El desafío de los mercados digitales

Hace un par de meses viví la experiencia de poder trabajar como practicante en la Comunidad Andina. Ya conocía levemente al organismo y sus funciones, pero descubrir su trabajo y los temas que se ven día a día de manera interna me abrió la mente a situaciones que a menudo pasan desapercibidas.

Imaginemos por un momento que entramos a un mercado de frutas y que nos ponen un cono en la cabeza que limita nuestra visión al primer puesto que tenemos al frente; naturalmente, compraremos directamente aquí nuestras frutas sin siquiera percatarnos de la existencia de otros puestos que podrían ofrecernos mejores precios o frutas de mejor calidad. Pues esto es algo que sucede día a día y que grandes empresas tecnológicas están practicando. Sin ir muy lejos, en el 2019 Google fue multada con 1.490 millones de euros por la Comisión Europea que sentenció que la gigante tecnológica, mediante su plataforma AdSense, violó las leyes antimonopolio de la Unión Europea “abusando de su dominio del mercado como motor de búsqueda mediante la promoción de su propio servicio de comparación de compras en sus resultados de búsqueda, y la degradación de los de los competidores”.

La Comunidad Andina, en su Decisión 608, define estas prácticas como “aquellas acciones que realizan las empresas que tienen una posición de dominio en un mercado, con el fin de impedir o limitar el acceso de otras empresas competidoras al mercado o para obtener ventajas indebidas en perjuicio de los consumidores”.

Prácticas de este tipo podrían ya estar dándose en nuestro país, y mientras estas gigantes tecnológicas siguen creciendo y abarcando más mercado, nuestras empresas tecnológicas nacionales podrían estar ignorando esta situación y quedando fuera de la competencia antes de que esta empiece o, aún peor, verse obligadas a quedarse en silencio mientras los consumidores ni siquiera nos enteramos de su existencia. Por esta razón y muchas otras, considero necesario que los países de nuestra región le den más importancia al estudio y regulación de las tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, para que ninguna compañía o persona pueda usarla en contra del beneficio de nuestra sociedad.