En las últimas semanas, con motivo del caso de los nahuas en la zona del lote 88 de Pluspetrol, hemos presenciado el impactante desenmascaramiento de una serie de ONG que estaban intentando usar al mencionado grupo nativo como una simple y no consultada ficha de un juego propio. Un juego propio, esto es, para detener el proyecto de ampliación del lote y, en el camino, para volver a mostrarse como los defensores de los marginados frente a la opinión pública y, ciertamente, frente a sus muchas veces bienintencionados donantes de la comunidad internacional.
Comoquiera que varias de las ONG involucradas son de las que más aparecen bloqueando proyectos a lo largo y ancho del territorio, puede que el asunto, además de escandaloso, sea también emblemático, y ayude a explicar muchas actitudes que de otra forma podrían parecer puramente irracionales. ¿Por qué alguien –como sucedió en Espinar– tendría interés en convencer a la población de que la minera del lugar contamina con un mineral que ella no extrae ni utiliza? ¿O en persuadirla –como sucedió en Conga– de que no es posible transvasar exitosamente dos (por lo demás pequeñas) lagunas si uno “no es Dios” (en palabras de Gregorio Santos)?
La historia va así. Pluspetrol presentó un proyecto para ampliar la explotación gasífera dentro del lote 88 que tiene asignado. Un buen número de importantes ONG aparecieron entonces para decir que en la Reserva Territorial Kugapakori, Nahua, Nanti (RTKNN) hay pueblos en aislamiento voluntario (“no contactados”) cuya vida se vería amenazada por la ampliación de esas actividades extractivas, lo que dio lugar incluso a un informe de Naciones Unidas.
Hasta ahí, todo era ya visto y parecía indignante: la historia de la multinacional dispuesta a pasar por encima de comunidades locales, que, por suerte, tenían a estas organizaciones altruistas para defenderlas.
Entonces, sin embargo, sucedió algo inesperado: los supuestos no contactados se contactaron. Una delegación de representantes nahuas de RTKNN se trasladó a Lima para decir que esos señores no hablaban en nombre de ellos y que, de hecho, ni siquiera habían visitado su comunidad (que es la comunidad nahua del lote 88: Santa Rosa de Serjali, SRS), ni les habían consultado su opinión sobre el asunto. La delegación dijo también que, de hecho, los nahuas no son “no contactados” y que, lo que es más, tienen una buena relación con Pluspetrol en la zona y no están en contra del proyecto de ampliación de la explotación gasífera. Los representantes nahuas afirmaron más bien que su interés era poder aprovecharlo y hacer uso de su fondo de compensación.
Los intentos que las así descolocadas ONG hicieron para seguir adelante con su “defensa” de los nahuas, en contra de los propios nahuas, empezaron entonces a volverse cada vez más inescrupulosos y a ponerlas en evidencia. Así, para el jueves 10 de este mes la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) y Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR) habían organizado un desayuno de trabajo denominado Nahuas: Vida, Salud y Extracción de Gas Natural, organizado “para presentar las vulneraciones en nuestro país, durante el último año, a los derechos de los pueblos indígenas”. Pues bien, ¿sabe usted lo que pasó cuando una delegación nahua se trasladó a Lima para intentar dar su versión en este desayuno sobre nahuas? No la dejaron entrar. Lo que, según parecería, no impidió que participaran de la actividad ONG como CNA, Onamiap, CCP, Femucarinap, Cunarc y UNCA (Aidesep sí habría dejado de asistir al saber de la exclusión a los nahuas).
No obstante lo anterior, según los nahuas, la desvergüenza de estas ONG en su intento por instrumentalizarlos ya antes había alcanzado un pico mayor. Así, estas organizaciones habrían propiciado el envío de una carta falsa, firmada supuestamente por dirigentes nahuas al viceministro de Interculturalidad, informándole que la comunidad de SRS había decidido no permitir el trabajo de Pluspetrol en su territorio. Una carta que el presidente y los principales dirigentes de la comunidad de SRS han desmentido por escrito (y con sus huellas digitales), en una comunicación en la que piden que el Estado los ayude a dejar de ser utilizados por estas ONG. Por lo visto, “no contactados” es solo la situación en que a estas les hubiera convenido tener a los nahuas.
Lo más increíble de todo esto, sin embargo, es que los falsarios están teniendo éxito: según informaron las propias ONG del mencionado desayuno “la CIDH ha dado una audiencia a Aidesep, la CNDDHH y DAR para que se pueda informar acerca de la situación de los derechos humanos de los pueblos en contacto inicial y aislamiento de la RTKNN, la misma que se realizará el 1 de noviembre del 2013 en la ciudad de Washington D.C.”.
Puede, pues, que la mentira tenga patas cortas. Pero está claro que las mueve rápido.