Es deporte, es fútbol: ganas, pierdes o empatas. Y ningún resultado será invitación a la violencia, la delincuencia, el delirio. Pero eso no lo entienden los directivos e hinchas del equipo Fuerza Minera de Puno, quienes ayer, tras la eliminación de los cuartos de final de la Copa Perú, le rompieron la cabeza al delantero Martín Dallorso hijo, además de robarle todas sus pertenencias.

Fue su padre, Martín Dallorso, quien denunció el hecho en una radio local. Perdimos en los penales ante el Saetas de Oro (3-4) y nos agredieron, nos tiraron piedras, se metieron al carro. Han actuado como delincuentes, me han sacado todo de mi habitación, celulares, equipaje, mi ropa. La otra vez mi hijo hizo el gol de la clasificación, esta vez le tocó la mala fortuna de fallar un penal y quedamos eliminados, indicó al programa Blanco y Negro.

El ex delantero de selecciones peruanas señaló a los directivos del club como los responsables de todo: Los agresores son Serapio, Omar y Ramiro Sucasaire, son los que manejan el club. No quiero ir contra la Copa Perú, solo quiero que esto no se repita. Cuando mi hijo estaba ensangrentado, no me interesaba defenderlo como un león, así me cayera un palazo. Ahora él no quiere jugar al fútbol por culpa de unos delincuentes.

EL PEDIDO DE BURGA Cabe recordar que en el sorteo de la Etapa Nacional de la Copa Perú, el presidente de la FPF, Manuel Burga, hizo una invocación para parar la violencia. Hay que ponerle un freno a esto, si no se controla creo que las consecuencias van a ser muy graves. También les pido erradicar la cultura del reclamo, porque al final en la cancha hay once contra once y no juegan extraterrestres. Vamos a hacer que se respeten las normas, si alguien tiene un reclamo por hacer por favor que lo haga en las próximas 48 horas; reitero, no ensuciemos un trabajo que cuesta mucho esfuerzo, dijo el pasado 29 de octubre.

¿Qué dirá Burga ahora? ¿Ejecutará mano fuerte con estos directivos o no?