Redacción EC

Con la expansión de la pandemia de coronavirus, decidió enviar a unos 15 mil profesionales médicos a más de 20 países para colaborar en la lucha contra el Covid-19. Este grupo se sumo a uno más grande, de unos 30 mil, que ya cumple servicios similares alrededor del mundo. Sin embargo, las condiciones que deben cumplir estos médicos durante sus misiones han sido motivo de preocupación para la organización especializada en derechos humanos (HRW).

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En un informe publicado el 23 de julio, HRW reveló las condiciones a las que somete a los profesionales. Estas reglas incluyen prohibiciones como entablar “amistad” con personas que tengan “opiniones hostiles o contrarias a las de la revolución cubana” o “abandonar” su trabajo, en caso de incumplirlas están llanos a recibir sanciones disciplinarias.

Según HRW, estas medidas están especificadas en la resolución 168 del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera de Cuba publicada en el 2010. También están impedidos de relacionarse con ciudadanos cubanos disidentes y personas que tengan “posiciones hostiles o contrarias a la Revolución cubana” o que sean “promotores de un modo de vida contrario a los principios que deben caracterizar a un colaborador cubano en el exterior”. Vivir con personas “no autorizadas” también constituye una infracción disciplinaria. El personal enviado a estas misiones debe reportar a sus superiores inmediatos todas “sus relaciones amorosas”.

Otras infracciones son:

  • Frecuentar lugares que dañen el prestigio del médico en el concepto público.
  • Concurrir a lugares que, dadas sus características, resulten proclives a alteraciones del orden público.
  • Participar en actos públicos de carácter político o social sin autorización previa
  • Declarar a los medios de comunicación sobre situaciones internas del centro de trabajo o que comprometan la colaboración cubana sin haber sido previamente instruidos y autorizados.
  • Difundir o propagar criterios o rumores que vayan en detrimento de la moral o el prestigio del colectivo o de algún integrante de este.

Las sanciones disciplinarias a las que se refieren en todos estos casos van desde la retención de salarios hasta la expulsión de la misión y el regreso a Cuba, detalla HRW.

Además, en caso de abandonar la misión, el profesional de la salud puede ser objeto de procesos penales y penas de hasta ocho años de cárcel.

La prohibición no está claramente establecida en la legislación cubana. No obstante, el derecho inmigratorio de Cuba prohíbe el ingreso de quienes hayan sido declarados “indeseables” o hayan “organizado, estimulado, realizado o participado en acciones hostiles contra los fundamentos políticos, económicos y sociales del Estado cubano”. La disposición viola el derecho consagrado en el derecho internacional a ingresar al país propio y se aplica a “toda persona”, incluidos ciudadanos cubanos, afirma HRW.

Los médicos cubanos enviados a responder a la pandemia de Covid-19 ofrecen valiosos servicios a numerosas comunidades, pero a costa de sus libertades más básicas”, señaló por su parte José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW. “Los gobiernos interesados en recibir la asistencia de médicos cubanos deben exigirle al gobierno de Cuba que reforme su orwelliano sistema, que regula con quiénes los médicos pueden vivir, hablar o incluso mantener una relación sentimental”.

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Esta problemática ya había sido en noviembre del 2019 por las Relatoras Especiales de la ONU que calificaron las condiciones laborales de las misiones médicas cubanas como potenciales “trabajos forzosos”, reportando “exceso de horas trabajadas”, limitaciones en cuanto a vacaciones y salarios, amenazas de autoridades cubanas y restricciones a los derechos a la privacidad y a la libertad de expresión.

El régimen cubano respondió a estos señalamientos negando los señalamientos e indicó que las relatorías habían sido “utilizadas para fomentar espurias campañas promovidas por el gobierno de Estados Unidos”.

Los gobiernos que acepten asistencia cubana que incluya condiciones abusivas impuestas por Cuba podrían convertirse en cómplices de graves violaciones de derechos humanos”, advirtió Vivanco. “A nadie le sorprende que el régimen cubano no esté dispuesto a respetar los derechos de sus trabajadores de la salud, pero otros gobiernos deben abstenerse de contribuir a esta explotación”.

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