La educación emocional es un proceso de enseñanza que ha adquirido gran relevancia, ya que contribuye al desarrollo de competencias emocionales para aumentar el bienestar en la vida de los estudiantes. De acuerdo con el Dr. Rafael Bisquerra, presidente de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar (RIEEB), este concepto adopta una gran importancia en la actualidad.
“La educación emocional debe estar presente en toda la vida, ya que pueden aparecer retos, crisis y circunstancias que nos afectan emocionalmente, por lo que es conveniente aprender a afrontar y superar situaciones de forma exitosa y contribuir al bienestar personal y social”, detalló el experto durante el evento virtual ‘Desarrollo de competencias emocionales en el aula’, en el marco del 29º aniversario de Ediciones Corefo.
Cuatro técnicas básicas
El Dr. Rafael Bisquerra recomendó a la comunidad pedagógica una serie de técnicas para poner en práctica en el salón de clases, entre las cuales destacan:
La técnica del semáforo: A través de esta estrategia se aprende a reconocer el estado emocional en el cual el niño o adolescente se encuentra. Se divide en tres niveles:
- Rojo para parar y no perder el control de las emociones. En este color se debe tener cuidado total, porque el comportamiento puede ser agresivo o puede dañar a otras personas.
- Amarillo para pensar muy bien antes de actuar. Mejor dicho, se reflexiona sobre nuestros pensamientos, buscando una solución al respecto.
- Verde para actuar. En este nivel, se pone en práctica la solución al conflicto, a fin de que el estudiante tenga un control positivo de sus emociones.
Circle time: También conocida como la asamblea de clase. Para aplicarla, los niños deben reunirse con el docente manteniendo un comportamiento apropiado. Por ejemplo, cuando una persona está hablando, los demás deben mirar y escuchar con atención, y si un estudiante quiere intervenir deberá levantar la mano. Las intervenciones fuera de tiempo son una manifestación de la impulsividad; para controlarla se emplea un objeto como un juguete para saber quién tiene el uso de la palabra.
Lectura emocional: El experto recomienda leer cuentos para activar las emociones. La lectura nos ayudará a conocer distintos comportamientos ya sea apropiados o inapropiados en los personajes, desarrollando así empatía con cada uno de ellos para comprender las emociones que se manifiestan en la historia.
Dibujar: Desde la educación emocional se propone dibujar las emociones en sí, siendo una forma de estimular la creatividad en los estudiantes, así como iniciarlos en la comprensión de la pintura abstracta.
Otras propuestas para el desarrollo de competencias
Existen otras propuestas para el desarrollo de competencias que recomienda Rafael Bisquerra, es la meditación y relajación como el mindfulness, debido a su eficacia y utilidad con efectos a largo plazo. “Un tema muy importante es la música, aprender a tocar un instrumento, bailar, y el contacto con otras personas ya que son fuentes de satisfacción y de prevención de la violencia”, agrega el experto.
Una puesta en práctica eficiente de la educación emocional en la escuela contribuye significativamente a la reducción de la violencia, estrés, depresión y comportamientos de riesgo. Si un niño o adolescente aprende a conocer sus emociones y reacciones, así como a regular su impulsividad, su futuro será muy distinto.