Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, inició su carrera delictiva cuando era adolescente como mensajero de la pandilla Los Tejas, que controlaba la mayor parte de la actividad criminal en su ciudad natal de Nuevo Laredo, al otro lado de la frontera de Laredo, Texas.
Pasó de lavar autos y llevar recados a transportar drogas por la frontera y con el tiempo se integró al Cartel del Golfo, con sede en Matamoros, que absorbió a Los Tejas al copar el tráfico de drogas en ese territorio fronterizo.
Treviño Morales se integró a Los Zetas, que se dedicó a trabajar como sicario y guardaespaldas del Cartel del Golfo a fines de los años 90. Rápidamente comenzaron a circular anécdotas de la crueldad de El Cuarenta entre sus hombres, sus rivales y los vecinos de Nuevo Laredo, que vivían aterrados de su furia.
Si te llaman a un encuentro con él, no sales de la reunión, dijo un funcionario de seguridad estadounidense en la capital mexicana que habló a condición de no ser identificado por lo sensible del tema.
LA LUCHA CONTRA EL CARTEL DE SINALOA Una de las técnicas preferidas de Treviño Morales era el guiso, en el cual la víctima era colocada en un barril y quemada viva. Otros que despertaban sus iras eran golpeados con tablas de madera.
En el 2005, Treviño Morales fue designado capo de la plaza de Nuevo Laredo, con la responsabilidad de combatir los intentos del Cartel de Sinaloa de apoderarse de sus rutas de contrabando. Organizó una serie de matanzas del lado estadounidense de la frontera, varias de ellas a cargo de jóvenes ciudadanos de Estados Unidos que balearon a sus víctimas en las calles de la ciudad.
Las autoridades estadounidenses creen que los pistoleros también cometieron una cantidad indeterminada de asesinatos del lado mexicano, según la fuente de seguridad estadounidense en la ciudad de México.
En un ataque en Estados Unidos, los asesinos mataron al hermanastro del objetivo y huyeron, según declaraciones ofrecidas en un juicio de uno de los sicarios. Cuando huían, Treviño Morales los llamó desde México y les ordenó regresar a matar al hombre que él les había indicado, al que acusaba de no pagar una deuda de drogas con el cartel del Golfo.
LA ORGANIZACIÓN DE UNA RED CRIMINAL En 2006, el Cartel del Golfo y Los Zetas derrotaron al Cartel de Sinaloa en Nuevo Laredo, una victoria que los envalentonó cuando empezaban a extenderse a poblaciones que hasta entonces no habían conocido la delincuencia mafiosa.
Organizaron redes criminales para controlar las rutas del narcotráfico, la emigración, la extorsión, el secuestro, el contrabando de DVD y CD pirateados e innumerables actividades delictivas adicionales. Al mismo tiempo,* intimidaban a los vecinos y cometían asesinatos macabros para sentar el ejemplo* de lo que sucedería a quienes se negaran a cooperar.
Según la fuente estadounidense, Treviño Morales estuvo a cargo de Nuevo León, Piedras Negras y otras localidades hasta marzo de 2007, cuando lo enviaron a Veracruz tras la muerte de un dirigente de los Zetas en una balacera.
Ese año, Treviño Morales y el capo zeta Heriberto Lazcano Lazcano empezaron a impulsar la separación de los Zetas del cartel del Golfo tras la extradición del capo de esa organización, Osiel Cárdenas Guillén, a Estados Unidos.
AL MANDO DE LOS ZETAS Finalmente, los Zetas se separaron del cartel del Golfo y para 2008 operaban en 28 ciudades grandes, según un análisis de Grupo Savant, un instituto de estudios de temas de seguridad con sede en Washington.
En febrero de 2008, Lazcano envió a Treviño a Guatemala, donde fue responsable de eliminar a la competencia local y consolidar el control de las rutas para Los Zetas.
En marzo de 2008, organizó la emboscada de carácter militar en la que murió el capo guatemalteco Juan José Juancho León y posiblemente fue el autor del disparo fatal.
Posteriormente, Lazcano lo designó comandante nacional de Los Zetas a pesar de su falta de experiencia militar, para disgusto de algunos de los ex militares fundadores de la organización, según la fuente estadounidense.
CARRERA DELICTIVA EN ASCENSO El ascenso significó que Treviño participaba en prácticamente todas las decisiones de Los Zetas, añadió la fuente.
Treviño Morales, El Z-40, fue acusado de narcotráfico y porte ilegal de armas en Nueva York en 2009 y en Washington al año siguiente. El gobierno estadounidense ofreció una recompensa de 5 millones de dólares por información que condujera a su captura. El gobierno de México añadió unos 2,3 millones de dólares adicionales.
De acuerdo con varios encausamientos penales en cortes estadounidenses, Treviño coordinó el envío de cientos de kilos de cocaína y marihuana de México a Estados Unidos. Buena parte de la droga pasaba por Guatemala. También transportaba enormes cantidades de dólares de ese país a México, según los documentos judiciales.
Según los encausamientos, Treviño también coordinaba el pago de bonificaciones a los miembros del cartel, de acuerdo con su territorio y antigüedad. Los capos regionales recibían 10.000 dólares.
En una conversación interceptada, Treviño ofreció 220 toneladas de marihuana a un comandante regional para transportarla a Estados Unidos.
El comandante respondió que sólo quería una tonelada. Según los documentos judiciales, en 2007 Treviño Morales organizó el traslado de entre 300 y 400 kilos de cocaína a través del norte de México en un vehículo.
El mes siguiente, prosiguen los documentos, las autoridades en Texas incautaron 2,7 millones de dólares en el mismo tipo de vehículo. El dinero era de Treviño Morales, según una conversación interceptada.
Para evadir su captura del lunes, según la fuente estadounidense, se cree que Treviño viajaba frecuentemente a Nuevo Laredo. Su hermana, hermano y mamá vivían en Dallas, pero él tenía muchos familiares en Nuevo Laredo. Este lunes fue capturado por las autoridades de México, por quien Estados Unidos ofrecía cinco millones de dólares.