La felicidad kurda tras expulsar a los terroristas del Estado Islámico de la ciudad siria de Kobane se vio contrastada con el desolador panorama que refleja actualmente la ciudad cercana a la frontera con Turquía.
En ello hizo hincapié el jefe de Defensa de la YPG (Unidades de Protección Popular kurdo-sirias), Ismet Hassan, al instar a la comunidad internacional a crear un corredor humanitario para ayudar a los sobrevivientes del control terrorista.
Kobane, reducida ahora a escombros, es el hogar de cientos de miembros de la comunidad kurda en Siria. Durante los combates más de 1.000 yihadistas y 324 kurdos murieron, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Dicha ONG anunció hoy que además de Kobane al menos 10 kilómetros a la redonda de la ciudad están libres del control terrorista gracias al efectivo accionar de la YPG.