Que 52% de peruanos crea que la violencia contra la mujer es algo natural preocupa especialmente a la ministra. (Foto: Lino Chipana/El Comercio)
Que 52% de peruanos crea que la violencia contra la mujer es algo natural preocupa especialmente a la ministra. (Foto: Lino Chipana/El Comercio)
Fernando Vivas

El contenido de su cartera arde, pero quiere tomárselo con calma. La ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, , prepara una iniciativa supranacional, a nivel de la OEA, sobre la que aún no quiere ser muy específica.

Sabe que es fácil llegar a consensos contra la violencia, pero que es difícil persuadir a sus colegas conservadores de que la educación sexual es la mejor manera de prevenirla. Aunque no le gusta hablar de peleas, ahí hay una inevitable.

—¿Somos un país de violadores?
No. Si bien los porcentajes de violencia se han incrementado, en realidad se han hecho más visibles. Que algunos cometan esos actos no quiere decir que la mayoría los haga. Hay un caso emblemático, José Antonio, un pobre taxista que estuvo solo y quiso proteger a su pasajera y le desfiguraron el rostro. Ni siquiera pudo defenderse porque el otro tenía una piedra. El Perú no es un país de violadores, sino de grandes hombres.

—¿Tampoco somos un país de héroes, no?
No somos un país de violadores ni de héroes.

—Si bien las cifras registran un aumento de denuncias, la impresión es que no hay un aumento real de la violencia.
La impresión que tenemos acá en el ministerio es que estos porcentajes han estado siempre, han sido una constante. En lo que hemos avanzado es en que las mujeres salen a denunciar.

—¿Nos estamos sincerando?
Nos estamos sincerando, esa es la verdad. Aunque el 52% de la población piensa que maltratar a una mujer es algo normal.

—El fenómeno es plural, está el caso de la periodista Lorena Álvarez y el economista Juan Mendoza.
La violencia no se desarrolla de acuerdo al estrato socioeconómico, es violencia y la comete un ser humano al margen de todo. O es el machismo imperante o es el problema psicológico que este lleva encima.

—¿Encuentra resistencias en la administración pública?
No, absolutamente no, y soy sincera.

—En el Congreso sí.
He estado en la Comisión de Mujer y Familia. La verdad es que encontré más problema cuando pronunciaba la palabra ‘género’.

—¿Tiene alguna idea para persuadir a los políticos conservadores de que no podemos prescindir de ese concepto?
Género es hombre o es mujer y las mujeres pretendemos lograr un trato igualitario.

—También es transgénero una población vulnerable.
Así es. Lo que preocupa es que no debemos entrar otra vez a la discusión género o no género. La discusión es que tenemos que fortalecer la educación sexual en los colegios y en las universidades.

—Qué bueno que lo diga.
Una educación sexual que permita a los niños desde chiquitos saber que el cuerpo es de ellos y nadie debe tocarlo.

—Lo tocan parientes depravados.
Y hay un porcentaje muy alto de tocamientos en colegios y de profesores que han embarazado alumnas. Como son adolescentes y les hemos puesto la educación sexual como un tabú, entonces ni siquiera saben cuando están embarazadas, hasta que la pancita les empieza a crecer. Lo más importante es que hay que empezar de forma firme y drástica la educación sexual para prevención.

—Le espera una pelea con evangélicos.
Para pelear se necesitan dos.

—Son más de dos, son varios.
[Sonríe] Lo que tenemos que encontrar son consensos y puntos medios, trabajar en los puntos convergentes y no divergentes.

—Dígame un punto convergente, por favor.
Que ellos y nosotros buscamos el bienestar de nuestros niños, de nuestras hijas, de nuestro prójimo. Lo divergente es buscar la forma, el cómo lo hago.

—El Papa visitará Puerto Maldonado, ¿se presume que va a hablar de trata, no?
Por supuesto, y eso no solo es simbólico, el Papa es realista. Su presencia en Madre de Dios nos marca un trabajo que se tiene que fortalecer.

—La primera ministra Aráoz anunció una comisión de alto nivel, pero esos buenos deseos suelen ser declarativos.
Esto no es declarativo, sino de fortalecimiento. El jueves nos reunimos y sabemos que el presidente y la primera ministra nos van a hacer caminar más rápido. Saludo la iniciativa de la primera ministra. Saludo al presidente y no olvidemos que cuando fue al Congreso dijo: “Mujeres, la lucha de ustedes es mi lucha”.

—Confío más en su gestión que en la de una comisión. Pero si habla de fortalecimiento, podría fortalecer la implementación de 50 CEM [centros de emergencia mujer] en comisarías por año. Es una meta débil.
Es una proyección que teníamos cuando la denuncia estaba invisible. El próximo año hemos considerado 50, pero viviendo esta coyuntura con el problema encima, no son suficientes. Vamos a sumar y estamos seguros de que vamos a tener el apoyo del MEF. Los CEM existen, con otro nombre, desde la época de la ministra [Luisa María] Cuculiza.

—No estaban en las comisarías.
Así es, la mujer ponía la denuncia y le decías “vienes mañana y te llevo a la comisaría”. Solo 5% regresaba. Ahora 75% de denuncias se hacen efectivas.

—¿Está de acuerdo con la pena de muerte para violadores de niños?
Tenemos un compromiso de derechos humanos para no volver a instaurar la pena de muerte. En esa línea está el presidente y yo también. Endurecer las penas, sí.

—Los feminicidios no aumentaron. Eso confirmaría que la violencia real no aumentó, sino las denuncias.
Así es. No han aumentado y es una constante en Latinoamérica.

—¿Cómo vamos en igualdad de oportunidades? ¿Avanzamos?
Va a entrar al debate en el pleno la ley de paridad salarial que presentó Mercedes Aráoz siendo congresista. Si realizamos la misma labor, ¿por qué pagarnos menos?

— A usted que es de ‘fierros’, empresaria metalmecánica, le molestará que a las mujeres se las encasille.
Así es. Se asigna a las mujeres áreas débiles, que no van con la realidad de lo que podemos dar. Acá queremos trabajar en la autonomía económica de la mujer, después de ponerlas en las casas de acogida. Las que más sufren violencia no tienen mucha educación, pero tienen habilidades. Para ellas estamos tratando de cerrar un convenio con Sencico [Servicio Nacional de Capacitación para la Industria de la Construcción] para colocación de mayólicas y redes de agua, cuyo promedio de ingresos no baja de S/150 diarios.

—Un concurso de belleza promociona cifras de violencia. ¿Es contradictorio?
Me parece bien. Yo respeto sus decisiones. Nadie tiene derecho a meter sus conceptos personales y decir cómo quiere que sean las mujeres.

—Todavía en el mercado laboral se hacen a las mujeres exigencias de atractivo físico.
No debería suceder. El acoso callejero se asocia a actitudes como la que señala.

—Y los piropos. ¿Ya se redimió el ministro Idel Vexler? Debe colaborar con usted en el tema de educación sexual.
[Sonríe] Totalmente. Tenemos que llevar nuestras propuestas para que las considere y las mejore. Tenemos que partir desde el primer día de clases en marzo, esto no puede demorar.

—¿Esa pelea sí la va a dar?
Ahí sí me peleo, ahí sí somos dos. Pero no con él, porque lo entiende.

—Todavía hay indiferencia y muchos relativizan la violencia.
Es verdad, pero hay que generar los cambios. No los vamos a generar en un 100%, pero sí en la mayoría. El Perú es un país riquísimo, muy valioso. Mi identidad la tengo muy firme y me siento orgullosa de ser peruana y me sentiré más orgullosa de ser parte de un país donde los respetos primen antes que los conceptos.

—¿Todas estas semanas de gestión la han hecho más feminista?
Sí.

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