(Foto: Juan Ponce)
(Foto: Juan Ponce)
Diego Suárez Bosleman

El mexicano Alfredo Quiñones Hinojosa ha trabajado en más de 400 publicaciones especializadas y es autor de más de siete libros. En el 2014 fue elegido el neurocirujano del año en EE.UU. y en el 2015 la revista “Forbes” lo consideró una de las mentes mexicanas más brillantes del mundo. Pero esas manos que ahora remueven tumores antes trabajaban la tierra para sobrevivir. A los 19 años, Quiñones se vio obligado a cruzar la frontera de EE.UU. por un mejor futuro.

Es una sorprendente historia personal que inclusive Disney busca llevar a la pantalla grande. Sin embargo, Quiñones, actual jefe del Departamento de Neurocirugía de la Clínica Mayo (Florida), está más fascinado en una cosa en especial: entender el funcionamiento del cerebro. El especialista estuvo en el país para tratar a pacientes de escasos recursos en la clínica Delgado. El Comercio pudo conversar con él.

—Usted se ha referido al cerebro como una frontera inexplorada. ¿Por qué?

El cerebro humano tiene más de 100 mil millones de neuronas. Además, hay más sinapsis que estrellas en el universo. Es algo prácticamente infinito que todavía no comprendemos.

—¿Cómo es posible entonces revelar algo tan amplio?

Normalmente, se estimula solo una parte del cerebro a la vez, y bien podemos encontrar diversas funciones, como el habla o el movimiento de una mano. Actualmente, nosotros hemos postulado a un fondo de la Fundación Nacional para la Ciencia de EE.UU. para continuar con un proyecto que busca estimular varias regiones del cerebro a la vez. Es algo que nunca se ha hecho. De esta forma queremos entender cómo los circuitos cerebrales están conectados. Para lograrlo, hemos diseñado un dispositivo único. A veces no solo me siento médico o cirujano, sino también ingeniero, mecánico y explorador que navega el cerebro para entenderlo.

—¿De qué clase de dispositivo se trata?

Es un aparato que inventé con un amigo neurólogo y que nos permite estimular dos áreas cerebrales simultáneamente y recolectar los datos en tiempo real mientras yo estoy haciendo una operación.

—¿Por qué es vital entender esta conexión cerebral?

Alzheimer, esclerosis múltiple, Parkinson, traumas, embolias, tumores, todo está conectado, pero todavía no sabemos. Lo que pasa es que se trata de un solo espectro de enfermedades. Entender cómo el cerebro se conecta será clave para algún día poder regenerarlo. Este tipo de investigaciones están comenzando, pero yo creo que en los siguientes 20 o 30 años van a ser muy importantes para descifrar los misterios del cerebro.

—También ha centrado sus esfuerzos en el uso de células madre para tratar el cáncer cerebral...

Exacto. Cuando estaba trabajando en el hospital Johns Hopkins descubrimos por primera vez que en el tejido adiposo había células madre. Lo interesante es que las células madre normales tienen una atracción increíble al cáncer. De alguna forma estas células persiguen a las células cancerosas. Por eso comenzamos a emplearlas como caballitos de Troya para entregar cargamento, que pueden ser medicamentos. Hemos publicado varios artículos en revistas muy importantes en EE.UU. en los cuales mostramos que hemos eliminado el cáncer en ratones. Yo creo que en los siguientes dos o tres años se van a ver ensayos clínicos, que serán guiados por mí, en los cuales se utilizarán las células madre del tejido adiposo para tratar el cáncer, que actualmente se ha convertido en una crisis.

— ¿A qué se refiere?

En 21 estados de EE.UU. la causa principal de muerte es el cáncer. Se estima que para el 2030 la causa número uno de muerte en el mundo va a ser el cáncer. Y el cáncer del cerebro es lógicamente el rey de lo costoso y lo malo. El cáncer más peligroso para el ser humano ahora es el cáncer primario del cerebro o glioblastoma. Es el cáncer más devastador, y desafortunadamente es para el cual tenemos menos curas. Además, es el más caro de tratar. Tratar un tumor canceroso al cerebro en EE.UU. puede llegar a costar entre 1 y 2 millones de dólares. Por eso, para mí lo más importante es encontrar curas que se puedan aplicar a todo el mundo.

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