La ciudad croata de Dubrovnik, conocida también como la perla del Adriático, es víctima de su propio éxito. Las hordas de turistas la están matando lentamente, sostiene el periodista Luko Brailo. Y es que esta hermosa ciudad medieval, inscrita en la lista de Patrimonio de la Humanidad, es tan popular como limitado es su tamaño.

Su calle principal, la adoquinada Stradun, cruza la ciudad vieja a lo largo de poco más de 350 metros. Según los expertos, bastaría para recibir unos 7.000 turistas diarios, pero el verano pasado el número de visitantes ascendió a 25.000 por jornada.

Entre tanto, el puerto de Dubrovnik ha sido ampliado para recibir a 15.000 pasajeros procedentes de cruceros todos los días. Según la oficina de turismo local, el año pasado llegaron un millón de cruceristas. Pero mientras el turismo crece, la población local está menguando: en la parte antigua apenas viven unas 900 personas.

COLAPSO GENERAL La ciudad está viviendo un colapso general, sostiene Ariana Vela, de la organización EU Projects, citada por el diario Poslovni Dnevik. Djuro Capor, de la iniciativa ciudadana Srdj nos pertenece (Sdrj es la montaña que se yergue tras las murallas de la ciudad) sostiene que en la temporada estival, Dubrovnik vive una verdadera ocupación.

Hay tal multitud y gentío en la ciudad que no dejan ver los edificios históricos. Diariamente, 300 autobuses circulan por el centro antiguo de la ciudad.

Una de las repercusiones del tráfico de autobuses y el turismo de masas irrita a los turistas que se albergan en los hoteles de lujo fuera de la ciudad. De hecho, la ciudad se esfuerza por promocionar el turismo de calidad, afirma Vela. Sin embargo, lo que hay en Dubrovnik no es turismo de élite, sino más bien mogollón y masas, peor que el tipo de turismo de Lloret de Mar u otros destinos turísticos españoles, señala.

¿PURA CORRUPCIÓN? Así, la ciudad se está planteando incrementar las tasas a los tours en autobús. Pero parece que las cosas sólo van a ir a peor: en las laderas del monte Srdj, de 412 metros, los inversores están construyendo un nuevo barrio turístico a partir de cero.

Cuando los planes comenzaron, en el 2003, estaba proyectado un campo de golf de 100 hectáreas, con amplias zonas de ocio que armonizaban con los espacios naturales. Pero ahora, lo que se prevé es una zona ampliamente urbanizada de 310 hectáreas.

Según el portavoz de la iniciativa Srdj nos pertenece, los planes de construcción fueron modificados ilegalmente. Muchas zonas en las que originalmente iba a haber áreas recreativas para los residentes locales han pasado a ser espacios urbanizables, sostiene.

La querella que interpusieron ante el Tribunal Constitucional lleva años a la espera, pero mientras tanto, la inversión inicial de 80 millones de euros ha pasado a 1.200 millones de euros. Además del campo de golf, ahora se prevén dos hoteles, 240 chalets y 400 apartamentos. Esto es, pura y llanamente, corrupción y especulación, sostiene Capor.

PROBLEMA QUE SE EXTIENDE Con todo, este tipo de problemas no son exclusivos de Dubrovnik. Las autoridades de Markaska, en Dalmacia, también están lidiando con una situación similar debido a un controvertido permiso para la construcción de un edificio de apartamentos.

Situado a escasa distancia del mejor hotel de la ciudad, el nuevo edificio ensombrece lo que antes era uno de sus símbolos. La pequeña playa tampoco es suficiente para el aluvión de turistas en busca de sol, y dueños y empleados de los restaurantes cercanos califican de crimen arquitectónico el edificio que, como los activistas de Dubrovnik, consideran producto de la corrupción.

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