Si bien la recomendación, hoy en día, es trabajar desde casa, para muchísimas personas eso no es posible. Tras el fin de la cuarentena esas personas empezaron a retomar sus rutinas y para quienes tienen perro, posiblemente ese proceso esté siendo doloroso y hasta costoso.
Pantuflas deshilachadas, almohadas desplumadas y puertas arañadas suele ser el saldo de un perro que busca drenar su ansiedad y llamar la atención del dueño que lo deja solo. Luego llegan las quejas de los vecinos por los ladridos y aullidos.
La ansiedad de separación es un trastorno que se da en humanos y también en animales. En el caso de los perros es muy común y la situación de aislamiento social que estamos viviendo debido al coronavirus ha desencadenado extremo apego en perros que antes no sentían esa necesidad de compañía.
“Durante la cuarentena muchos perros desarrollaron mucho más ese apego, lo cual es un gran problema pues además de ladrar sin parar y de romper cosas, orinan y evacuan donde sea. Lo peor es que la mayoría de dueños no saben como lidiar con ellos y eso se puede convertir en un problema mayor”, comenta Pedro Enrique Saragoza, especialista en conducta canina y adiestrador de perros.
Saragoza explica que sea cachorro o perro adulto, el problema siempre lo genera el humano. ¿Cómo? Por ejemplo, la persona sale de casa por varias horas y si no ha tomado las medidas necesarias para preparar a su perro a pasar tiempo solo, puede haber serias consecuencias.
“Pasa mucho con perros que son adoptados de un albergue el fin de semana. Lo llevan a casa un sábado por la mañana, pasan dos días con él, llega el lunes, se van a trabajar y de pronto este perro, que había vivido rodeado de otros perros y humanos, ahora se queda completamente solo y en un lugar extraño”. Dice Saragoza.
Otra forma de generar ansiedad en un perro, según este especialista, es cuando el humano pasa demasiado tiempo acariciándolo y hablándole. Hablarles mucho puede crear un vínculo que le termina haciendo daño pues les genera un apego excesivo y una dependencia fuerte con sus dueños.
Felizmente hay una salida. En esta nota, Saragoza comparte dos formas de solucionar y de prevenir la ansiedad por separación.
Prevención
Sea cachorro o adulto, lo mejor es buscar la forma de dejar al perro estar independiente en algún lugar de la casa. No dejes que tu perro ande pegado a ti, eso desencadena dependencia y problemas cuando no estemos cerca.
¿Cómo le damos independencia? Apoyándonos en juguetes interactivos como una botella o un Kong relleno de premios, un hueso manzano u osobuco, carnaza, rompecabezas para perros, esconderle galletitas para que las busque, etc. Todo eso los entretiene y los ayuda a ser independientes en un espacio de la casa.
Otro consejo es que al regresar a casa, no hablarle apenas cruzas la puerta, así no incentivamos la ansiedad. Por otro lado, al salir de casa, ignorarlo. No es necesario despedirnos de ellos, no se van a resentir, pero si queremos despedirnos sí o sí, hacerlo unos 5 minutos antes de salir, así no asocia despedida con ‘me quedaré solo’.
Desarrollar una rutina de ejercicios. Si tu perro no tiene actividad física, olvídalo, eso ya es un problema en potencia. Ellos necesitan moverse. Si vives en departamento, usa las escaleras o diséñale un circuito para caminar por dentro, no importa si el espacio es pequeño. Darle comandos también funciona, decirle ‘seat’ (sit) 15 veces es como si hiciéramos 15 abdominales.
Soluciones
Si tu perro ya lo desarrolló, busca ayuda profesional. He tenido casos de gente que se apoya en videos de You Tube y no les ayuda porque cada perro es diferente. Se frustran y abandonan todo intento, pero no es que el material sea malo, sino que cada caso es único. También pasa que por falta de recursos, muchos recurren a Internet para informarse, pero terminan abandonando no solo la búsqueda, sino también al perro.
La solución depende del comportamiento del perro y de qué está haciendo el humano, no depende mucho del lugar en el que vive. Cuando trabajo con un cliente le hago muchísimas preguntas como a qué hora sale, dónde duerme, cuánto camina, dónde anda cuando estás en casa, etc.
Saragoza comparte el caso de un maratonista que pasa mucho tiempo corriendo y que ahora, a partir de que se levantó la cuarentena, apenas agarra la llave, su perro se le pega y se queda llorando, gimiendo y arañando la puerta una vez que se va. La recomendación es agarrar las llaves, pero no salir inmediatamente. Puede hacer tiempo poniéndose las zapatillas o vistiéndose.
“Es fundamental trabajar la parte psicológica del perro y las costumbres del humano sin dejar la actividad física. El perro es un animal que, por naturaleza, está en constante movimiento, no es un ser sedentario. Por eso siempre he dicho que en la ciudad, cada parque debería de tener un espacio cerrado para los perros. Para ellos 30 minutos de juego entre perros es como si caminaran 2 horas. Se cansan mas rápido porque están usando el cuerpo y la menta a la vez”, agrega Saragoza.
Si no puedes trabajar desde casa, otras opciones para minimizar la ansiedad de tu mascota son regresar a almorzar a casa, pedirle a un familiar o amigo que lo cuide o lo visite, contratar a un paseador, dejarlo en una guardería o llevarlo a tu trabajo, en caso sea posible.
Notas como ésta son muy importante para WUF pues al ser una asociación sin fines de lucro que promueve la adopción de perros y la tenencia responsable de mascotas, WUF se preocupa por informar y ayudar a los lectores a darle una buena calidad de vida a sus animales.
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Pedro Enrique Saragoza es especialista en conducta canina y adiestrador de perros. Él colabora con WUF ayudando a que perros adoptados y sus nuevas familias vivan en armonía y a que perros que aún no tienen un hogar, logren tener un comportamiento equilibrado. Además trabaja de manera independiente.