(Foto: IMDB)
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Sebastián Pimentel

Primero fue “La red social” (2010), la intrigante versión del director David Fincher sobre la génesis de Facebook. Después vino la comedia ligera de Shawn Levy sobre unos becarios por accidente en la sede de Google: “Aprendices fuera de línea” (2013). Del drama siniestro a la parodia amable, la escalada de Hollywood por la sociedad interconectada por pantallas recién comenzaba. 

Luego llegó la fallida “Snowden” (2016), de Oliver Stone. El director de “JFK” retrataba al consultor tecnológico e informante estadounidense como un héroe que salvaguarda el derecho a la privacidad de los ciudadanos libres. Y más allá del thriller de conspiración, surgía una serie de televisión titulada “Black Mirror”. Con el objetivo de alertar sobre una sociedad del espectáculo cuyo ADN son los celulares inteligentes y las cámaras omnipresentes, la serie británica convirtió a la realidad actual en un futuro tan cristalino como kafkiano. La plasticidad digital se volvía pura distopía. 

Pues bien, “El Círculo” toma un poco de cada una de estas antecesoras. Y, sobre todo, la idea de la cinta cómica de Levy sobre unos trabajadores recién llegados a la gran meca informática. En este caso, desde un tono serio, se presenta un gran campus multicolor de una compañía llamada El Círculo con pantallas ubicuas y gente sonriente. Es la gran oportunidad para Mae (Emma Watson), prototipo de la muchacha ingenua que nunca soñó con ser parte de la más poderosa compañía del mundo. 

Basándose en la novela homónima de Dave Eggers, el director James Ponsoldt repite la fábula básica del ser impoluto –el carisma dulce y honesto del personaje de Watson encaja en esta cualidad– que llega a un paraíso en el que perderá la inocencia y le costará distinguir el bien del mal. Así, El Círculo es una especie de sospechoso Wonderland donde todos son jóvenes y están llenos de felicidad. Con unos años más, se incluye el dueño de la empresa llamado Bailey (Tom Hanks), genio desenfadado de jeans y zapatillas a la usanza del prototipo de Steve Jobs, pero con un componente mefistofélico evidente. 

Ponsoldt juega sus cartas con la ex compañera de Harry Potter. La filma en medio de este campus de juguetería como si estuviera utilizando cámaras de seguridad. Emplea la profundidad de campo y mucha luminosidad neutra, en una especie de remedo del observatorio de cristal de “The Truman Show” (1998). No obstante, todo sabe a remedo y a collage mal ensamblado en “El Círculo”, lo que impide que cualquiera de sus ideas llegue a buen puerto. 

Uno de los principales problemas del filme tiene que ver con la delineación de los personajes. Watson luce un anonadamiento que, cuando tiene que trocarse en indignación, es inverosímil. Sus cambios de actitud son bruscos y nos distancian de una heroína que nunca termina de convencer. El villano, por su lado, un Tom Hanks que emula a Steve Jobs, también parece privado de conciencia sobre sus actos. La mirada de Ponsoldt es la de un narrador poco comprometido con sus criaturas. 

“El Círculo” prometía, en sus minutos iniciales, el misterio envenenado de sus superficies límpidas y transparentes. Una promesa que fracasa por lo mal diseñada de su arquitectura dramática. Además, en este nuevo Gran Hermano acechan vaticinios ya nada novedosos: el derribo de la frontera entre lo público y lo privado, el eclipse de la moral y la autonomía, el triunfo de la sociedad de control que profetizaba Gilles Deleuze. Como bien han dicho sus críticos, es preferible cualquier capítulo de “Black Mirror”. 

AL DETALLE
Calificación: 1.5 estrellas de 5
Título original: “The Circle”.
Género: drama, thriller, ciencia ficción.
País y año: EE.UU., Emiratos Árabes Unidos, 2017.
Director: James Ponsoldt. Actores: Emma Watson, Tom Hanks, John Boyega.

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