La telenovela mexicana para millenials “La casa de las flores”, creada por Manolo Caro, regresó con una segunda temporada que prometía ser más divertida que la anterior. Después de ver todos los capítulos te contamos sin spoilers si cumplió o no con las expectativas.
En su segunda temporada “La casa de las flores” es menos divertida, pero eso no significa que, en términos generales, haya perdido calidad. Para compensar la escasez de humor, la historia de la familia de la Mora ahora tiene más drama, rencor y surrealismo.
En la primera temporada fue Paulina (Cecilia Suárez) quien mantenía unida a la familia y guardaba las apariencias, algo que le enseñó desde siempre su madre, Virginia (Verónica Castro). Con la muerte de la matriarca, Paulina viaja a España para rehacer su vida junto con su aún esposo transgénero María José (Paco León) y su hijo Bruno (Luis de la Rosa). Sin embargo, problemas legales con el testamento de su madre la hacen regresar a México. Pero su verdadera intención para viajar es vengarse de Diego (Juan Pablo Medina), quien le robó millones de pesos a su familia, y así recuperar la florería que da nombre a la serie.
Los capítulos de “La casa de las flores” transcurren de manera ligera. Como en la anterior temporada, el showrunner Manolo Caro juega con los desenlaces telenovelescos al estilo Televisa y te deja con tanta intriga que marcas el “siguiente capítulo”, aunque prometiste moderarte y no ver toda la temporada de un solo tirón.
Una vez que Paulina regresa con sus hermanos para recuperar la florería, empieza a buscar estrategias para lograr su objetivo. Los ‘chiquis’, nuevos y antipáticos dueños del lugar, no quieren devolvérsela, y en su lugar quieren poner un acuario. La hermana mayor tendrá que lidiar con ellos y busca alternativas con sus hermanos para lograr su objetivo y volver a España.
MÁS HISTORIAS
La relación entre Julián (Darío Yazbek Bernal) y Diego es una de las historias que se relatan en los nuevos capítulos. Una vez que reaparece Diego tras haber escapado con el dinero de la familia de la Mora, Julián tendrá que evaluar si quiere perdonarlo o si continuará su vida con otra pareja.
La trama entre estos dos es entretenida y con suficiente drama para no pasar desapercibida. No tiene la misma intensidad la trama de Elena (Aislinn Derbez), quien se enamorada (otra vez) de quién no debe; ya aburre ver a su personaje tomar malas decisiones en el amor. La actriz no es mala, pero sí su historia.
La secta que aparece para seducir y embaucar al patriarca de la familia, tampoco convence. Esta parte de la historia parece que es alargada sin un propósito.
Pero no todo está mal en “La casa de las flores”. Micaela (Alexa de Landa) y su participación en “Talento México” es una de las cosas más tiernas y divertidas del show. Ella y Bruno intentarán destacar en el programa mexicano y ganar dinero para recuperar la florería. No daré detalles de su participación para no hacer SPOILERS, pero definitivamente se roban el corazón del espectador.
El romance de la Chiqui (Natasha Dupeyron) con uno de los personajes de la temporada pasada podría pasar desapercibido, pero los diálogos que tiene la joven mexicana son tan hilarantes y de humor negro que vale la pena haberla incluido en este año.
El escaso humor en “La casa de las flores” no se debe a la ausencia de Verónica Castro, sino al libreto. En lo que esta historia continúa siendo pionera es al tratar temas tabú, algo raro en novelas, digo series, latinoamericanas. Prepara canchita y disfruta, que al final todo es subjetivo y, tal vez la abu-rri-da sea esta re-dac-to-ra y no el gui-on.