Jorge Chávez Noriega

Sobre una ladera en Villa el Salvador desde la que se llega a divisar el mar, la basura cobra una nueva vida. Estamos en la biofábrica de Sinba y han llegado dos camiones con decenas de contenedores provenientes de hoteles y restaurantes de Lima. Con ayuda del personal, se descargan a través de una máquina que parece tragarse los restos de carne, huesos, vegetales y frutas. Posteriormente, estos se trasforman en comida de alta calidad para cerdos criados en granjas urbanas certificadas, muchos de los cuales irán a parar a nuestra mesa en forma de adobo o kam lu wantán. Y así, la cadena se repite.

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Este modelo de producción está basado en el principio de economía circular, que tiene como fin reciclar y reutilizar todo aquello que se desecha para darle una segunda vida. Andrea Rivera, Philip Reiser y Bitia Chávez supieron sobre este sistema durante un congreso de startups en 2015. Decidieron aplicarlo después de hacerse la siguiente interrogante: ¿qué pasa con nuestra basura? La respuesta los llevó a descubrir la cruda realidad: en el Perú, cada persona genera más de 300 kg de residuos anualmente, pero solo se recupera el 5%. Es decir, cerca de 10 millones de toneladas terminan en el medioambiente cada año.

‘Pipo’ Reiser, administrador de profesión, es uno de los fundadores de Sinba. En la imagen, posa en la enorme planta de la empresa, ubicada en Villa el Salvador.
‘Pipo’ Reiser, administrador de profesión, es uno de los fundadores de Sinba. En la imagen, posa en la enorme planta de la empresa, ubicada en Villa el Salvador.
/ ALESSANDRO CURRARINO

Con ese conocimiento entre manos, y movidos por la indignación, los tres amigos fundaron Sinba, una empresa cuyo nombre se inspira en el movimiento #SinBasura (no confundirse con Simba, el entrañable personaje del “El rey león”).

“El sistema actual es sumamente contaminante. Comenzamos con este proyecto para intentar cambiar esa realidad, a través de soluciones prácticas basadas en el sentido común, la colaboración y los ciclos de la naturaleza”, nos dice ‘Pipo’ Reiser mientras recorremos la fábrica. “Por ejemplo, trabajamos con empresas a las que ayudamos a segregar mejor sus residuos, para luego nosotros reutilizarlos. Esta acción puede reducir hasta en un 80% su producción de basura”, explica.

MANOS A LA OBRA

Además de los residuos orgánicos, en Sinba también procesan residuos sólidos como plástico y cartón. Para ello trabajan con una red de pequeños acopiadores y recicladores a quienes les pagan un precio justo por su labor, una de las más peligrosas y vulnerables de la ciudad. Dichos precios, por la volatilidad del mercado, se actualizan cada semana.

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Priscila Machuca es una de las diez operarias de esta área de la planta, quien se encarga de recibir y clasificar los desperdicios. Hay más de siete tipos de plástico, pero no todos pueden ser reusados. Priscila asegura que reconoce a la perfección cuáles sirven y cuáles no. “Yo recién llevo siete meses, pero he podido aprender muchas cosas. Lo más gratificante es saber que con tu trabajo contribuyes a reducir la contaminación”, comenta la trabajadora.

Los residuos orgánicos son llevados a la biofábrica de Sinba, donde son procesados, esterilizados y convertidos en alimento para cerdos (en la foto). Hoy en día, colaboran con criadores certificados en Villa El Salvador, Pachacámac y Chorrillos.
Los residuos orgánicos son llevados a la biofábrica de Sinba, donde son procesados, esterilizados y convertidos en alimento para cerdos (en la foto). Hoy en día, colaboran con criadores certificados en Villa El Salvador, Pachacámac y Chorrillos.
/ ALESSANDRO CURRARINO

En esta misma línea, implementaron el servicio Hogares sin Basura, enfocado en la recolección de residuos en casas. Tras agruparlos en enormes sacos y mallas, son despachados a aquellas empresas que los usarán como materias primas para sus operaciones. “El aumento de nuestra flota logística va al mismo ritmo de la oferta y demanda que tenemos de nuestros residuos e insumos. Mantener el crecimiento de ambas es complicado. Es un desafío del día a día”, dice Andrea Rivera, una de las fundadoras del proyecto.

Sinba ha llegado a un acuerdo para hacerse cargo de los residuos orgánicos del programa de tv “El gran chef famosos”, que se emite por Latina.
Sinba ha llegado a un acuerdo para hacerse cargo de los residuos orgánicos del programa de tv “El gran chef famosos”, que se emite por Latina.

A pesar de haber vivido momentos complicados durante la pandemia, en 2022 experimentaron una recuperación: facturaron 3 millones de soles en ventas. Y, este año, esperan superar largamente esa cifra y duplicar la cantidad de residuos procesados, pasando de 10 a 20 toneladas de residuos orgánicos y sólidos por día.

Un ejemplo de cómo emprender, de modo socialmente responsable. //


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