País partido y presidente electo, por Ricardo Vásquez Kunze
País partido y presidente electo, por Ricardo Vásquez Kunze
Ricardo Vásquez Kunze

El inventor del periodismo moderno fue Alfred Harmsworth. El 4 de mayo de 1896 aparecía el “Daily Mail” en el que se prohibía en los editoriales el empleo de la ironía: “Los lectores –decía– la comprenden raramente y no gusta nunca (¡recién llego a captar tarde por qué cuando la utilizo mucha gente entiende todo al revés, como por ejemplo una columna mía publicada en Politico.pe: ‘¿Por qué tanto escándalo?  ¡Le doy mi pleno respaldo a Rosa María Palacios, máxime si pidió y recibió la bendición de un cura!’, del 31 de mayo del 2016)”. 

Por eso iré hoy directo a la vena.

El pueblo peruano ha elegido a Pedro Pablo Kuczynski para liderar el país. Saludo al presidente electo, deseándole suerte porque la va a necesitar para gobernar al Perú. 

De hecho su primer problema será enfrentar un país dividido por la mitad, pues su triunfo ha sido por menos de 1% sobre su rival Keiko Fujimori, a la que acusó de promover un “narcoestado” y de buscar una “dictadura”. Con ello, insultó al 49,5% de peruanos que votaron por la señora Fujimori. Va a ser, pues, muy difícil que después de esto pueda hacer las paces como si nada hubiera pasado, como lo pretende Carlos Bruce. 

El presidente electo no tiene mayoría en el Congreso. Es el fujimorismo quien la tiene absoluta. De hecho, ni siquiera posee la primera minoría que pertenece a la izquierda. Esta, ni bien terminada la elección en la que lo apoyó con su voto, ya le tiró un portazo, reiterando que le hará la vida imposible porque fue elegida para ser oposición. Los “progresistas” se acomodarán, como siempre.

En la calle las cosas no irán mejor. De los que marcharon contra Keiko Fujimori a la mayoría le importaba un bledo el futuro gobierno del presidente electo. Volverán a marchar, pero contra él, apenas empiece a aplicar su programa “neoliberal”. La “dignidad” y la “justicia” volverán a ser su lema.

Tampoco tiene partido el presidente electo, a no ser la fantasía que lleva por nombre su acróstico. Y su base social más sólida y comprometida está en El Golf de San Isidro, no nos engañemos.

La mayoría de la prensa ha jugado en esta elección un papel abyecto contra la candidata Fujimori. Ha superado con creces al montesinismo de los 90, con el agravante pérfido de cubrirse con los harapos en los que ha convertido la neutralidad, la honestidad y la decencia. 

Una cuestión personal. Tengo amigos con los que he discrepado con altura. Lo seguirán siendo míos, si quieren. Pero a los pontífices del bien contra el mal y a los que me han insultado los he eliminado sin remordimientos. 

Tengo la suerte de no ser político para tender puentes con ningún canalla.