DIEGO PAJARES (@eldiegock)
Antes de empezar los créditos habituales, una sola escena se encargó de remover nuestros cimientos. Tywin Lannister, abuelo del rey Joffrey, supervisa de cerca cómo un herrero funde la espada de Ned Stark. Un acto casi simbólico que de arranque nos reafirma, nos hace recordar, que los Lannister prácticamente han barrido con el Norte.
Más adelante el propio Tywin le dice al Matarreyes Jaime Lannister que la espada que le está regalando provino de una “exageradamente” grande. ¿Pueden destruir más el orgullo de los Stark? Entre otras cosas, este primer capítulo de la cuarta temporada de “Game of Thrones” nos ha dado la estocada final de un ataque que comenzó en la boda roja. Los Lannister están en control absoluto, nos queda claro.
Pero no todo puede ser perfecto. Si al final de la temporada anterior nos preguntábamos si alguien podría hacer frente a esta familia enquistada en el poder, en este capítulo apareció un candidato: Oberyn Martell. El príncipe de Dorne llega a Desembarco del Rey invitado a la boda real, es recibido por Tyrion, a quien su familia pone en las labores más dispensables de los siete reinos. De arranque vemos que este hijo de Dorne, de la Casa Martell, quiere venganza. Su familia fue asesinada por los Lannister y prácticamente le dice a nuestro Medio Hombre que quiere matar a toda su familia. ¿Será la Víbora Roja quien por fin haga morder el polvo a los Lannister? “Dile a tu familia que los Lannister no son los únicos que pagan sus deudas”, le dice a Tyrion.
El personaje interpretado por Peter Dincklage es quien nos ha entregado, en mi opinión, los mejores momentos de la serie. Este episodio ha sido uno cargado de comentarios sarcásticos y situaciones que hemos disfrutado mucho, como cuando Shae se escabulle en su habitación y le pide tener relaciones sexuales. “Este es un momento complicado”, le responde Tyrion. Ante la insistencia, le suelta la explicación: “Mi familia me quiere matar, mi esposa me culpa de la muerte de su familia y alguien ha amenazado a toda mi familia de muerte. Este es un momento complicado”. Por si no nos quedó claro.
Ha sido un deleite ver el protagonismo que le han dado a Tyrion en este episodio. Muy buenos momentos junto a Bronn, su guardián, aprovechando precisamente ese humor negro que nos entregaron de a pocos en temporadas anteriores.
Mientras tanto, vemos cómo Jon Snow es obligado a explicar por qué mató a un miembro de la Guardia de la Noche mientras estuvo del otro lado del muro, mientras los salvajes -con una Ygritte que realmente quiere matarlo- se encuentran con unos caníbales que no tendremos que perder de vista.
El capítulo termina con Arya y el Perro. Es gratificante ver cómo crece el personaje de Arya. Comienza reclamando por un caballo y al final se lo gana, prácticamente haciendo dupla con su captor. En “Game of Thrones” la venganza es un plato que se come frío, y aquí Arya por fin ha encontrado la suya frente a ese soldado que le quitó su espada 'Needle', allá por... ¿la primera temporada?
En definitiva un gran regreso de la serie de George R.R. Martin. con Danaerys siendo rechazada por sus dragones (¿Qué pasó? ), siendo enamorada por uno de sus guardianes y dirigiéndose hacia Meeren, esta ciudad cuyos habitantes cuelgan niñas muertas en estacas para dar la bienvenida a sus visitantes. El juego comenzó otra vez.
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