Editorial: ¿Ampay, se salvan?
Editorial: ¿Ampay, se salvan?
Redacción EC

El resguardo policial a Óscar López Meneses; la relación de con la empresa Ecoteva; el viaje de Alexis Humala y su vinculación con la . ¿Qué tienen en común los tres casos? Pues que nos encontramos frente a posibles ilícitos que implicarían a personas cercanas al oficialismo o a sus aliados, y cuya investigación y debate en el Congreso ha venido siendo sospechosamente dilatada. 

Comencemos por el Caso López Meneses: el año pasado se descubrió que el ex operador montesinista gozaba de una amplia protección policial. Hasta hoy, sin embargo, no tenemos claro quién ordenó la protección de esta casa, qué se resguardaba ni hasta qué nivel gubernamental llegaba este escándalo. Lo único que sabemos es que la explicación del presidente –que se trató de un mero caso de corrupción policial– no ha convencido a nadie. 

La investigación en la comisión encargada de este caso en el Congreso, por otro lado, ha sufrido varios ‘impasses’, que harían parecer que hay alguien que no tiene intención de que esto se esclarezca pronto. Recordemos, así, que inicialmente el nacionalismo intentó que el caso se viera en alguna de las dos comisiones que ya existían y eran presididas por su propio partido. Una vez formada la comisión, nos enteramos de que Ollanta Humala se reunió –de forma secreta– con su entonces presidente, Víctor Andrés García Belaunde. Además, la comisión denunció que inicialmente no habría recibido el equipo necesario para trabajar, incluidas computadoras. También sorprende la falta de respuesta del presidente Humala a la invitación a declarar que le ha hecho la comisión y las continuas noticias que tenemos de sesiones que no se celebran por la falta de quórum de sus miembros...

Pasemos al . El año pasado, supimos que la suegra de Toledo había comprado millonarias propiedades. Las historias sobre la procedencia del dinero fueron varias: era una indemnización por ser víctima del Holocausto, una herencia de un marido fallecido y/o un préstamo de un conocido empresario israelí. Resultó, sin embargo, que el origen del dinero estaba más bien en Ecoteva: una empresa constituida en Costa Rica en el 2012, con un capital de tres dólares, por una trabajadora de limpieza y un guardia de seguridad. Según el abogado costarricense que la constituyó, además, esto se hizo por encargo expresó de Toledo (quien por esos días estuvo en Costa Rica). Resultó también que con ese dinero se había pagado la hipoteca de su casa de Camacho y comprado una casa en Punta Sal.

Por este caso, la Comisión de Fiscalización recomendó, en enero de este año, denunciar ante el Ministerio Público al ex presidente Toledo por lavado de activos y asociación ilícita para delinquir. Exhortó también investigar por estos delitos a su esposa, Eliane Karp, y a su suegra, Eva Fernenburg. Una legislatura ya pasó, y el informe aún no se debate en el pleno. Esto pese a que el entonces presidente de la Comisión de Fiscalización aseguró la legislatura pasada que el presidente del Parlamento durante ese período, Fredy Otárola, le habría prometido discutirlo. 

Finalmente, está el Caso Alexis Humala. En el 2011 nos enteramos de que el hermano del presidente había viajado a Rusia en julio de ese año, presentándose falsamente como representante del presidente electo, para así poder reunirse con altos funcionarios y negociar acuerdos sobre energía, pesca, turismo y defensa. Además, se encontraron irregularidades en las contrataciones con el Estado de la empresa Krasny, de la que él era accionista.

En marzo del 2013, la Comisión de Fiscalización encontró que Alexis Humala habría incurrido en el delito de usurpación de funciones y confirmó también irregularidades en Krasny. Esto tampoco ha sido debatido en las tres legislaturas ordinarias que ha habido desde esa fecha. No podemos olvidar, asimismo, que cuando se estaba por votar el informe final en la Comisión de Fiscalización, los congresistas oficialistas abandonaron la sesión al darse cuenta de que la aprobación sería inminente, intentando evitar que se alcanzara el quórum.

Esperamos, por el bien del país, que los casos de Alejandro Toledo y Alexis Humala sean pronto vistos en el pleno del Congreso y que la Comisión López Meneses pueda terminar sus pesquisas sin problemas. De lo contrario, no solo habremos perdido tiempo y recursos en las investigaciones, sino que estas habrán servido, en lugar de para dar respuestas, para dejarnos con más preguntas que nunca.