Ilustración: Víctor Aguilar Rúa
Ilustración: Víctor Aguilar Rúa
Enrique Planas

En las primeras líneas de “Los ríos profundos”, el niño Ernesto y su padre llegan al Cusco de noche, avanzando por la ancha avenida mal iluminada que une la estación del ferrocarril con el palacete inca donde habitaba el Viejo. Han pasado 65 años ya de la primera edición de la novela mayor de , y sus entrañables protagonistas recorren ahora el Paseo Marítimo de Cádiz y alcanzan el Baluarte de la Candelaria, fortaleza donde, en el marco del Congreso Internacional de la Lengua Española, se presentó su edición conmemorativa.

Se trata de la serie publicada por la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española, que desde el 2004, en la edición del congreso celebrada en la ciudad argentina de Rosario, han venido sumándose cuidadas ediciones de “El Quijote”, “Cien años de soledad”, “La región más transparente”, “Rayuela” y antologías de Pablo Neruda, Gabriela Mistral y Rubén Darío. Así, Arguedas alcanza ya la condición de clásico de nuestra lengua.

En un trabajo coordinado entre la RAE y la Academia Peruana, esta edición incluye prólogos a cargo de Mario Vargas Llosa, Sergio Ramírez y Santiago Muñoz Machado; una serie de ensayos críticos realizados por filólogos, académicos y especialistas como Marco Martos, Ricardo González Vigil, Alonso Cueto, Françoise Perus y Rodolfo Cerrón-Palomino, y cierra con una profusa bibliografía y un extenso glosario. Su circulación panhispánica está asegurada.

En la presentación gaditana, donde el público se agolpó como si estuviera viendo bailar el ‘zumbayllu’, aquel trompo mágico con el que Arguedas supo simbolizar la identidad de la memoria, la naturaleza y la música popular, Muñoz Machado, director de la RAE, lamentaba que este libro no se hubiera presentado en Arequipa, lugar ideal para hablar de una propuesta de mestizaje poco común para su época: “No desde la aculturación, sino desde el respeto y el entendimiento a la cultura original quechua”, señaló.

La mejor novela de los últimos 70 años, fue elegida por votación. Resultó ganadora "Los ríos profundos" de José María Arguedas. Ilustración: Víctor Aguilar.
La mejor novela de los últimos 70 años, fue elegida por votación. Resultó ganadora "Los ríos profundos" de José María Arguedas. Ilustración: Víctor Aguilar.

Una voz mestiza

El poeta , representando a la Academia Peruana de la Lengua, expresó el agradecimiento de su institución por la publicación del libro. “Me parece increíble tenerlo ahora en las manos, con todo lo que ha pasado en este tiempo. Solo tristezas hemos tenido los peruanos”, comentó. “‘Los ríos profundos’ es una de las novelas más hermosas escritas en idioma español. Es el español andino, trufado de palabras quechuas que los peruanos conocemos. Podría ser el ejemplo mayor, en el Perú, del acercamiento entre la prosa y la poesía”, afirmó el poeta, para quien, junto con Juan Rulfo, el autor andahuay-lino resulta el mejor exponente, en el siglo XX, de la alianza entre una cultura ibérica y una cultura originaria.

A su turno, el escritor destacó cómo el niño Ernesto, protagonista de la novela, es el portavoz de experiencias luminosas concentradas en su extraordinaria observación de la naturaleza. “Hablar de fusión, de integración, de armonía, es fundamental para entender este libro. En primer lugar, de la fusión entre la herencia española y la herencia indígena, pero también entre el mundo natural y el espiritual, la naturaleza y el sincretismo, el quechua y el castellano. Todo en el libro tiende hacia esta visión de integración”, afirma el novelista, quien ofreció además un testimonio dedicado al escritor, a quien conoció de niño, cuando solía visitar a su padre, el educador Carlos Cueto Fernandini. “Cuando empecé a leer sus novelas, sentí que nos seguía hablando tras su muerte. Era su misma voz, sus mismas frases, con la misma naturalidad, la misma sencillez, la misma poesía que recordaba cuando estaba en casa”, relató.

Cueto destacó, asimismo, la presencia de Arguedas como un “héroe cultural” para nuestro país. Recordó cómo en el 2004, en un acto ilegal pero extraordinario, su cuerpo fue exhumado y trasladado a su natal Andahuaylas. “Cuando llegó el cuerpo hubo una semana de suspensión de clases y actividades. Una cola inmensa de gente desfiló para ver el cadáver, que permanece allí, enterrado”.

“En Arguedas había algo más que un escritor. Lo suyo fue un proyecto para reivindicar la cultura andina. Él realmente amó ese mundo y se comprometió a fondo. Entregó el alma a esa raíz profunda, y logró convertirla en un lenguaje original, potente y extraordinariamente bello que aún nos sigue subyugando”, añadió.

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