consecuencias.
-Brienne of Tarth (Gwendoline Christie), al momento de escribir la vida de Jaime Lannister en el Libro Blanco de la Guardia Real, le dio un cierre a su historia y la del Matarreyes. Ella, al obtener el más grande honor para un caballero (Lord Comandante de los Capas Blancas); él, como alguien que cumplió su deber hasta el final.
-Ser Bronn de Blackwater (Jerome Flynn), lord de Highgarden y Maestro de Moneda. Era lo mínimo que merecía ese hombre.
-Podrick Payne (Daniel Portman), caballero de la Guardia Real. Nada mal.
-El libro escrito por el archimaestre Ebrose sobre las guerras tras la rebelión del Rey Robert, “Canción de hielo y fuego”, lleva el mismo nombre de la saga de novelas que inspiró esta serie. Una referencia demasiado obvia.
-Grey Worm merecía algo más que simplemente ser relegado a un verdugo y que, después, se vaya a Naath. El manejo de su historia sintetiza el trato mediocre que los personajes de piel negra han obtenido en esta historia.
-Lo mejor que le pudo pasar al pelele de Edmure Tully fue ser silenciado por Sansa. No todos los días una reina te cierra el pico.
-Si ahora los lords de Westeros elegirán al rey... eso significa que Robin Arryn puede convertirse en rey (teóricamente). De solo pensarlo me dan escalofríos.
-“No hay nada más poderoso en el mundo que una buena historia”. La mejor frase del episodio.
-Cuatro temporadas después, Tyrion recién se acuerda que mató a Shae.
-Gran momento de Tyrion: cuando encuentra los cadáveres de sus hermanos. Muy triste todo.
-Y así terminaron las reseñas de El Comercio sobre “Game of Thrones”. Escribir sobre esta serie por tantos años ha sido un placer. Valar dohaeris.