María Rosa Villalobos

El primer contrato de concesión de Chavimochic se firmó hace 11 años, en el 2013, y este 2024 se retoma la construcción de la primera parte del proyecto, según pudimos conocer esta semana tras el anuncio del presidente del Consejo de Ministros.

Se trata de una obra que por años ha aparecido en la lista de los proyectos que el Gobierno debería reactivar lo antes posible, y que ha tenido un sinfín de complejidades y trabas. Chavimochic, ubicado en La Libertad y que busca derivar aguas del río Santa para irrigar los valles de Chao, Virú, Moche y Chicama, ha sido parcialmente destrabado. Parcialmente, porque será construido en dos etapas.

La primera incluye la presa de Palo Redondo y el sifón Virú, que ha sido adjudicada al gobierno canadiense (mediante un acuerdo Gobierno a Gobierno o G2G). La segunda incluye al canal madre, infraestructura que trasladará el agua a las hectáreas de riego, una parte vital del proyecto. Es sin duda una buena noticia que después de tantos años se retome el trabajo en la primera parte de esta obra mediante un G2G, pero no es un tema menor que aún haga falta construir el canal madre, a cargo del Gobierno Regional de la Libertad. Para esto, se utilizará una Alianza Público- Privada (APP) y la adjudicación la realizará Proinversión.

Si se cumple con los cronogramas, se podría lanzar el concurso, aproximadamente, en dos años, en diciembre del 2025. Adicionalmente, conocer el costo del proyecto hoy es también un tema pendiente. Aunque se conoce el total inicial –el de hace 11 años–, que asciende a US$356 millones, no se ha hecho público el monto actualizado. Lo que sí se sabe es que el Midagri realizó un peritaje para constatar si las obras que ya se han construido (la primera parte del proyecto tiene un avance de 65%) muestran algún deterioro. Y, de manera complementaria, el ministerio debería dar a conocer el monto total al que asciende el G2G recién adjudicado.

El primer paso de este proyecto ya es una realidad. Pero los siguientes no estarán exentos de complicaciones. Chavimochic requiere de voluntad política, pero también de una buena gestión. Por ejemplo, vale la pena considerar si la concesionaria que se adjudique el canal madre, por un tema de costos y operatividad, debería también operar y mantener la primera parte del proyecto. O, ¿pueden o deben ser operadas las dos partes por separado? La palabra la tienen los especialistas. No es coincidencia que este primer gran destrabe se encuentre geográficamente en una región cuyo gobernador es aliado explícito del Ejecutivo. Que este hecho particular no sea un lunar en medio de todos los destrabes pendientes. El Plan Unidos tiene buenas ideas, hay que sacarlas adelante.

María Rosa Villalobos es editora de Economía y Día 1.

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