Dependiendo de su uso, una pared con ladrillo expuesto puede marcar el estilo que desees darle a tu espacio. Junto a una chimenea o en la cocina le dará un toque rústico, y si lo combinas con elementos metálicos, le brindará un aire industrial a la sala.
Entre las opciones a elegir están los decorativos, como los rocochos y caravista; y los convencionales, como King kong y pandereta. “El rococho es de tipo rústico, hecho de manera artesanal y tiene forma irregular. El efecto de estar quemado hace que adquiera varias tonalidades y texturas. Es ideal para utilizarlo en una sola pared y combinarlo con muebles de madera pero modernos para lograr una apariencia contemporánea“, aconseja la arquitecta Adriana Tejada, de Act3 Arquitectos. La experta agrega que debes cortarlo a la mitad si deseas adherirlo a la pared como un enchape.
COMBINACIONES POSIBLES
En tanto, la arquitecta Nicole Futterknecht se inclina por usar los ladrillos regulares (de construcción), pues lucen más ligeros que el anterior.
“Al colocarlos debemos tener especial cuidado con la mezcla del cemento, esta no debe rebalsar para que no tenga una apariencia tosca. Podemos dejarlos en el tono natural o darles una mano de pintura para lograr un acabado wash”.
Para acompañar este material, usa colores neutros como blanco, beige, arena, gris en el mobiliario, así resaltará la textura del ladrillo.