Gianluca Lapadula, futbolista ítalo-peruano, cumple 32 años rodeado del cariño de sus compañeros y de los hinchas de la blanquirroja. El delantero que destaca por su sencillez, ha logrado ganarse un espacio en el equipo y es considerado pieza fundamental para cada partido de la selección.
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Como se sabe, Lapadula es de madre peruana y padre italiano, siendo ellos sus principales hinchas y quienes lo motivaron a elegir a Perú, después de ver que no tenía muchas oportunidades de ser convocado por Italia. A pesar de esto, el delantero ha logrado integrarse y ser un peruano más.
En el día de su onomástico, conoceremos más sobre la ciudad que lo vio nacer y donde dio sus primeros pasos en el fútbol hasta lograr convertirse en uno de los jugadores más queridos de la selección peruana.
La cuna de Italia
Turín está situada en la región Piamonte al norte de Italia y cuenta con casi un millón de habitantes. Fue la primera capital del país y destaca por su arquitectura. Ofrece una gran cantidad de museos, parques, restaurantes, teatros y bibliotecas.
Su edificio más emblemático es la Mole Antonelliana, ubicado en el centro de la ciudad en vía Montebello. La Mole toma su nombre por su creador: Alessandro Antonelli. Aunque fue diseñada para ser una sinagoga y no un museo, se ha convertido en un gran atractivo para los turistas.
En cuanto a los museos debemos destacar el Museo Egipcio cuya magnitud solo queda solapada por el museo de El Cairo. El Museo está situado dentro de un imponente edificio de 4 plantas, con 10.000m2 de superficie total y se encuentran 3.300 objetos expuestos.
Si eres fanático del fútbol, en Turín encontrarás el moderno Allianz Stadium, estadio del club Juventus. Este escenario deportivo es considerado un símbolo arquitectónico del Turín contemporáneo y es el primero del país sin barreras arquitectónicas. Además, no solo se disfrutan partidos de la serie A, sino es un espacio de reunión y entretenimiento.
Corazón de la gastronomía italiana
Comer en esta ciudad es adentrarse en las tradiciones piamontesas y de una cocina donde el queso, vino y las pastas son las estrellas.
Como plato típico de Turín tenemos a lo agnolotti que son una pasta que cuenta con diferentes rellenos y se aderezan con salsa de tomate o mantequilla y con mucho queso rallado.
Además, la Trufa blanca es muy utilizada en numerosos platos, de las más diversas formas. Se las puede comer crudas, sobre los agnollotti u otras pastas y en la ensalada. Los quesos de Turín son también un símbolo gastronómico de la ciudad, así como los vinos que produce.
Aunque Turín no es tan visitada como otras ciudades de Italia, posee grandes atractivos turísticos y gastronómicos que pueden colocarla como una buena opción para quienes están armando su próximo viaje a Europa.