Fernando Vivas

FERNANDO VIVAS

Los enlaces mañaneros me provocan una sana envidia. Uno, adormilado, zapeando barbaridades, y los reporteros con todo listo para resumir en segundos los temas más variados, en vivo y con el viento a su favor. Es la mejor escuela para un comunicador y Mathías la supo aprovechar. Unas temporadas después, mi envidia volvió a toparse con él cuando hizo una serie de notas viajeras para las revistas dominicales. Le quiero decir que es un lechero y a la vez preguntarle por los motivos y habilidades que ayudaron a que la suerte se produzca. Y por los roches y reveses que también ha padecido supo darles la vuelta con humor. Y, claro, hablaremos sobre posición en campo de batalla televisiva.

¿En algún momento de tu vida te llamaban loco?
Mi personalidad siempre ha sido algo desbordante.

El calato es por un episodio nudista.
Fue en Argentina, por bromear entre amigos. No pensé que uno de estos me iba a traicionar con una grabación en su celular.

Has convertido el roche en un activo.
Claro, el show se llama así por eso. Fue un roche momentáneo, no hice nada malo en realidad.

Pensé que eras naturista, que viajabas a lugares ‘clothing optional’.
[Risas] No, nada de eso. Había ganado Perú y estábamos molestando.

¿En el show te desnudas?
No quiero contar mucho, no quiero ‘spoilearme’ a mí mismo.

¿Quisiste ser actor?
Estuve en un taller de José Enrique Mavila. Él me dijo que tenía condiciones para actuar, pero que la carrera estaba llena de sacrificios y no me la recomendaba.

Hiciste enlaces en el noticiero de la mañana, que es una escuela extraordinaria.
Te vuelves especialista en todo, puedes ayudar, y me sirvió de termómetro para ver mi relación con la cámara.

Fue tu aprendizaje para conducir “Hola a todos”.
Viví un paréntesis grande entre el 2002 y el 2008 haciendo reportajes en dominicales.

Y despertabas mi envidia con tus reportajes viajeros.
Viajé por el mundo entero, conocí todas las culturas que podía conocer. Pero también hacía reportajes sociales. Me gustaba poder estar en un asentamiento humano y dos días después en un crucero en el Caribe. Vivía esos abismos.

Hasta que caíste en los ‘realities’ de competencia dura.
Primero fue “Dos para las siete”, solo los viernes era “Esto es guerra”. Las cifras dijeron que “EEG” era lo que funcionaba.

¿Y en estas temporadas has aprendido que la TV tiene que autorregularse?
Totalmente de acuerdo. Creo que lo hemos hecho en más de una ocasión, hay que escuchar al televidente.

¿Te dolió lo del ‘jueguito de las fresas’ (segmento cancelado tras una sanción)?
Me dolió no jugarlo nunca [ríe]. Duró pocas semanas al aire. Sí, tal vez no era un juego apropiado para el horario.

Luego fueron los conocimientos, si los chicos son o no despiertos.
Yo creo que los traicionan los nervios. En “¿Sabes más que un niño de primaria?” me quedé por una pregunta [ríe].

¿No crees que sería ideal que el cásting se abriera a más tipos de peruanos?
Es un debate que se puede dar como se da en la publicidad. Quiero ser muy cuidadoso porque se tocan fibras sensibles. Ha pasado Karen Dejo, que representaría a la gran mayoría de peruanos. Michelle Soifer es una chica de Ventanilla. Angie es de una familia afroperuana.

¿Cuán en serio hay que tomarse que tú seas de un equipo y Johanna (San Miguel) de otro?
Gran parte del secreto del programa es ese. Yo quería ganar la final sí o sí, Johanna también [ganó el equipo Cobra, de Mathías]. Ella es más picona e impulsiva; yo, más calmado.

¿Has encontrado el equilibrio entre ser calculador o arriesgarse?
No está en el “qué voy a decir”, sino en el “qué no voy a decir”. Tú tienes que conocer tu límite. Por ejemplo, puedo bromear con ciertos comportamientos o gritos afeminados, pero no puedo bromear con la homosexualidad. Me molestaría sentirme homofóbico o racista.

¿Cómo fue la experiencia del “Esto es guerra” gringolatino?
Fue buena. No me quedaba tranquilo si no aceptaba la propuesta de un canal de EE.UU.

Un exceso, lo del mismo nombre.
Me pareció un exceso, pero lamentablemente no estaba registrado en EE.UU. y el dueño aprovechó. Los participantes cambiaban todos los días.

Ahí se mataba el ‘reality’.
Exactamente. Todos los días salía un campeón. En el camino, tenía problemas con mi hijita mayor, que se quedó acá. Por suerte, América me propuso hacer “Minuto para ganar VIP” y luego Mariana [Ramírez del Villar] se me acercó.

Y te perdonó.
[Ríe] Me perdonó mucho tiempo atrás. Yo hice las cosas con anticipación, les conté tres meses antes. ¡Eso sí fue guerra!

¿Los ‘realities’ están por entrar a una nueva etapa?
Creo que sí porque viene uno más, “Calle 7”, en el 2. La competencia se pone fuerte pero espero que sea entre los dos que estén abajo, que se maten para ver quién queda segundo [ríe].

¿Se les fue la mano con el auto incendiado por Yaco?
La TV es un show y el que está en ella lo sabe. Yo de chico veía "Los Magníficos" y no por eso quería hacer explotar cosas y, ojo, que yo sí viví la época nefasta del terrorismo. Cuando uno está desesperado, puede recurrir a cualquier excusa para atacar a la competencia.

Volvamos al loco calato, ¿te  gustaría hacer otro tipo de programa?, ¿un ‘late show’?
Me encantaría. La experiencia que tuve reemplazando un mes a Milagros Leiva en “No culpes a la noche” fue buena, aunque no podía ser loco calato allí.

¿Y el empresario dónde queda? Tuviste problemas con la empresa Rompecabezas.
Hubo un problema que prefiero dejarlo ahí. Aprendí que no nací para ser empresario.

¿Para qué sientes que naciste?
Siento que nací para la televisión. Encontré en ella lo que quería hacer en mi vida, sin quererlo, porque si me hubieran contratado en el inicio en un periódico, no hubiera conocido esto. Es un don, siento que me divierto en mi trabajo, siento el reconocimiento de la gente.

¿Qué piensas de la unión civil?
100% de acuerdo. No entiendo cómo hay gente que no está de acuerdo. ¿En qué les afecta?

¿Llegaremos a ver en un ‘reality’ una pareja gay o lésbica?
Yo creo que sí va a pasar. No diría en la próxima temporada, pero Disney ya sacó gays. Que se dé, claro que sí.

¿Cómo va la familia?
Muy bien, igual con la familia de mi ex. Incluso hacemos viajes familiares juntos. Tenemos una relación muy sana, por el bien de mi hija Julieta.

¿Tus hijas han ido al show?
No, es para mayores. A “EEG” sí he llevado a la mayor y está chocha. Que su papá conduzca el show que ven sus amigas le hace inflar el pecho.

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