Santiago Motorizado: "Hacemos rock, pero siempre esquivamos las categorías" [Entrevista + Podcast]
Acaba de tocar Juan Gris, Mi Puga Mi Pishgo y Alias La Gringa. A la cita acudió Santiago Motorizado, vocalista de la banda argentina Él Mató a un Policía Motorizado, que en la previa nos había regalado dos conciertos sorpresa donde repasó buena parte de su extensa discografía.
Tres años atrás, varios meses antes de que visite Lima por primera vez, conversamos a través de Skype sobre el lanzamiento de su nuevo disco que —particularmente— me había parecido fantástico: Dinastía Scorpio. La entrevista se convirtió en portada de la revista Dedo Medio y la titulé “Los nuevos creadores del rocanrol”.
Así, sentados en una banca del distrito de Miraflores, volvimos a conversar. Esta vez lo hicimos sobre su reciente EP Violencia, sobre la relevancia de su agrupación dentro de la escena emergente de Latinoamética y sobre su autodenominado rock pandillero, pop apocalíptico, kraut campestre y punk espacial.
► Escucha la entrevista completa a través de nuestro podcast:
Estamos aquí en Miraflores y nuevamente El Mató A Un Policía Motorizado visita Lima. Han pasado tres años desde que se presentaron por primera vez en nuestra capital.
Santiago: Sí, estamos contentos. Se había dilatado este regreso y no sé, no coordinó el universo para que podamos volver; pero bueno, ya estuvimos, tocamos, fue buenísimo y andamos bastante contentos.
Fueron dos fechas sorpresa con Él Mató. La primera luego del concierto de Tame Impala y Alvvays; y al día siguiente, en El Dragón de Barranco. Nadie se esperó que llegaran de manera tan sorpresiva. Entiendo que estos shows estaban programados.
S: Sí, luego del mini festival con Tame Impala a los organizadores se les ocurrió que era una buena idea hacer un sideshow con Alvvays… y nos invitaron. La idea de volver a Lima nos encantó. Sé que muchos se han enojado porque no avisamos con tiempo, pero eran más nuestras ganas de volver que esperar la situación ideal. La próxima vez lo haremos con más tiempo. Igual, estamos contentos de cómo salió todo, de cómo se corrió la información. La sala estaba llena cuando tocamos con Alvvays; lo mismo al día siguiente en El Dragón. Fue muy festivo todo y para nosotros esto es increíble, un poco irreal.
En la crónica que escribí sobre el show de Él Mató, hice hincapié en que la banda se ha convertido en los últimos años no en un referente, si no deseas usar esa palabra, pero sí en una agrupación relevante dentro de la escena emergente de Latinoamérica. ¿Coincides con eso?
S: La verdad que viajamos y nunca nos llenamos de expectativas. Esperamos que la realidad nos sorprenda y, por suerte, las sorpresas han sido muy gratas. El año pasado fuimos a lugares donde no habíamos estado antes como Ecuador, Costa Rica y Colombia. En todos ellos nos recibieron muy bien, había mucha repercusión y mucha gente que conocía la banda. Y nosotros sabemos que no tenemos discos editados en esos países y que tampoco suelen pasar nuestras canciones en los medios masivos. Pero más allá de todo eso, creo que con Internet y las nuevas tecnologías, la música se ha abierto camino por el continente… y la verdad que las respuestas fueron increíbles. Yo, siempre contento, porque todo esto que está pasando es más de lo que alguna vez soñé y me acuerdo de eso. Siempre me va a parecer irreal, hasta el último día, pero lo disfruto un montón.
La primera vez que te entrevisté me comentabas que sobre tu fuerte vocación como artista plástico. Una labor que sigues refrendando al hacerte cargo del arte gráfico de Él Mató y de los flyers para los conciertos, como el que has hecho para tu concierto en Lima con la genial ilustación de Jefferson Farfán.
S: Sí, es cierto. Cuando empezamos la gira por Latinoamérica el año pasado, decidí hacer un collage de futbolistas emblemáticos de cada país que visitábamos. En Colombia, ilustré al portero René Higuita y al Pibe Valderrama; al Güero Aguinaga en Ecuador; a Jorge Campos, Cuauhtémoc Blanco y el arquero Ochoa en México. Gustó mucho y llamó mucho la atención. Y me acuerdo que últimamente nos reclamaban que volvamos a Perú y nos tiraban nombres de jugadores para ilustrarlos.
Y aquí viene la pregunta más importante de toda la noche: ¿por qué Jefferson Farfán?
S: Bueno [risas]… yo lo vi hace muchos años en la cancha de Gimnasia y Esgrima de La Plata, cuando jugamos una Copa Libertadores contra Alianza Lima, y ganamos. Me sorprendió Farfán, cómo se movía en la cancha. Luego se fue a Europa y se hizo grande, pero me acuerdo de verlo jugando allá por el 2003. Básicamente, lo elegí porque me gusta como jugador, aunque también hice un afiche de Paolo Guerrero. Como los collages no muestran la cara del futbolista, son bien simples y minimalistas, los jugadores deben tener un peinado característico para que lo puedas reconocer. Y “la Foca” tiene o tenía un peinado como de tacita, muy linda; y Paolo tiene el pelo caído a un costado.
Hablemos de música. La primera visita de Él Mató a Lima se dio como parte de la gira promocional del álbum Dinastía Scorpio. Este es el disco que los lleva hacia audiencias más masivas. ¿Cierto?
S: Estoy de acuerdo. La verdad que fue un disco que gustó mucho y tuvo muy buena respuesta en Argentina. Después del EP Día de los Muertos, habían pasado bastantes años, tres años, y se había generado expectativa, lo cual estaba buenísimo. Es muy bueno esto de que haya gente esperando a ver qué haces. Previo al Dinastía Scorpio, empezamos a viajar por Europa, salieron las primeras giras y se dio también la oportunidad de editar el disco en otros país: fue el primero que se editó afuera en México, España y Estados Unidos. Eso ayudó un montón para poder hacer giras por todo el continente y Europa. Tuvo mucha repercusión. Nos cargó de energía y nos permitió seguir haciendo esto que uno ama. Y te carga también de una responsabilidad para no relajarte, de estar siempre activo y trabajando.
¿Dirías que la música que ustedes hacen e hicieron alguna vez perteneció al movimiento indie? Porque ahorita ya no lo son…
S: [Risas] Sí, no sé, siempre esquivamos los motes y categorías. A veces, al principio uno los usa forzadamente cuando quiere encajar y quiere ahorrarse el tiempo de explicar algo más profundo y complejo como la creación musical. Para llamar la atención, las radios y los medios te piden precisar por dónde va tu música. A nosotros nos gustó usar nuestras propias categorías: pop pandillero, rock apocalíptico, kraut campestre y punk espacial.
Además, ustedes tienen una preferencia por los nombres raros, como el mismo de la banda y el de los integrantes (Chatrán Chatrán, Pantro Puto).
S: Sí, siempre estamos tratando de romper con los moldes. Nos pareció divertido rebautizarnos y jugar con esquivar los motes y esas cosas. Hacemos rock y todo lo que entra ahí para nosotros es válido. No solo es renegar de las categorías o los encasillamientos, sino que las etiquetas también te limitan. Muchas bandas tienen que responder a esas categorías donde se metieron. Eso es una lástima, porque con Él Mató apuntamos a hacer música en todas sus formas.
Y ahora han vuelto con Violencia al formato EP, que los mantuvo en vigencia durante los ocho años que pasaron entre el disco debut y el Dinastía Scorpio.
S: Es un formato que nos gusta. Hay ciertos momentos en los que uno está grabando y quiere mostrar una canción, pero no están las ganas de esperar a que se forme un álbum completo. Tampoco te sientas obligado a hacerlo. Hay EP históricos que a mí me encantan. También los sencillos (simples), que son perfectos para mostrar una canción y por ahí se le agrega un Lado B para redondear una pequeña obra. No hay que olvidar que la canción es la unidad, la medida básica, el primer eslabón de la música. El disco es un conjunto de canciones. Nosotros estamos trabajando siempre en eso, en un próximo disco.
Pero, ¿qué es Violencia? ¿Es la secuela del Dinastía Scorpio, son las canciones que quedaron de la época de grabación de ese disco, el cierre del Dinastía Scorpio o el adelanto de un próximo disco?
S: Puede ser un poco de todo lo que has dicho [eisas]. La verdad que nació así: empezamos a grabar el año pasado, nos juntamos en la sala de ensayo para preparar las nuevas canciones pensando en un disco largo. Recurríamos mucho a grabarlas, a escucharlas, a regrabar sobre lo escuchado, a repensar las canciones, pero siempre registrando las sesiones. Y nada, teníamos una lista como de 25 tracks y en un momento notábamos que “Violencia”, “El baile de la colina”, nos gustaban mucho, pero que no estaban en la línea de lo que estábamos preparando para un nuevo disco. Y de alguna manera tenían cierta continuidad con Dinastía Scorpio. Nuestra idea a la hora de desarrollarlas y darle forma era como limpiar un poco el sonido de Dinastía, hacerlo un poco más minimalista, más limpio, más prolijo. Grabamos de otra manera; pero queríamos eso: buscar y llevar lo que veníamos haciendo, limpiarlo al máximo y ver cómo quedaba. Y estamos contentos. Nos gustó como quedó. Pero nació así: como un desprendimiento de ese disco que estábamos preparando, porque eran canciones que estaban yendo hacia otro lado y no queríamos olvidarnos de ellas. Así nació el EP Violencia.
¿Quedan algunas otras canciones en el tintero que puedan formar parte de un próximo EP?
S: No, ya no. Ahora queremos retomar esas grabaciones que iniciamos el año pasado y que paramos un poco por una gira que nos llevó a Estados Unidos. Ahora que volvemos a Argentina, pondremos el estudio al día y retomaremos esas canciones para ver hacia dónde van, porque todavía falta definirlas. Allí sabremos cómo será el nuevo disco. No quiero adelantarme mucho, porque aún son proyectos.
Pero esa prolijidad que atribuyes a las nuevas grabaciones, ¿cambiará el sonido básico de Él Mato que era, por decirlo de alguna manera, no tan prolijo?
S: Sí, es decir, por lo menos eso lo hicimos con Violencia. Fue diferente porque el Dinastía Scorpio lo grabamos todos juntos en el estudio, como si fuera una sesión en vivo. Fue la idea cuando empezamos la producción del disco, de tomar un poco la esencia de la banda en vivo, que no se notaba tanto en los EP que sonaban un poquito más chiquitos, más caseros. En vivo, la banda sonaba más potente y la idea era llegar a ese punto. Con Violencia grabamos de otra manera, más mecánica, regrabamos baterías, usamos metrónomo. No fue pensado como un show en vivo, sino como una cosa que quede más robótica, pero intencionalmente, para ver hacia dónde iban las canciones. Y nos gustaba eso: llevar esa canción del formato que era más parecido a Dinastía, pero a un lugar más minimalista. El próximo disco no será decididamente así. Hay canciones que por ahí pueden encajar en esa forma de trabajo y otras que no, porque son más climáticas y tienen que ver mucho con el pulso de lo que sale en ese momento.
Acabas de salir de un concierto con bandas que representan lo nuevo del rock hecho en Perú: Juan Gris, Mi Puga Mi Pishgo, Alias La Gringa. Estas agrupaciones lanzaron producciones el año pasado y fueron incluidas en nuestro ranking de lo mejor del año. ¿Cuál es tu impresión de la escena emergente peruana? ¿Has podido escuchar a otras bandas de por aquí?
S: No, la verdad que quiero ponerme al día con todo eso. Te voy a pedir el ranking. Lo que escuché hoy me encantó, me pareció genial. Me gusta ver que el sonido no es el mejor, el escenario no es el más cómodo, pero ahí se demuestra cómo las bandas peruanas la rompen con esa escasez de recursos, sale algo hermoso. Es una prueba del valor que tiene la agrupación. Juan Gris tiene canciones increíbles. Los juegos de guitarra que hacía el cantante, las melodías de voz.
Sí, pues, aunque los rankings tienen un poco de autoritarismo y de mezquindad con otras bandas. Ahora, en el caso de ustedes, que los pude ver en el Lollapalooza Argentina hace dos años, en el cartel aún estaban dentro de las letras medianas y pequeñas. ¿Cómo se sienten frente a eso: a una industria musical que está reivindicando otras propuestas?
S: No, muy tranquilos. Nosotros desde siempre supimos que iba a ser así, que hay que pelear con esas cosas. Pelear bien, no de mala manera. Pelear porque existan más espacios para que las bandas independientes tengan dónde mostrarse; sobre todo en Argentina. Veíamos que no pasaba lo mismo cuando tocábamos afuera. La primera vez que tocamos en el Primavera Sound de Barcelona, nos pusieron en un horario temprano, no nos conocía nadie; al año siguiente, nos pusieron en un horario central. Nosotros estábamos sorprendidos por la situación, era algo muy raro porque no estamos acostumbrados a eso. Eso no pasa en Argentina. En España nos invitaron a tocar en Radio 3, ellos tienen unas sesiones que hacen en vivo y son históricas, donde tocan bandas emblemáticas desde hace muchos años. Reitero: eso no pasa en Argentina. Igual, no me puedo quejar, porque nos va mejor de lo que alguna vez soñamos, pero siempre hay que dejar un espacio ahí para luchar contra eso, en el sentido que se compartan los espacios y se abra un poco el juego. Hoy existen un montón de propuestas nuevas que tienen un montón para aportar a la cultura musical de Argentina. Sentimos que los medios se vuelven más conservadores, más chatos y dejan de lado un montón de bandas que, si pasan los años y no tienen difusión ni espacios, morirán de a pocos. No pueden llegar a otro lugar ni a nuevos públicos. Eso es una lástima. También es muy diferente en México: allí está la radio Reactor, que es muy popular y siempre brinda espacio a las bandas nuevas e independientes de ese país o bandas que vienen de otros lados. Eso me genera envidia.
La poca apertura de los medios masivos a las bandas nuevas es un mal endémico en Latinoamérica. Pero el rock and roll y sus derivados siempre se han abierto camino, ya sea con movidas emergentes e independientes, tal como lo han hecho ustedes a través de su propio sello, Laptra.
S: Sin duda. Nosotros, más allá de quejarnos, logramos cosas que eran impensables de chicos e incluso armamos nuestro propio sello. Todos los años organizamos nuestro festival, el Festi Laptra, que cada vez es más grande. La última vez vinieron los chicos de Los Zapping. Y ahora, si hablamos de festivales hechos por un sello discográfico, el nuestro es el más grande de Argentina. Más grande que los otros, que son hechos por empresas grandes; esos ya no tienen tanta convocatoria como el de Laptra. Celebramos eso y somos felices. Aunque también nos gustaría que tenga la repercusión que merece, porque al otro día, el Festi Laptra no sale nunca en los diarios y en la radio nadie dijo nada. Más allá de eso, el festival sigue creciendo como si no necesitara de los medios. La difusión igual es bienvenida y ayuda para fomentar más movida y reconocer el esfuerzo. Eso reclamamos, pero con buena onda.
Toda la discografía de Él Mató se puede encontrar fácilmente en Spotify y en otras plataformas digitales. Existe una discusión frente a las pocas regalías que les brindan a los artistas. ¿Ustedes no tienen ningún problema con eso?
S: No, para nada. Es un lugar más donde está nuestra música. El que usa Spotify tendrá la posibilidad de tener a Él Mató a mano. Los discos también están para descarga en otros lugares como Bandcamp. Además, varias páginas en Argentina los han subido para descargarlo gratuitamente y está todo bien, porque después de todo hacemos música y la música está hecha para todos, para que la puedan prestar, regalar, usar. Lo que quieran hacer con ella. Ya no es más nuestra, es de todos.
Vamos cerrando la entrevista. La última vez que conversamos te pregunté sobre la posibilidad de que Él Mató incluyera elementos electrónicos en sus discos, teniendo en cuenta la tendencia de la música actual. Me respondiste que no lo tenías muy claro aún. Sin embargo, en el track “Aire Fresco” del EP Violencia se puede escuchar una batería electrónica. ¿Incursionarán en el uso de samples, de elementos digitales en su música?
S: Pienso que si uno quiere abordar algo con lo que no está familiarizado, tiene que entrar de lleno. No puedes hacerlo tímidamente y ver qué sucede. Siento que no se terminan de hacer bien las cosas cuando no te sumerges en profundidad. Sin embargo, tímidamente, el intro de “Aire Fresco” tiene una batería electrónica y nos gustó la idea. La verdad es algo que nos llama mucho la atención, pero que hay que estudiarlo bien y ver cómo encajaría con algunas ideas nuestras, además de ver el resultado final tras la mezcla. Pero siempre estamos abiertos a cualquier sonido porque amamos la música en todas sus formas, en todos los formatos, así que todo puede pasar.
Lo último: ¿nos encontraremos en Lima dentro de tres años?
S: Ojalá que no, ojalá que sea dentro de poco. Nos gustaría volver este año, hay una idea pero nada concreto. Pero ojalá, porque la pasamos muy bien, nos quedamos siempre unos días tras los conciertos y, además, la comida es increíble. Los peruanos son más felices que los demás porque tienen una de las mejores cocinas del mundo. Lima es increíble, aunque nos gustaría visitar otros lugares del país igual de hermosos. Ojalá que podamos recorrer más.