SOFÍA CARRILLO BARRERA El Comercio
El Buque de Investigación Científica (BIC) Humboldt volverá a zarpar en diciembre rumbo a la estación científica que el Perú tiene en la Antártida. Durante los dos meses de misión los peruanos realizarán estudios ambientales, de física y biología.
El retorno a los mares del Buque de Investigación Científica (BIC) Humboldt será celebrado a lo grande. La nave, que se encontraba inactiva desde el 2007, zarpará el 28 de diciembre hacia la Estación Científica Antártica Machu Picchu (Ecamp), en la expedición número 21 que marca los 25 años de presencia peruana en el continente blanco.
Equipos calificados de diferentes universidades e instituciones nacionales realizarán ocho investigaciones.
Cinco de ellas, vinculadas con el estudio de las ciencias naturales, analizarán el ecosistema que rodea la zona de la isla Rey Jorge, en la que se encuentra la Ecamp.
Otros dos estudios se concentrarán en la climatología y cartografía del lugar. Finalmente, el impacto causado por la presencia de los expedicionarios en esta porción del territorio antártico formará parte del último proyecto peruano, orientado hacia la gestión ambiental.
“Este continente recoge en su seno todo lo que el mundo necesitará en menos de 35 años. Por eso, es importante que el Perú consolide allí su presencia. Además, es preciso reconocer la influencia de este continente sobre nuestro pais: regula el clima y las corrientes marinas”, dijo a El Comercio Julio Romero, director de Asuntos Antárticos del Ministerio de Relaciones Exteriores.
A diferencia de otros años, en que las labores científicas solo se realizaron en tierra firme, esta vez el Instituto del Mar Peruano (Imarpe) llevará a cabo dos estudios a bordo del remozado BIC Humboldt en el Estrecho de Bransfield.
“El buque volverá a ser una base de investigación. Podremos analizar los recursos de la parte superficial y del fondo del mar, potenciando el trabajo”, declaró a este Diario Marco Espino, coordinador de Asuntos Antárticos del Imarpe.
EL TIEMPO A FAVOR La Ecamp fue instalada durante la segunda expedición oficial, en 1989. Las misiones son realizadas solo durante el verano austral (entre diciembre y marzo). Eso quiere decir que al terminar el período establecido, todo el personal científico y militar regresa al país. Por ello se considera a la base peruana como no permanente.
Sin embargo, no quiere decir que las investigaciones terminen con el retorno de los científicos. “El viaje es un primer paso. Todos los datos recogidos son analizados y comparados”, afirmó Rogelio Villanueva, jefe del Área Científica-Ambiental de la Dirección de Asuntos Antárticos del Ministerio de Relaciones Exteriores.
La Antártida es una superficie de casi 14 millones de Km2. También reúne más del 80% de agua dulce del planeta y cuenta con reservas de petróleo, gas, oro, hierro y manganeso.