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Los miradores naturales tienen una magia especial que es difícil describir en una sola palabra. Eso es lo que sentí una vez que pude completar la ruta hacia el mirador de Chonta, durante mi aventura en Cusco.
Los atractivos turísticos alternativos siempre prometen. Por eso, cuando me invitaron a visitar el mirador de Chonta, ubicado en el distrito de Limatambo, a 98 km de la ciudad de Cusco, no había mucho que pensar para enrumbarme a este lugar poco explorado. Para no sufrir problemas con la altura, seguí los consejos de los guías de turismo para aclimatarme por lo menos un día en la ciudad inca.
Sobre los tours que van hacia la comunidad de Chonta, lo ideal es hacerlo con agencias autorizadas que operan en Cusco. En la página ytuqueplanes.com puedes encontrar ofertas desde los S/ 170 por persona (incluye traslados desde Cusco, guiado, entrada y box lunch).
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La noche previa al recorrido es clave que descanses lo mejor que puedas. Ya por la mañana trata de comer ligero y no olvides vestir con ropa cómoda y zapatillas de trekking, así como llevar en tu mochila dos botellas de agua, unos lentes de sol, un bloqueador, una casaca impermeable por si el frío asoma y una linterna. El viaje en auto desde Cusco hasta Chonta te tomará un promedio de tres horas, que ni las sentirás. Solo déjate llevar por la naturaleza que rodea todo el recorrido.
El circuito turístico de Chonta está conformado por tres miradores, siendo el más lejano el más esperado por los turistas. Como en toda caminata, será imposible no hacer la clásica pregunta: “¿falta mucho?...” Ten en cuenta que este mirador natural se encuentra a más de 3 mil 400 metros sobre el nivel del mar, y ofrece un camino que invita al viajero a no despegar la mirada de sus impresionantes montañas. Estar cerca del hábitat natural de los cóndores te permitirá también sacar las mejores postales del río Apurímac.
Ritza Flores, guía de turismo que nos acompañó en la travesía, detalla que la mejor hora para apreciar el vuelo de los cóndores es entre las 3 p.m. y 4 p.m. Esto sumado al increíble atardecer que podrás disfrutar desde este rincón de Cusco. Llegar a los tres miradores no te tomará más de una hora. Aprovecha cada descanso para hidratarte.
Una vez en el tercer mirador, la paciencia debe ser tu mejor compañera. Los cóndores -a lo lejos- ya preparan su llegada, pero no te la pondrán tan fácil. Lo mejor de todo es que cuando hagan su aparición, podrás ver inclusive de cerca hasta diez de estas aves míticas de los Andes. Cámara en mano intentamos registrar su magistral vuelo. La tarde empieza a caer y es hora de regresar a Cusco, pero con la promesa de que no será mi única vez en Chonta.
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