La Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA, por sus siglas en inglés) ha marcado una tendencia en la entrega de sus premios a mejor serie dramática en los últimos años: ovaciona a las series debutantes que empiezan con el pie derecho.
Lo hizo con “Homeland”, que repitió el plato con su segunda temporada. Antes lo había hecho con “Boardwalk Empire”. También con “Mad Men”, que ganó el Globo de Oro por su magnífica primera entrega y luego hizo lo propio dos años seguidos más. Esos son los últimos 8 años. Antes, “Grey's Anatomy” y “Lost” recibieron premios por sus segundas entregas, aunque en realidad el reconocimiento se hacía a sus debuts (si no que se lo digan a “Breaking Bad”, cuya estatuilla el año pasado se asemejó más a un merecido premio a la trayectoria).
En ese sentido, no sorprende que la HFPA haya escogido a “The Affair” como la mejor serie de la temporada que pasó. ¿Es cuestionable? Completamente. Podría asegurar que esta serie no es mejor que “House of Cards” ni “The Good Wife”. Es más, estoy totalmente seguro que no lo es. Pero sí de decir algo: no es mejor, pero es diferente.
“The Affair” cuenta la historia de dos parejas (interpretadas por Joshua Jackson, Maura Tierney, Dominic West y Ruth Wilson) cuyos integrantes más atribulados terminan teniendo una aventura. Hasta ahí estamos frente a un culebrón Sin embargo, la serie se arriesga y va un paso más allá: muestra esta historia de amor desde dos puntos de vista distintos, el de cada uno de sus protagonistas. La serie nos sorprende, entonces, mostrándonos la forma de ver tan distinta que tienen cada uno.
No diría que “The Affair” fue lo mejor del año, pero sí diré, con seguridad, que fue la que ofreció algo diferente. Es muy probable que ahí radique la razón de su premio.