Ambientada en la década de 1980, "It" muestra a unos niños enfrentarse al enemigo más peligroso. (Fuente: Warner Bros.)
Ambientada en la década de 1980, "It" muestra a unos niños enfrentarse al enemigo más peligroso. (Fuente: Warner Bros.)
Sebastián Pimentel

Esta nueva adaptación audiovisual de la novela “” (“Eso”), de Stephen King, consigue superar la moda del revival. Ambientada en los años 80, esta historia de unos amigos púberes que enfrentan las pesadillas que anidan en el pueblo de Derry logra traspasar la nostalgia postiza y superar los sustos más mecánicos del horror.

Las sustancias de “It” son la violencia que sufren los más débiles y una dura convivencia con la memoria. Como sucede en otras novelas de Stephen King, un siniestro pasado pugna por salir a una superficie de apariencia brillante. Mientras el gordito Ben Hanscom (Jeremy Ray Taylor) va a la biblioteca de Derry y descubre los secretos crímenes históricos del pueblo, Beverly (Sophia Lillis) es asaltada por las chicas de la escuela. Sentada en el inodoro, ella sonríe mientras se cubre la cabeza de los restos de basura que, una vez más, le arrojan sus compañeras.

Sophia Lillis es, sin duda, el mayor hallazgo de la cinta del realizador Andy Muschietti. Recuerda, en gran medida, a la muchacha humillada que interpretó Sissy Spacek para el director Brian De Palma en “Carrie” (1976), otra de las mejores versiones fílmicas de un libro de King. Lillis también aporta lo más trágico de “It”: su condición de adolescente sin madre y sometida por su padre, un sonámbulo de carácter férreo y mente extraviada que imagina a su hija como una pareja eterna.

Lo más interesante del filme quizá está en ese sutil lado sombrío de la pueblerina cotidianidad de Derry. A veces, lo más aterrador se encuentra en las imágenes de la obesa madre sobreprotectora de uno de los integrantes de Los Perdedores, grupo de niños que pronto incluirá el liderazgo de Beverly. O en la mirada pecaminosa del vendedor de la farmacia del barrio, para no hablar del intolerante padre de Bill (Jaeden Lieberher), chico tartamudo que busca descubrir cómo desapareció su hermano pequeño

Los verdaderos villanos, entonces, son estos adultos llenos de gestos soterrados y filmados con una luminosidad extraña. Pero lo siniestro tiene también otra manifestación, una llena de monstruosidad barroca y simbolismo latente: el payaso Pennywise (Bill Skarsgard), contraparte alucinatoria y enviado de ese pasado maldito que asola a la comunidad. Él se alimenta de los miedos de los muchachos y ahora tiene apariciones más espectaculares –aunque no necesariamente más perturbadoras– que las de Tim Curry en la miniserie homónima de culto de 1990.

Pero el mayor triunfo de “It” está en los predios de la iniciación sentimental. Los baños en el río, las caminatas o las reuniones en los parajes naturales son fugas o escapes de la escuela y el hogar: tienen de primoroso descubrimiento sexual y de consolidación de la amistad. Muschietti es un observador fascinado por la infancia de sus personajes. Todos los muchachos son redimidos por su mirada: hasta el niño matón (Nicholas Hamilton) que persigue a los protagonistas es víctima de un padre abusivo. Nadie es inmune en Derry al azote de los adultos, y esta maldición tiene una consagración simbólica con el pasado del pueblo, lleno de masacres sangrientas.

Muschietti ha logrado la mejor adaptación de un libro de Stephen King en años. Su estilo de raigambre clásica, atento a los detalles visuales –el globo rojo como señal de una aparición terrorífica–, evita el montaje apresurado y prefiere las atmósferas, la nota emocional contenida y precisa. Su único exceso es el de las apariciones fantásticas de los monstruos asociados al payaso Pennywise, las cuales, conforme avanza el filme, se hacen menos perturbadoras. No obstante, la inspirada crónica sentimental y el análisis crítico y complejo del inconsciente social hacen de “It” una película penetrante e inolvidable.

Ficha técnica:

Título original: It. Género: drama, horror. País y año: EE.UU., 2017. Director: Andy Muschietti. Actores: Bill Skarsgard, Jaeden Lieberher, Sophia Lillis.

Calificación: cuatro estrellas ( 4 ).

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