Alberto Otárola, Keiko Fujimori y legisladores en ceremonia en el Congreso por los 30 años de la Constitución

El presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, participó en la ceremonia por los 30 años de la Constitución Política del Perú instaurada durante el gobierno de Alberto Fujimori en 1993 y donde también estuvieron presentes dirigentes de Fuerza Popular como Keiko Fujimori y Martha Chávez.

El evento, denominado “Acto solemne por los 30 años de la Constitución Política del Perú” fue organizado por el primer vicepresidente del Congreso, Arturo Alegría, integrante de la bancada fujimorista.

También estuvo presidida por la congresista Martha Moyano como presidenta de la Comisión de Constitución.

A su llegada al Parlamento, Keiko Fujimori destacó el trigésimo aniversario de la Carta Magna y resaltó el papel que tuvo Alberto Fujimori y otros dirigentes de su partido como Jaime Yoshiyama y Carlos Torres y Torres Lara, padre de Miguel Torres.

“Creo que es una Constitución muy importante. Sin duda también hay que mencionar que tiene 30 años y que la sociedad va cambiando y es importante siempre ir adecuando la Constitución a los cambios que nuestro país está atravesando”, comentó antes de evitar responder sobre otros temas ante la prensa, como la decisión de la Corte Suprema de Chile para ampliar la extradición de su padre por ocho procesos penales más.

Alberto Otárola brindó un discurso durante el evento donde también resaltó la importancia de la Constitución y expresó su agradecimiento por haber sido invitado a lo que calificó como una ceremonia de “enorme relevancia”.

Asimismo, detalló el papel de la Constitución para sentar las bases del crecimiento económico peruano en las últimas décadas.

“A la luz de los problemas recientes y los nuevos desafíos que enfrentamos como sociedad, resulta pertinente avanzar en unas reformas esenciales de cara al fortalecimiento del marco constitucional peruano”, comentó el primer ministro.

Otárola dijo que se debería “corregir” el modelo que ha enfrentado al Congreso y al Ejecutivo con la incapacidad moral permanente y la figura de la cuestión de confianza cuya aplicación “no han sido pacíficas”.