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(Fotos: Agencias)
Enrique Planas

Nadie olvida "Jules et Jim". Fue la tercera película de François Truffaut, un éxito que le permitió recuperarse del bajón que significó “Disparen sobre el pianista”, cinta que, a pesar del aplauso crítico, casi lo llevó a la quiebra. Sin embargo, "Jules et Jim", estrenada en 1962, fue la película que siguió movilizando las aguas de la Nouvelle Vague, y que le permitió al director de "Los 400 golpes" seguir profundizando en su experimentación técnica y estética.

Basada en el libro autobiográfico de Henri-Pierre Roché, la cinta cuenta las experiencias de juventud de dos amigos, un francés y un austríaco (Oskar Werner y Henri Serre), enamorados de la misma chica,Catherine, interpretada por una fascinante Jeanne Moreau. Por cierto, el propio Truffaut estaba también loco por ella, y plasmó ese romance platónico en el filme, epítome del romanticismo sesentero. La cinta es poliamor puro. "Cuando me muera, quiero que escriban en mi tumba que fui amante de Jules et Jim”, dijo la actriz.

¿Pero quién no estaba enamorado de Jeane Moreau entonces? A los 32 años, lucía espléndida su extraña belleza. A diferencia de Catherine Deneuve o Brigitte Bardot, las otras dos actrices francesas icónicas de su generación, la suya no era una belleza convencional: Moreau era la 'femme fatale' que seducía por sus ojos de provocador brillo, su voz ronca, su franqueza y actitud desafiante.

—Adiós, diva —
A lo largo de sus siete décadas de carrera, Moreau trabajó con los más grandes: Luis Buñuel, Louis Malle, Jacques Demy, Truffaut, Michelangelo Antonioni, Joseph Losey, Peter Brook, Elia Kazan y Rainer Werner Fassbinder o Wim Wenders. De ella, Orson Welles, generalmente poco dado al elogio, dijo rendido: "Es la mejor actriz del mundo".

Desde los inicios de su carrera, Moreau siempre se rebeló contra las estructuras de la industria cinematográfica y teatral. Nunca asumió roles de mujer florero, sino que eligió con astucia sus proyectos, que en total suman 100 películas, además de series y discos. Ganadora de un Óscar honorario en 1998, fue la única mujer que presidió el jurado del Festival de Cine de Cannes dos veces.

Fuera de la pantalla tuvo innumerables amantes. Incluso llegó a alardear que construiría una casa para llenarla con sus hombres favoritos. En el Registro Civil, sin embargo, la diva dejaría constancia de solo dos parejas: el actor francés Jean-Louis Richard y el director estadounidense William Friedkin. Tuvo, además, una relación de cinco años con el diseñador Pierre Cardin.

Quizás quien mejor supo definir su poder de seducción fue la actriz Vanessa Redgrave, cuyo esposo, el director Tony Richardson, sostuvo un romance con la diva: "Cualquier hombre que no amara a Jeanne Moreau tenía que ser ciego y sordo. Yo, siendo mujer, siento la misma admiración, asombro y respeto por ella", afirmó. ¿Se necesita decir más?

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